En la sociedad panameña crece hoy la sospecha y rechazo porque Estados Unidos pretenda reinstalar bases militares en el Istmo, bajo la justificación de proteger el Canal Interoceánico y combatir el terrorismo.
La preocupación se originó con el anuncio del encuentro entre el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, programado para mañana en Washington, donde forman parte de la agenda los temas de seguridad y lucha contra las drogas.
De forma inusual en casos de células terroristas, en el norteño país ofrecieron recientemente amplia difusión a la detención de dos personas, a quienes acusaron de espiar vulnerabilidades de seguridad en objetivos en Estados Unidos y Panamá, incluida la ruta transatlántica.
Múltiples declaraciones y análisis en los medios de prensa alertaron de la posible manipulación bajo la filosofía del miedo, y que las verdaderas intenciones serían reinstalar alguna base militar o rescatar el antiguo proyecto del Centro Multilateral Antidrogas.
Una docena de luchadores sociales, intelectuales y líderes de opinión entregaron un comunicado a la prensa donde expresaron que la solución a la defensa contra el terrorismo, 'bajo ninguna circunstancia implica el establecimiento en nuestro territorio de fuerzas militares de Estados Unidos, ni de ningún otro país'.
'No especulemos', alertó Isabel de Saint Malo, vicepresidenta del país, sobre la coincidencia de que la detención se conociera 10 días antes del encuentro entre los presidentes de ambos países, donde la noticia podría influir en el tema de seguridad que está en la agenda.
Sin embargo, el exmilitar Rubén Darío Paredes declaró a la prensa que la publicación sobre los presuntos terroristas pudiera ser una maniobra para fertilizar el terreno a Trump con el objetivo de proponer rehabilitar algunas de las antiguas bases militares del Canal.
En un mensaje de la red social Twitter, la embajada estadounidense en esta capital negó que el tema de bases militares será tratado en la entrevista, cuyo programa tendrá un encuentro privado entre los dos mandatarios y posteriormente entrarán los equipos de cada país.
Entre las hipótesis que algunos analistas manejan, está la negociación para la extradición del expresidente Ricardo Martinelli, actualmente detenido en Miami con ese fin, y la posibilidad de usarlo para solicitar presencia militar norteña en el Istmo.
Un cambio en la posición panameña de neutralidad con respecto a la situación política en Venezuela, sucedió posterior a una conversación telefónica entre Varela y Trump, donde la Casa Blanca afirmó que trataron el tema.
'En el marco de la reunión, el mandatario panameño compartirá su visión al presidente Trump sobre Cuba y la situación que vive la República Bolivariana de Venezuela', señaló una nota oficial, donde ayer la Secretaría de Comunicación ofreció detalles de la misión presidencial a Washington.
Preguntada la Cancillería su opinión sobre el retroceso de la política con Cuba expresada ayer por Trump, no hubo respuesta, a pesar de que, en múltiples ocasiones al recordar los éxitos diplomáticos panameños, destacaron el encuentro aquí de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
De forma inusual en casos de células terroristas, en el norteño país ofrecieron recientemente amplia difusión a la detención de dos personas, a quienes acusaron de espiar vulnerabilidades de seguridad en objetivos en Estados Unidos y Panamá, incluida la ruta transatlántica.
Múltiples declaraciones y análisis en los medios de prensa alertaron de la posible manipulación bajo la filosofía del miedo, y que las verdaderas intenciones serían reinstalar alguna base militar o rescatar el antiguo proyecto del Centro Multilateral Antidrogas.
Una docena de luchadores sociales, intelectuales y líderes de opinión entregaron un comunicado a la prensa donde expresaron que la solución a la defensa contra el terrorismo, 'bajo ninguna circunstancia implica el establecimiento en nuestro territorio de fuerzas militares de Estados Unidos, ni de ningún otro país'.
'No especulemos', alertó Isabel de Saint Malo, vicepresidenta del país, sobre la coincidencia de que la detención se conociera 10 días antes del encuentro entre los presidentes de ambos países, donde la noticia podría influir en el tema de seguridad que está en la agenda.
Sin embargo, el exmilitar Rubén Darío Paredes declaró a la prensa que la publicación sobre los presuntos terroristas pudiera ser una maniobra para fertilizar el terreno a Trump con el objetivo de proponer rehabilitar algunas de las antiguas bases militares del Canal.
En un mensaje de la red social Twitter, la embajada estadounidense en esta capital negó que el tema de bases militares será tratado en la entrevista, cuyo programa tendrá un encuentro privado entre los dos mandatarios y posteriormente entrarán los equipos de cada país.
Entre las hipótesis que algunos analistas manejan, está la negociación para la extradición del expresidente Ricardo Martinelli, actualmente detenido en Miami con ese fin, y la posibilidad de usarlo para solicitar presencia militar norteña en el Istmo.
Un cambio en la posición panameña de neutralidad con respecto a la situación política en Venezuela, sucedió posterior a una conversación telefónica entre Varela y Trump, donde la Casa Blanca afirmó que trataron el tema.
'En el marco de la reunión, el mandatario panameño compartirá su visión al presidente Trump sobre Cuba y la situación que vive la República Bolivariana de Venezuela', señaló una nota oficial, donde ayer la Secretaría de Comunicación ofreció detalles de la misión presidencial a Washington.
Preguntada la Cancillería su opinión sobre el retroceso de la política con Cuba expresada ayer por Trump, no hubo respuesta, a pesar de que, en múltiples ocasiones al recordar los éxitos diplomáticos panameños, destacaron el encuentro aquí de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Tomado: Prensa Latina