En ocasión del Día Mundial del Agua, el Colectivo de Organizaciones Haitianas que luchan en contra de la explotación de minerales en el país denuncia la notable amenaza que impone la explotación minera para Haití.
En todo el mundo, las experiencias de minería industrial de metales demuestran sus efectos negativos para el agua al reducir su disponibilidad y calidad. Por ejemplo, la minería aurífera utiliza 250 mil litros de agua por hora. En un día, una mina puede gastar la misma cantidad de agua que utilizaría una familia campesina en 20 años, o incluso más. Las empresas contaminan las aguas subterráneas y los ríos debido a los químicos y metales pesados que utilizan para procesar el oro. El cianuro es un producto químico notablemente peligroso que se utiliza para separar el oro de la roca. Si no se desecha como es debido, puede contaminar ríos, manantiales, e incluso las capas freáticas.
En la actualidad, las empresas nacionales e internacionales se asemejan a buitres que se aprovechan de la situación de pobreza, analfabetismo e indolencia de la población haitiana para saquear nuestros recursos naturales y causarnos más sufrimiento. La explotación de minerales en países como Haití (comenzando con la colonización en 1492, 1956-1972 con SEDREN, 1956-1982 con REYNOLDS), El Salvador, México, Guatemala, Ecuador, Perú, Bolivia, y otros países en África tales como República Democrática del Congo y Ghana demuestra que la pobreza y el subdesarrollo son las consecuencias de la extracción de recursos naturales. El estudio de estos casos aclara la realidad y desmiente la propaganda según la cual la explotación de minerales da trabajo y desarrollo.
En la actualidad, más del 15% de la tierra en el país está bajo el control de empresas multinacionales que vienen a Haití para negociar con los recursos de nuestro suelo. A su vez, la minería de grava y arena continúa sin supervisión. Una buena parte de la población campesina se encuentra amenazada. El pequeño terreno que cultivan podría terminar en manos de las empresas. La producción agrícola nacional está en baja y en vías de desaparición debido al interés de las empresas por apropiarse de las tierras fértiles que producen alimentos. La pobreza y hambruna irán en aumento conforme disminuye la cantidad de tierras de cultivo y la población aumenta. Hoy en día, nuestros manantiales, ríos, y pozos corren riesgo de secarse y contaminarse con una serie de productos químicos que incluye el cianuro, el plomo y el mercurio. Las tierras forestales también van disminuyendo, a pesar de que el Artículo 253 de la Constitución de 1987 exige respeto al medio ambiente por ser éste el entorno natural de la población. Hoy nos enfrentamos al Proyecto de Ley Minera que el gobierno de Haití elaboró con apoyo técnico del Banco Mundial. El proyecto lo está evaluando el Parlamento. Es obvio que el proyecto de ley no respeta el espíritu de la Constitución, ni muchas de sus disposiciones.
Denunciamos categóricamente la manera en que el Estado de Haití les ha permitido a las empresas llegar a “negociar”, sin el más mínimo respeto a la vida o al ambiente, sobre todo al agua. Las empresas intentan convencer a la población rural que sus vidas cambiarán con la minería. Encima, amenazan a quienes se oponen a la minería, a quienes indican que, desde la llegada de Colón, la minería ha causado hambruna, desempleo, pobreza y sufrimiento – sobre todo para las y los campesinos, quienes viven en barrios pobres, las y los trabajadores, y las y los más desfavorecidos.
El Kolektif Jistis Min denuncia categóricamente a las y los parlamentarios que favorecen la minería y que pagan la propaganda de las empresas que tienen títulos mineros, los cuales en su mayoría ya han caducado. Este Día Internacional del Agua, instamos al Parlamento a no votar a favor de la aprobación de la ley minera del Banco Mundial, la cual amenaza con envenenarnos. Alentamos al Parlamento a que siga el ejemplo de El Salvador, donde se aprobó una ley prohibiendo la minería de metales en todo el país.
Kolektif Jistis Min (KJM) insta a las comunidades, a las organizaciones, y a la población comprometida a alzarse para exigir a las autoridades del gobierno aquí y a las empresas voraces a que den marcha atrás a esta propuesta peligrosa – incluso mortal.
Sin oro podemos vivir, sin agua no
¡Sí a la vida, No a la explotación minera!
Para el Colectivo:
PAPDA, POHDH, MODEP, BATAY OUVRIYE, GARR, CE-JILAP, TET KOLE
Tomado. Tercerainformacion