Documentos desclasificados del Archivo Nacional del Reino Unido revelan que en 1920 Winston Churchill, futuro primer ministro británico, ordenó el uso de gas mostaza para sofocar la rebelión en Mesopotamia, que costó la vida a unos 10.000 árabes.
"Si los depósitos de gas estuvieran disponibles en el sitio o si hubiera que trasladarlos, entonces ciertamente hay que aplicarlos para evitar una situación de emergencia. El Comandante debe defender sus posiciones con las armas que posee", escribió Winston Churchill, por entonces ministro de la Guerra del Gobierno británico, en un telegrama dirigido al Comandante británico Percy Cox.
Según los archivos, por aquel entonces el Ejército británico disponía en Mesopotamia de 19.500 proyectiles de gas que excedentes desde la Primera Guerra Mundial, a los que se añadieron unos 15.000 proyectiles adicionales que fueron trasladados desde Egipto.
Documentos descalificados y hechos públicos recientemente demuestran que el político británico sentía una extraña debilidad hacia este tipo de armas.
"No entiendo esta aversión al uso del gas. Apoyo firmemente el uso de gas venenoso contra tribus incivilizadas", escribía Churchill, un año antes de los acontecimientos en Mesopotamia, cuando planeaba y ordenaba un ataque con armas químicas contra los bolcheviques que se hizo efectivo entre agosto y septiembre de 1919 en el norte de Rusia, alegando que el gas es un arma más compasiva que un proyectil explosivo, ya que obliga a un enemigo a aceptar una decisión con menos pérdidas de vidas.
"Esto demuestra que la política exterior del Reino Unido no ha cambiado mucho en casi 100 años, y todavía tratan a árabes y kurdos como entonces. Es un crimen de guerra, y en la actualidad se percibe así, pero a los ganadores no se los juzga", dijo a la agencia rusa Ria-Novosti el diputado del partido del Parlamento británico Respect (Respeto) George Galloway.
La rebelión contra el dominio británico en Mesopotamia comenzó en 1920 y fue aplastada a sangre y fuego por el Ejército británico. Según algunas estimaciones, se saldó con la vida de unos 10.000 árabes. En 1921 en este territorio fue proclamado el Estado de Irak, aunque siguió estando bajo el protectorado de Londres.
Según los archivos, por aquel entonces el Ejército británico disponía en Mesopotamia de 19.500 proyectiles de gas que excedentes desde la Primera Guerra Mundial, a los que se añadieron unos 15.000 proyectiles adicionales que fueron trasladados desde Egipto.
Documentos descalificados y hechos públicos recientemente demuestran que el político británico sentía una extraña debilidad hacia este tipo de armas.
"No entiendo esta aversión al uso del gas. Apoyo firmemente el uso de gas venenoso contra tribus incivilizadas", escribía Churchill, un año antes de los acontecimientos en Mesopotamia, cuando planeaba y ordenaba un ataque con armas químicas contra los bolcheviques que se hizo efectivo entre agosto y septiembre de 1919 en el norte de Rusia, alegando que el gas es un arma más compasiva que un proyectil explosivo, ya que obliga a un enemigo a aceptar una decisión con menos pérdidas de vidas.
"Esto demuestra que la política exterior del Reino Unido no ha cambiado mucho en casi 100 años, y todavía tratan a árabes y kurdos como entonces. Es un crimen de guerra, y en la actualidad se percibe así, pero a los ganadores no se los juzga", dijo a la agencia rusa Ria-Novosti el diputado del partido del Parlamento británico Respect (Respeto) George Galloway.
La rebelión contra el dominio británico en Mesopotamia comenzó en 1920 y fue aplastada a sangre y fuego por el Ejército británico. Según algunas estimaciones, se saldó con la vida de unos 10.000 árabes. En 1921 en este territorio fue proclamado el Estado de Irak, aunque siguió estando bajo el protectorado de Londres.
Tomado: Matrizur.org