En EE.UU. la cultura de la violencia encontró diversas formas de manifestación a lo largo de la historia: el surgimiento de bandas y milicias extremistas de diversos corte y perfil es una de ellas.
Las migraciones que conformaron el mosaico étnico que integra la Unión, encontraron siempre la resistencia de grupos xenófobos en Estados Unidos. En tanto, los de supremacía blanca existen desde los tiempos del Ku Klux Klan, después de la guerra civil, en todas sus resurrecciones.
El racismo orgánico, la intolerancia, la creencia en la predestinación de la «raza blanca», el fundamentalismo religioso, los rezagos ideológicos de la esclavitud feroz que caracterizó una época de la historia nacional, y la violencia intrínseca del sistema estadounidense, han sido el caldo de cultivo para el surgimiento y progreso de grupos terroristas domésticos de extrema derecha.
La guerra contra el otro
Los ataques terroristas perpetrados por los supremacistas blancos y otros extremistas estadounidenses han ido en aumento en los últimos años, según un informe del FBI.
Entre 1978 y 1995, tres personas murieron y otras 23 resultaron heridas después de una serie de bombardeos por correo, llevados a cabo por el terrorista Ted Kaczynski, conocido por el «Unabomber».
El 27 de julio de 1996, una bomba explotó en el Centennial Olympic Park, en Atlanta, durante un concierto en medio de los Juegos Olímpicos de verano.
Contra el World Trade Center, en Nueva York, se realizaron varios ataques antes del 11 de septiembre de 2001.
El 17 de junio de 2015, en la Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel, en Charleston, Carolina del Sur, un hombre accedió al templo y empezó a disparar contra los fieles, asesinando a nueve personas.
Dos terroristas, uno de ellos veterano de la Guerra del Golfo, hicieron explotar un camión en Oklahoma City, en abril de 1995, donde 168 personas, incluyendo 19 niños, murieron y casi 700 resultaron heridas.
Veintidós más fallecieron en El Paso, Texas, el 3 de agosto de 2019, en un tiroteo masivo en una tienda Walmart. La Policía dijo que encontraron un documento antinmigrante que defiende los puntos de vista nacionalistas y racistas blancos.
La serie de ataques ocurridos en 2019 subrayan la amenaza que representan los extremistas violentos domésticos y los autores de crímenes de odio en
EE.UU., incentivados por el discurso de odio racial y antiemigrante del presidente Donald Trump.
En medio de la profunda crisis general que vive el país, se incrementa la compra de pertrechos de guerra, mientras grupos supremacistas realizan manifestaciones portando armas en diversos estados de la Unión.
La exaltación del odio y la guerra racial
Organizaciones neonazis como The Base han jurado iniciar una guerra racial en Estados Unidos. Fundada a finales de 2018, recluta, a través de internet, a personas afines a su ideología y distribuye, en las redes, manuales para ataques terroristas y para la fabricación de bombas domésticas.
Uno de los grupos más activos y de mayor crecimiento en los últimos meses es Boogaloo Boys. Sus miembros visten camisas hawaianas y portan armas largas en público. En algunas ocasiones cubren sus rostros con máscaras antigás.
El movimiento Boogaloo, según opinan analistas que estudian la extrema derecha, es un amplio paraguas que abarca a supremacistas blancos, neonazis y activistas por la tenencia de armas.
Otro grupo activo es el Civil War 2, que defiende el derecho a la posesión de armas de fuego, sus integrantes se manifestaron recientemente en apoyo de Trump y contra las medidas de aislamiento social decretadas en algunos Estados para enfrentar la COVID-19.
Un informe del Centro de Leyes de la Pobreza del Sur (Southern Poverty Law Center, SPLC) identificó a más de cien grupos nacionalistas blancos y 99 grupos neonazis activos en el país.
Por otro lado, el llamado «movimiento patriota» está integrado por cientos de grupos paramilitares, cuya misión, dicen, es librar una guerra contra el gobierno y «proteger las libertades civiles».
Según el SPLC, que se encarga de monitorear a los grupos de odio y extremistas en Estados Unidos, actualmente existen 623 grupos del «movimiento patriota».
Oath Keepers (Custodios del Juramento), Three percenters (Los tres por ciento, que cuentan con 10 000 miembros) y Posse Comitatus (Fuerza del condado), se visten con uniformes de combate y portan armas de uso militar; realizan ejercicios e incursiones con municiones reales.
«Su ideología está basada en teorías de conspiración globales sobre amenazas a la paz y la estabilidad, y creen que el gobierno federal está colaborando con estas conspiraciones», según refiere BBC Mundo.
El Proyecto contra el extremismo (CEP) ha identificado a ocho grupos de supremacía blanca especialmente peligrosos, como el Movimiento Nacional Socialista (NSM), la Nación Hammerskin y la División Atomwaffen, los cuales no ocultan su creencia de que la raza blanca es superior a las demás, ni sus sentimientos homofóbicos y antisemitas.
La División Atomwaffen proyecta la imagen de una milicia fuertemente armada que se prepara para una guerra racial inminente. La Liga del Sur y la Identidad Evropa afirman que la identidad blanca está amenazada por minorías o inmigrantes que buscan reemplazar su cultura aria, anglosajona.
Identity Evropa, Atomwaffen Division y Vanguard America promueven una activa propaganda en los campus universitarios y el Movimiento Nacional Socialista y la Liga del Sur han fundado alas juveniles con membresías estudiantiles.
La mayoría de estos grupos manifiestan afinidad con Donald Trump y su gobierno. El odio armado se organiza en Estados Unidos, bajo la mirada cómplice de la Casa Blanca.
Quienes acusan a otros de promover o no actuar adecuadamente en la lucha contra el terrorismo, deberían mirar al interior de su casa, donde la hiedra del odio crece sin obstáculos.
Tomado: Granma