Esta reforma atenta contra la estabilidad económica de los trabajadores, pensionados, clase media y personas de menores ingresos, mientras que Colombia requiere de un sistema tributario eficaz que honre la justicia social, la equidad y la distribución equitativa de la riqueza, y que sean quienes más tienen quienes más tributen, para beneficiar de manera real a la clase social más necesitada.
Su aspecto social es un engaño desde el título hasta el contenido. Es una burla a la renta básica solicitada. El Programa Ingreso Solidario, PIS, como fórmula de equidad y eliminación de la pobreza, solo trae cifras ridículamente bajas y para un escasísimo sector de la población, pobres y extremadamente pobres para quienes hasta la transferencia es de difícil ejecución.
El IVA a los combustibles y a los servicios públicos es otro atraco. Cerca de mil pesos por galón constituyen una nueva carga económica para los transportadores, los productores y finalmente para los 50 millones de consumidores por el impacto en los productos y en el presupuesto de los hogares con el alza de los servicios.
La aplicación del IVA a los productos de primera necesidad, ya sea directamente o por efecto de pasarlos de excluidos a exentos, representa un recaudo nuevo por 10 billones de pesos, un estímulo a las importaciones, un golpe a los productores nacionales y el saqueo al bolsillo de los colombianos especialmente de ingresos medios y bajos.
La ampliación de la base tributaria hasta quienes devenguen un poco más de un millón de pesos, significa que tres millones de colombianos, adicionales a los que hay, deben declarar renta y por lo menos la mitad de estos deben pagar impuesto.
Es tan desacertado pretender resolver la crisis económica sacándole más plata a los colombianos de clase media y pobres, que la ANDI, en cabeza de su presidente Bruce McMaster planteó la no aplicación de la reforma del 2019 con exenciones por cerca de 14 billones al sector empresarial, propuesta que dejó sin piso los argumentos del Gobierno para seguir pretendiendo la reforma, pero fue ignorada olímpicamente por el ministro Carrasquilla.
Las facultades que se solicitan para que el presidente Duque pueda suprimir, fusionar, reestructurar y modificar entidades, organismos y dependencias de la rama ejecutiva son un veneno laboral y el preludio de una masacre laboral en el Estado. Se establece en la práctica la congelación de salarios en el sector público hasta el 2026.
Gravar con IVA los insumos agrícolas constituye un golpe de gracia a los campesinos y productores del campo, a la producción agrícola y agropecuaria y a todos los colombianos por el encarecimiento que genera en la producción y en los precios de todos los productos alimenticios provenientes del campo.
El impuesto a las pensiones hasta de 4,8 millones de pesos es un impuesto a la vejez, es abrir la compuerta para extenderla luego a todos los pensionados.
Constituye un atentado económico a quienes dedicaron su vida al servicio del país.
La eterna aspiración de eliminar los parafiscales y atentar contra las cajas de compensación familiar y el sistema de subsidio familiar, se camufla en la reforma con la exoneración de este aporte a los empresarios que contraten mujeres y jóvenes por los próximos 5 años. Truco para continuar con su desmonte.
Gravar los vehículos viejos por la emisión del CO2, es golpear a los pobres que son los propietarios de estos modelos añosos, la mayoría como instrumentos de trabajo. Duro golpe a la informalidad producto del desempleo.
La reforma golpea inmisericordemente a todos los colombianos, pero con mayor fuerza a la clase media, los trabajadores y los colombianos más pobres. El objetivo único es satisfacer las exigencias de las calificadoras de riesgo, el FMI y la OCDE para continuar con la política de endeudamiento desenfrenado. Las consecuencias recaerán principalmente en el próximo gobierno.
Por las anteriores razones, el CNU llama a participar del Paro Nacional del 28 de abril con movilizaciones pacíficas y guardando todos los protocolos de bioseguridad, por vida, paz, democracia y contra el nuevo paquetazo de Duque y la reforma tributaria.