Cansados del aumento de los precios y los bajos salarios, los griegos no acudieron a trabajar el pasado miércoles. Una huelga de 24 horas convocada por los sindicatos de los sectores privado y público afectó, sobre todo, al transporte, las escuelas y la administración. La mañana de este miércoles no había en Atenas metro ni autobús y desde el puerto del Pireo no ha salido ningún barco.
Los periodistas tampoco acudieron a sus puestos de trabajo y solo se ha transmitido el transcurso de la huelga a la que también se sumaron los controladores aéreos reduciendo el número de vuelos.
A media mañana miles de personas se manifestaban en Atenas contra las políticas del gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis. Los griegos pagan uno de los IVA más altos de Europa con un tipo general del 24%. Con una inflación del 12%, el salario mínimo interprofesional es de 713 euros.
Según un reciente informe del Instituto Laboral de la Confederación General de Trabajadores Griegos (INE/GSEE), la combinación de subidas de precios y rentas muy bajas ha llevado a una pérdida del poder adquisitivo de los hogares con ingresos bajos hasta en un 40 %.
El Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis ha aplicado una serie de medidas paliativas, como ayudas en la factura de la luz o la aplicación de techos flexibles en los precios de productos básicos, así como la subida del salario mínimo, pero los ciudadanos sienten que no alivian el problema.
Las medidas del Gobierno para contrarrestar la crisis no son suficientes, y la idea de poner un techo flexible a los productos básicos en los supermercados ha sido un «engaño», la gente sigue sufriendo y además el país «está hundido en los escándalos», dijo Elpida Myrila, profesora de guardería, durante la manifestación.
En Bélgica, los trabajadores piden que se ponga un tope al precio de la energía y se garantice un margen de negociación de los salarios para no perjudicar al poder adquisitivo de los ciudadanos. Solo una línea de metro ha quedado operativa en Bruselas donde el 55% de los vuelos han sido cancelados. El aeropuerto de Charleroi ha cerrado por completo. También los hospitales se han sumado a la huelga y solo las urgencias funcionan con normalidad.
La red de autobuses de la región de Valonia (sur) se ha visto muy afectada, con la práctica totalidad de las líneas detenidas, mientras que la de Flandes (norte) funciona al 55 %, apuntó el diario Le Soir. Los ferrocarriles también han iniciado paros de 24 horas y solo circula, aproximadamente, un tren de cada cuatro. No obstante, la mayoría de los itinerarios en hora punta ha sido cancelada.
Los representantes de los trabajadores piden soluciones para mantener el poder adquisitivo, que viene en parte garantizado por la indexación automática de los salarios en función del coste de la vida, una medida que va a ser mantenida.
Tomado: tercerainformacion