Los impactos del cambio climático en la ganadería, una parte integral de la supervivencia económica para el continente africano, podrían aumentar la ya elevada vulnerabilidad de 1.300 millones de personas frente al aumento de las temperaturas globales. La ONG Alianza por la Solidaridad-ActionAid advierte de que la inseguridad alimentaria, agravada por la sequía y los efectos de la guerra de Ucrania desde Gambia hasta Somalia, se prolongará en el tiempo.
Dos recientes informes científicos han puesto de manifiesto lo que va a ocurrir si no se frena la subida de temperaturas y no se implantan medidas de adaptación para que los daños y pérdidas sean los menores posibles en el sector ganadero africano. Uno de los trabajos, realizado por científicos de varios países, concluye que, para 2050, hasta 370 millones de cabezas de ganado en todo el planeta podrían sufrir uno o más días de calor extremo, al igual que unos 6.000 millones de pollos. El segundo informe examinó los costos económicos potenciales del estrés por calor y determinó que, para finales de este siglo, los ganaderos pueden enfrentar pérdidas financieras de hasta 40.000 millones al año en los países tropicales pobres, entre otros de África. Hoy, el sector ganadero aporta entre el 30% y el 50% de su PIB agrícola.
En el DÍA DE ÁFRICA, el 25 de mayo, Alianza por la Solidaridad-ActionAid alerta de los riesgos que supone la desaparición de millones de vacas, ovejas y cabras, que son el sustento de 800 millones de agricultores y pastores en todo el continente. La organización denuncia que, pese a ello, no se están tomando medidas de adaptación, debido a su elevado coste y a la escasa financiación internacional que se ha puesto en marcha para ayudar a los países del hemisferio sur.
Para esta organización, que trabaja desde hace décadas en países tan afectados por el cambio climático como Mali, Senegal o Mauritania, la perspectiva de que el ganado de subsistencia pueda desaparecer a gran escala debe hacer sonar las alarmas entre los políticos de todo el mundo.
El propio Banco Africano de Desarrollo asegura que, en la mayoría de los países africanos, entre el 60 % y el 80 % de los hogares rurales crían ganado como activos generadores de ingresos y para la nutrición familiar. Pero es que, además, el estiércol y la tracción animal son fundamentales para la producción de cultivos.
Las interrupciones del sector ganadero de África tendrán efectos profundos en las vidas y los medios de subsistencia de los pequeños agricultores y ganaderos, que son la columna vertebral de la producción de alimentos del continente.
“La mayor parte de la producción de alimentos proviene, en gran medida, de pequeñas parcelas de tierra fragmentadas que son cultivadas por pequeños agricultores (la mayor parte, mujeres), lo que hace que su producción sea clave en la economía rural del continente”, señala Almudena Moreno, coordinadora de Desarrollo Local de la ONG.
Proyectos para la gestión de los espacios naturales
Moreno, de Alianza-ActionAid, añade: “La ausencia de planificación del territorio da lugar a problemas de gestión del agua, bosques o pastos, más conflictivos cuanto más se acentúa el cambio climático. Esto se incrementa en las zonas transfronterizas, al convivir legislaciones distintas y diferentes procesos democráticos que generan desequilibrios. Con estos planes de ordenación, las decisiones parten de las comunidades y, además, se promueve la participación activa de las mujeres. Los resultados han sido muy positivos, facilitando armonizar normativas y la cogestión de infraestructuras, al margen de dónde está la línea divisoria entre países o entre comunidades de un mismo país. Ese es uno de los caminos a seguir si lo que queremos es que los y las africanas puedan tener garantizadas condiciones de vida dignas sin abandonar sus territorios”.
Tomado: Tercerainformacion