Peña Nieto ascendió al grado de inspector y contralor general al general Alejandro Saavedra Hernández, responsable del 27º Batallón de Infantería en cuya jurisdicción desaparecieron, hace dos años, los 43 estudiantes de Ayotzinapa. El mismo oficial del Ejército que estuvo al tanto de la desaparición de los estudiantes desde un primer momento ya había sido condecorado por el mandatario mexicano en agosto pasado.
A partir de ahora, Saavedra Hernández formará parte de los altos mandos del Ejército, fiscalizando y haciendo auditorías de personal, instalaciones y material. Para los familiares de los estudiantes desaparecidos, su ascenso reafirma la intención del gobierno del PRI de no obligar a los militares a dar información sobre el caso. “No es que estemos culpando al 27º Batallón, sino que queremos que entregue todas las evidencias que tiene en su poder, porque ha ocultado información importante. Nosotros vemos que están protegiendo a alguien”, denunció Melitón Ortega, padre de unos de los normalistas desaparecidos.
En consonancia con la advertencia de los familiares, la periodista Anabel Hernández, en su reciente libro La verdadera noche de Iguala, sostiene que la noche de la desaparición, los estudiantes viajaban, sin saberlo, en al menos dos autobuses con un cargamento de heroína, estimado en 2 millones de dólares. “El entonces capo de la región, que no es ninguno de los detenidos por el caso Ayotzinapa, se entera de esta situación y de acuerdo con la información que he recibido, él directamente habla con los mandos militares del 27º Batallón de Infantería, que supuestamente estaban bajo su nómina, y les ordena ir a recuperar los camiones porque en eso les iba la vida”, cuenta Hernández, quien agrega que su investigación "se enfoca en que fue el Ejército principalmente el que actúa esa noche, el que ordenó, el que orquestó, el que organizó, el que coordinó a las demás dependencias para atacar esos camiones y detener a los estudiantes”.
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