La celebración musulmana del Ramadán inicia este domingo, sin embargo, los palestinos se prepararon para ese mes sagrado bajo el espectro de la guerra con la agresión sionista y el hambre en Gaza eclipsando la normalmente festiva conmemoración.
Miles de policías sionistas han sido desplegados en las estrechas calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde se esperan decenas de miles de fieles todos los días en el recinto de la mezquita de Al Aqsa, uno de los lugares más sagrados del Islam.
La zona, considerada el lugar más sagrado por los judíos que la conocen como el Monte del Templo, ha sido durante mucho tiempo un foco de problemas y fue uno de los puntos de partida de la penúltima agresión sionista contra los palestinos en 2021.
Ese conflicto de 10 días ha quedado eclipsado por la escalada genocida actual, que ahora se encuentra en su sexto mes.
La implacable campaña de Israel en Gaza ha provocado una alarma cada vez mayor en todo el mundo a medida que el creciente riesgo de hambruna amenaza con aumentar la cifra de muertos que ya ha superado los 31.000.
Las negociaciones y esperanzas de un alto el fuego, que habría permitido que el Ramadán transcurriera pacíficamente y permitiera el regreso de al menos algunos de los presos palestinos en cárceles sionistas, parecen haber quedado decepcionadas, con las conversaciones en El Cairo aparentemente estancadas.
En las ruinas de la propia Gaza, donde la mitad de los 2,3 millones de habitantes están hacinados en la ciudad sureña de Rafah, muchos de los cuales viven bajo tiendas de campaña de plástico y enfrentan una grave escasez de alimentos, el ambiente era sombrío.
Por su parte, en Cisjordania ha experimentado una violencia récord durante más de dos años y un nuevo aumento desde la guerra en Gaza, hay ciudades como Jenin, Tulkarm o Nablus preparadas para nuevos enfrentamientos.
Tomado: Tercerainformacion