miércoles, 2 de septiembre de 2020

Ba, El Patriota o el Tío Ho vivió mucho y rápido

 «…infantes y caballos sin cesar combatiendo. /En ataque y repliegue como el rayo has de ser. /Rápido el pensamiento y rápido los pies, /te dan la iniciativa y al triunfo te llevan».

Antecede el fragmento de un verso que el fundador de Vietnam, Ho Chi Minh, escribió en la cárcel y tituló Juego de ajedrez. Y esa fue la divisa de su vida, desde que aún adolescente, haciéndose llamar Ba, se enrola como ayudante de cocina en un barco francés. El nombre que le dieron sus padres en Nghe An, era Nguyen Tat Thanh. Entonces, estaba lejos de adoptar el seudónimo de Nguyen Ai Quoc (Nguyen, El Patriota), y aún más lejos el de Ho Chi Minh.

Ba, hijo de un padre culto, maestro de la lengua china clásica, necesitaba conocer el mundo. Había nacido cuando su tierra no era el reino de Anam, sino una recién fundada colonia francesa. Sus sueños de saber más, de conocer y de defender la tierra de los anamitas comenzaron con él aún adolescente, ayudante de cocina, oficio que aprende muy pronto; más cuanto le enseñan, y lo que indaga.

Así Ba conoció África, Europa y América durante cuatro años, navegando, hasta que se instala en Londres, donde trabaja como jardinero, limpiador de nieve, ayudante de cocina y todo cuanto puede para estudiar y aprender bien la lengua inglesa, lo cual logra. En 1919 estará en Francia, ya incorporado a la lucha de la clase obrera y los residentes vietnamitas. «Rápido el pensamiento y rápido los pies», como escribió en sus versos sobre el ajedrez.

En 1919 ya es fundador de un establecimiento. Es un reconocido dibujante y, paralelamente, pronto envía a la Conferencia de Versalles una declaración de ocho puntos en la cual pide el reconocimiento del derecho del pueblo vietnamita a la libertad, la democracia, la igualdad y la determinación. Firma ahora como Nguyen Ai Quoc, el Patriota. Un año después participa en la fundación del Partido Comunista Francés, celebrada en el famoso Congreso de Tours. El Patriota emplaza a sus colegas porque, siendo comunistas, no eligen y luchan tenazmente por la independencia de las colonias francesas en Indochina. Sorprende a todos.

Sigue rápido moviendo los pies y, con la ayuda de los comunistas franceses y luchadores de colonias francesas, funda la Unión de Pueblos Coloniales, y es elegido miembro permanente del Comité Ejecutivo. Sigue rápido y funda Le Paria, periódico del cual El Patriota, o Nguyen Ai Quoc, es el director, redactor-jefe, periodista y administrador. Pero sabe tanto que colabora también en L´Humanité, órgano oficial del Partido Comunista Francés, y en La Vía Ouviere, órgano de la Confederación General de Trabajadores de Francia.

Nguyen Ai Quoc visita Rusia. Lenin muere y no tiene la dicha de conocerlo personalmente, pero reside en la Unión Soviética, aprende la lengua y estudia en el Instituto Lenin. No se detiene, participa en congresos y escribe un libro que publica en Francia: Proceso a la colonización francesa. Viaja a China y se acerca a los vietnamitas, rápido funda la Asociación de la Juventud Revolucionaria de Vietnam, precursora –así lo estima él y ocurre–, del Partido de la clase obrera vietnamita.

Se acercan días más completos con la traición de Chiang Kaishet. Tiene que ir más aprisa… Muy pronto se fundará el Partido Comunista de Vietnam que cambiará de nombre dos veces, según las circunstancias, y al cabo se aprobará el programa que él concibe para la lucha que está a las puertas. Son tiempos de la inminente Segunda Guerra Mundial.

Así es la vida de Ba y de Nguyen Ai Quoc hasta 1940, cuando Alemania invade Francia, que capitula, y pronto los japoneses entran en Indochina. Aún más rápido para él… Ha pasado la cárcel, no ha cesado de escribir, vive perseguido, pero cerca de Vietnam. Regresará a su tierra, a la cual no había vuelto desde su salida en 1911 y 1942. Su afán se interrumpe. Ha querido pedir ayuda a Chiang Kaishek, pero lo encarcelan por más de un año.

En esa prisión horrible, donde por momentos lo dan por muerto, escribe versos clásicos en la lengua de sus carceleros: en chino. Lo hace así porque, escrito en vietnamita, sus carceleros habrían encontrado muy sospechosos sus versos, que no podrían leer. De ello daría testimonio que los editores recogerían. Se trata de poemas testimoniales, considerados hoy como clásicos. Él cuenta cómo le va en la cárcel: «Antes de romper el alba con los brazos atados y tirando de él con una cuerda, se ponían en marcha. Y a la hora del crepúsculo, cuando los pájaros regresaban a sus nidos, se le encerraba en cualquier celda improvisada, junto a un montón de inmundicias, y el prisionero podía considerarse feliz si le ponían en el cepo, pues con ello se liberaba de pasar la noche en las letrinas».

En uno de sus versos dice Ho Chi Minh: «Es tu cuerpo el que está en prisión; tu espíritu no puede ser encarcelado».

Esos versos son un testimonio fiel de Ho Chi Minh. Pero se acerca el día… El 2 de septiembre de 1945, en la Plaza Va Dinh, él da lectura a la Declaración de Independencia de la República Democrática de Vietnam. Aunque aún faltaban peldaños largos y espinosos para llegar en 1954, a la batalla victoriosa de Dien Bien Phu contra el colonialismo francés.

Y aún faltaría más: la lucha contra el imperialismo yanqui, aunque había logrado la meta de la revolución socialista en el Norte de su Patria. La guerra del imperialismo yanqui contra Vietnam es lo que queda, pero no le sorprendió a Ho Chi Minh, ni a su equipo brillante, como tampoco la victoria de su pueblo. Iba de prisa, pero se da cuenta que ha vivido mucho y rápido. Lo llaman familiarmente: el Tío Ho. Entonces escribió su testamento: «Sean cuales sean las dificultades y penalidades, nuestro pueblo logrará la victoria total: los imperialistas estadounidenses tendrán que irse del país. La patria será reunificada». Y así ocurrió.

EN CONTEXTO

Las relaciones entre Cuba y Vietnam tienen un basamento histórico e ideológico que se ha consolidado en 60 años.

Las visitas de intercambio al más alto nivel partidista han sido sistemáticas. Recordamos la visita realizada a Cuba, por el Secretario General del Partido Comunista de Vietnam y Presidente de esa República Socialista, el compañero Nguyen Phu Trong, en abril del 2012 y en marzo de 2018.

La primera visita oficial a Vietnam, efectuada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, entre el 12 y el 17 de septiembre de 1973, ha sido inolvidable para cubanos y vietnamitas. Los hermanos vietnamitas no olvidan que Fidel fue el único jefe de Estado que los visitó durante la guerra.

El encuentro entre el General de Ejército Raúl Castro y el Presidente Ho Chi Minh marcó un hito importante en las relaciones bilaterales.

Rememoramos la visita realizada a Vietnam por el Primer Secretario del PCC, General de Ejército Raúl Castro, en julio de 2012.

Fue de gran significación la visita realizada a Vietnam, en noviembre de 2018, por el Presidente Miguel Díaz-Canel.

Tomado: Granma