En su publicación del sábado, el diario estadounidense The New York Times (NYT) revela que una fuerza especial estadounidense, que operaba a menudo en completo secreto en Siria, lanzó dos bombardeos consecutivos en 2019 contra un grupo de civiles cerca de la ciudad de Al-Baquz, ubicada en la provincia de Deir Ezzor (este de Siria), causando la muerte a al menos 64 mujeres y niños.
De acuerdo con el medio norteamericano, un fiscal militar estadounidense consideró la ofensiva de Al-Baquz de “crimen de guerra” y acusó al Ejército de EE.UU. de ejecutar medidas para encubrir los catastróficos ataques lanzados bajo el pretexto de la lucha contra el grupo terrorista Daesh.
Al respecto, el portavoz del Comando Central de Estados Unidos (Centcom, por sus siglas en inglés), Bill Urban, ha afirmado a través de un comunicado que la investigación militar sobre el incidente determinó que, a pesar del reporte de la muerte de decenas de civiles, se trataba de un ataque en “legítima defensa”.
“Esos dos ataques fueron legítimos en defensa propia” y “asumimos toda la responsabilidad por la pérdida involuntaria de vidas”, ha dicho el vocero al respecto.
También, ha declarado que el lanzamiento de bombas sobre Al-Baquz fue “proporcional” y ha asegurado que los militares estadounidenses “tomaron las medidas apropiadas para excluir la presencia de civiles”.
El 18 de marzo de 2019, bajo pretexto de combatir a los remanentes del grupo terrorista Daesh, un avión militar estadounidense F-15E lanzó un ataque en Al-Baquz, dejando caer una bomba en una zona donde solo había mujeres y niños, lo que provocó la muerte de unos 70 civiles, aunque oficialmente se reportó 50.
A pesar de que un avión no tripulado (dron) del Ejército de EE.UU. sobrevoló la zona y solo encontró civiles, minutos después, otro avión atravesó el campo de visión del dron y arrojó una bomba de 500 libras sobre la multitud, generando una ráfaga estremecedora.
Cuando el humo se disipó, algunas personas se alejaron a trompicones en busca de refugio. Luego, un jet que los seguía arrojó una bomba de 2 mil libras, luego otra, matando a la mayoría de los sobrevivientes.
EE.UU. y sus aliados se instalaron en Siria desde 2014, sin contar con la debida autorización del Gobierno de Damasco para ello, bajo el pretexto de combatir a Daesh. Desde ese entonces, tal y como admitió en su día el expresidente estadounidense Donald Trump esas tropas han estado en el país levantino por el petróleo. Es más, se han dedicado a apoyar, de diversas formas, a las bandas extremistas presentes en Siria, teniendo como meta final deponer al Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad.
Tomado: tercerainformacion