Años atrás el apoyo lo brindó Mike Pompeo, el secretario de Estado en época de Donald Trump, cuando el entonces presidente de Ecuador, Lenín Moreno, reprimió a manifestantes pacíficos contrarios a las medidas neoliberales que emprendía.
Ahora le tocó el turno a Antony Blinken, el Pompeo en el Gobierno de Joe Biden, en el cual asume igual cargo, aunque se pensaba que habría diferencias por representar a una administración demócrata.
De visita en Ecuador, el enviado yanqui fue recibido por el presidente Guillermo Lasso, en medio de manifestaciones antigubernamentales encabezadas por el movimiento indígena.
Para acuñar el porqué estaba allí, expresó: «Sabemos que en las democracias hay momentos en los que, por circunstancias excepcionales, es necesario tomar medidas para atender situaciones de urgencia y de emergencia como la que vive ahora Ecuador. Lo entendemos y lo apoyamos».
Ni una coma diferente, tanto republicanos como demócratas aprueban la represión contra las manifestaciones, ocurridas durante los gobiernos de Lenín Moreno, antes, y ahora, de Guillermo Lasso.
El denominador común de las protestas es la aplicación de medidas neoliberales, de recortes sociales, el entramado de corrupción en las altas esferas gubernamentales y el destape de los vínculos del Presidente con el lavado de dinero, salido a relucir en los Papeles de Pandora, que lo vinculan a 14 operaciones en paraísos fiscales.
A tales efectos, el Congreso ecuatoriano investiga a Lasso, pero decidió no asistir ante la comisión investigadora creada al respecto; una decisión «muy democrática» y, posiblemente, también apoyada por Estados Unidos.
Cuando el Secretario de Estado yanqui había abandonado Quito y viajaba a Bogotá, los violentos choques entre manifestantes y la Policía en varias ciudades ecuatorianas habían dejado 37 civiles detenidos y cinco heridos.
De acuerdo con la agencia EFE, videos en redes sociales mostraron bloqueos con ramas, piedras y fuego, así como enfrentamientos de menor intensidad en provincias como Imbabura, Cotopaxi y Azuay, en la Sierra andina y Guayas.
Grupos de derechos humanos han denunciado algunos hechos de un presunto uso excesivo de la fuerza por agentes policiales.
La marcha en contra del Presidente ecuatoriano en Quito terminó en un enfrentamiento entre los manifestantes y la Policía, que utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los participantes. Además, según la organización Fundamedios, siete periodistas fueron agredidos por la Policía Nacional.
En tanto, Leonidas Iza, el líder indígena que convocó a las movilizaciones, anunció un segundo día de resistencia a nivel nacional y ha hecho un llamado a todas las estructuras y organizaciones sociales a sumarse en contra de las políticas neoliberales impuestas por el Gobierno de Ecuador.
Tomado: Granma