Con la militarización de las ciudades más importantes de Bolivia rige un estado de sitio de facto que ha suspendido derechos y garantías constitucionales del pueblo, una prueba más de la dictadura de Áñez que gobierna el país», denunció en su cuenta de Twitter el expresidente Evo Morales Ayma.
El mensaje está acompañado de un audiovisual en el que se ven las tropas en las calles de La Paz con armamento completo y soldados protegidos con trajes antibalas, lo cual dice de la represión que se puede desatar en el país sudamericano ante las protestas de la población.
Ello ocurre después de la convocatoria realizada por Evo Morales, en la Radio Kawsachun Coca, desde Argentina, acerca de crear milicias armadas del pueblo y del anuncio de los sindicatos cocaleros y de las organizaciones afines al Movimiento al Socialismo (MAS) de producir manifestaciones en todas las ciudades en contra de la extensión del gobierno golpista, presidido por Jeanine Áñez.
El jueves último, la Cámara de Senadores de Bolivia aprobó la Ley Excepcional de Prórroga del Mandato Constitucional de Autoridades Electas y remitió el documento a la Cámara Baja para su tratamiento, con lo cual amplía la presencia del gobierno de facto hasta el 3 de mayo, en que deben producirse los comicios generales.
Por la Constitución boliviana, el mandato de los senadores y diputados debería concluir el 22 de enero, día en que se proclamó el Estado plurinacional. A partir de ese momento debe entrar a gobernar la nueva presidencia, ganadora de las elecciones generales realizadas el pasado 20 de octubre. Ahí salió nuevamente electo, por una ventaja de diez puntos porcentuales, la candidatura de Evo Morales y Álvaro García Linera.
El 10 de noviembre sobrevino un golpe de Estado amparado por Estados Unidos y la oea con el fin de colonizar sus recursos naturales e impedir que en el país sudamericano continuara su proyecto de desarrollo social, consolidado en 14 años de gobierno del MAS.
Para mantenerse en el poder, el gobierno de facto ha tomado medidas para evitar la organización de las fuerzas progresistas, tales como el otorgamiento de permiso a los policías para usar armas letales contra los manifestantes, la persecución política, el cierre de emisoras comunitarias y la presencia de inteligencia militar extranjera custodiando sedes diplomáticas.
El racismo, la represión contra las mujeres y las tradiciones indígenas, y la formación de grupos paramilitares es el escenario que vive Bolivia después del golpe de Estado, el cual ha provocado el asesinato de 35 bolivianos, según dio a conocer en un informe la Defensoría del Pueblo en ese país.
Tomado: Granma