Vestido con uniforme militar, tal si fuera, en vez de jefe de la diplomacia europea, el comandante de las fuerzas de la OTAN, Josep Borrell acaba de esbozar su plan de guerra para Ucrania.
Dos elementos lo identifican: «la Unión Europea formará más de 11 000 soldados ucranianos en marzo, y asignará otros 2 000 millones de euros para la adquisición y suministro de municiones a Kiev».
En una conferencia de prensa en Estocolmo, Suecia, tras una reunión informal de los ministros de Defensa de los Estados miembros de la Unión Europea, aseguró que «la misión de la ue formará a las tripulaciones de los carros de combate que se suministrarán a Ucrania a través de la OTAN», reportó RT.
El plan Borrell incluye pertrechos a partir de las reservas existentes. Dentro de las asignaciones, mil millones de euros provienen del Fondo Europeo para la Paz. Aclaro: dijo Fondo Europeo para la Paz, aunque esa paz sea teñida con la sangre que se derrama en el conflicto.
El segundo propósito es la adquisición de municiones de 155 milímetros, para lo que pide asignar otros mil millones de euros, y «poner nuestra industria bajo ley marcial», declaró.
Ante semejantes propósitos, ¿alguien duda del papel encomendado a Borrell como uno de los más significativos exponentes de la guerra contra Rusia, y de haber puesto las riendas de la ue en manos de EE. UU.?
Coincidiendo con estas declaraciones, como si fuera un «zafarrancho de combate», al otro lado del océano, el presidente Joe Biden propuso la asignación de un presupuesto récord de 835 000 millones de dólares para las guerras, en el presente año fiscal.
Antes de que la solicitud sea enviada al Congreso, se supo, además, que la administración estadounidense podría destinar 170 000 millones de dólares para la adquisición de armas y 145 000 millones para investigación y desarrollo, dos cifras que resultan récords.
Un elemento adicional a la hora de identificar el peligroso camino que toma la política que, encabezada por la Casa Blanca, también se practica por la Unión Europea, es que el aumento de dinero para la guerra en el presupuesto estadounidense, se especula que estaría directamente vinculado con las tensiones con China, a quien Washington ve como su mayor rival.
La ayuda militar que Estados Unidos le ha dado a Ucrania desde que empezó la guerra, el 24 de febrero de 2022, suma los 75 000 millones, según divulgó el Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Tomado: Granma