El jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha confirmado este jueves que las fuerzas estadounidenses y sus aliados han abatido a unos 200 soldados rusos durante enfrentamientos del pasado febrero en Siria. Pompeo, en declaraciones que marcan la primera confirmación oficial sobre el incidente en cuestión, ha sostenido que las bajas rusas tuvieron lugar en choques registrados el 7 de febrero en la provincia de Deir Ezzor (este de Siria).
El jefe de la CIA (que actualmente es el nominado para dirigir el Departamento de Estado de EE.UU.) ha alardeado de que Estados Unidos dirigió el mencionado ataque en el que murieron 200 militares rusos, desplegados en el este del país árabe junto con otro número de fuerzas sirias.
“En Siria, hace unas semanas, los rusos fueron castigados. Murieron un par de cientos de rusos”, ha dicho Pompeo durante la audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. para su confirmación como jefe de la Diplomacia de EE.UU.
El alto cargo estadounidense ha defendido el ataque contra los rusos, catalogándolo de un ejemplo de las muchas medidas adoptadas contra Rusia por la Administración del presidente Donald Trump, acusada de colusión con Moscú.
Al respecto, varias fuentes informaron el mes de febrero sobre el incidente: los primeros reportes indicaban que entre 20 y 100 militares rusos habían perdido la vida en una agresión estadounidense contra las fuerzas sirias y aliados en Deir Ezzor.
Sin embargo, Moscú reconoció por medio de su Cancillería que solo habían muerto cinco personas de nacionalidad rusa e insistió en que ninguno de ellos formaba parte de sus Fuerzas Armadas.
Desde finales de septiembre de 2015, por solicitud del Gobierno sirio, encabezado por el presidente Bashar al-Asad, Rusia ayuda a las fuerzas sirias en sus operaciones antiterroristas, durante las cuales, también ha sufrido bajas entre sus fuerzas militares.
Tomado: Tercerainformacion