Según John Kerry, Secretario de Estado de Estados Unidos, este acuerdo “es enteramente para entrenamiento, equipamiento y asistencia. No hay un rol de combate para las fuerzas norteamericanas”.
La Casa Blanca lleva meses presionando a Kabul para que firme el nuevo “pacto de seguridad”, que supondría la retirada de todas sus tropas el año próximo, después de 13 años de ocupación, guerra y devastación. A cambio, se establecería que un contingente de soldados estadounidenses permanecerían en el país y gozarían de inmunidad ante la Justicia afgana y sólo podrían ser juzgados en los tribunales norteamericanos.
Según funcionarios estadounidenses consultados por el diario The Washington Post, la Casa Blanca mantendría varios miles de soldados y oficiales en el país asiático después de 2014.
Otro punto central de las negociaciones entre Washington y Kabul, ha sido la posibilidad que tendrán los militares estadounidenses de operar en el terreno.
Según el Post, pese a que el acuerdo no contempla un rol de combate para las tropas de Estados Unidos en Afganistán, éstas sí podrían utilizar algunas bases militares afganas y registrar viviendas en busca de personas indicadas por Washington como “sospechosos de terrorismo”.
Sólo desde 2007, seis años después de la invasión norteamericana, la ONU registró cerca de 12.000 muertes de civiles afganos por ataques y combates a manos de las fuerzas imperialistas.
Tomado: LibreRed