jueves, 19 de julio de 2012

El Cauca Continúa ardiendo


Los indígenas dejaron claro su decisión de no permitir que sus territorios sean utilizados como teatro de operaciones; por lo que dieron un ultimátum a los actores armados de salir, hecho que no se cumplió por lo cual los indígenas se vieron obligados a desalojar los militares apostados en el cerro Toribio, en el cloque hubo disparos de la fuerza pública, saliendo 26 indígenas lesionados.

A estos hechos se suma la muerte del indígena Fabián Guetio, joven de 22 años estudiantes, a manos del ejército, que como no tuvo otra alternativa por la permanencia de la guardia indígena  y lo evidente de los hechos, reconoció que fue “un error”, con  ello el ejército busca disculparse.

Con el argumento de no ceder soberanía el gobierno se propone incentivar la guerra en el Cauca, para ello retoma el refrito de siempre sobre la connivencia de la guerrilla y los indígenas. Desconociendo el verdadero  problema que existe en el Cauca el abandono total de estas comunidades por parte del Estado, donde no cuentan ni siquiera con vías de comunicación, escuelas donde se garanticen los derechos mínimos de la población. A partir de estas manifestaciones es que el país se entera de la dura crisis que existe en esta región. Pues, los medios de (des)información solo cuentan los logros de la política de seguridad democrática y la forma indignante según estos por la forma como fueron sacados los soldados del cerro. Lo indígnate es que asesine un indígena a manos de militares y nadie se indigne. ¿Cuál acto es más cruel? 

Por otro lado, el gobierno no solo ha desconocido la soberanía sobre el territorio que ostentan los indígenas sino que ha dividido las comunidades entre lo que se podría llamar los “uribistas” apoyados entre otros por el ex juez Baltazar Garzón y los indígenas que luchan por su reconocimiento, los que gobierno tilda de ser aliados de las FARC. A pesar de la forma como el gobierno utiliza a estas comunidades, vale decir, que estas tampoco reciben algún reconocimiento estatal. Un viejo adagio popular reza: divide y venceras.

Los indígenas del Cauca representan la otra Colombia, la que el Estado desconoce y agrede no solo por la fuerza sino por la falta de políticas.