El Estado Mayor del Ejército de Rusia ratificó hoy que en la operación militar-policial a gran escala en el sureste de Ucrania participan decenas de mercenarios extranjeros, incluidos estadounidenses.
Según el jefe del mando militar, Valeri Guerásimov, Moscú dispone de datos sobre la participación de mercenarios, norteamericanos inclusive, del lado del gobierno ucraniano, en las acciones combativas que tienen lugar en las regiones para sofocar la resistencia.
Varias ciudades de Donetsk y Lugansk, controladas por las milicias populares y partidarios de la federalización, son blanco simultáneamente de una ofensiva de las fuerzas regulares ucranianas, apoyadas por los escuadrones de la Guardia Nacional y Sector Derecho.
Guerasimov reiteró durante la conferencia internacional sobre Seguridad, que tradicionalmente se celebra por esta fecha en Moscú, que el Estado Mayor dispone de datos sobre la presencia de contratados por empresas militares extranjeras. Opinó que la dinámica en el desarrollo de los acontecimientos en Ucrania no permite predecir la situación en lo adelante en ese país, cuyas autoridades que llegaron al poder mediante un golpe de Estado han desatado una guerra civil contra los territorios que no reconocen a la junta de Kiev.
El ministro de Defensa, Serguei Shoigu, dijo por su parte que tras el derrocamiento por la fuerza del presidente Víktor Yanukóvich, con ayuda externa, se empujó a Ucrania a una guerra civil.
De esa forma, expresó Shoigu, fue creado artificialmente en Europa un foco de tensión, cuya reflejo ha tenido un impacto negativo en la seguridad global.
Advirtió el jefe del Estado Mayor que un proceso similar ocurre en Venezuela, donde la jefatura legítima del país enfrenta a la llamada "oposición democrática alimentada desde el extranjero".
Shoigu respaldó el criterio de que en Ucrania se observó un escenario de "revolución de colores" (similar a los sucesos de 2004), el mismo que fue generado en un pasado reciente en otros países de la Comunidad de Estados Independientes, subrayó.
Indicó que dichos escenarios adquieren cada vez más formas de lucha militar y se convierten en factores de desestabilización en el mundo.
Mientras tanto, el Ejército ucraniano y comandos represivos de la Guardia Nacional y la fascista organización de Sector Derecho continúan desde ayer una fase masiva de la operación de castigo en las regiones de Donetsk y Lugansk.
En ambos frentes se registran cruentos combates, con incursiones indiscriminadas de las agrupaciones regulares en los sectores residenciales. Las milicias reportaron decenas de muertos y heridos, incluidos civiles, como parte de la ofensiva militar contra Lugansk y Donetsk.
La República Popular de Donetsk anunció hoy un alistamiento masivo de la población adulta masculina (de 19 a 40 años) para completar las milicias de autodefensas, mientras que el gobierno alternativo en Lugansk declaró situación militar (ley marcial) en el territorio.
Se conoció que armados de Sector Derecho fusilaron a unos 30 soldados de la Guardia Nacional que se negaron a disparar contra civiles en el poblado Lisichansk, en Lugansk.
En Moscú, el vicecanciller Alexei Meshkov reiteró el interés y los esfuerzos de su país en una distensión de la crisis en Ucrania.
Subrayó Meshkov que no fue Rusia la responsable en desatar la crisis ucraniana, y sorprende la manera con que se hace ver como la principal culpable.
La Cancillería deploró hoy que Kiev no solo rehusó a suspender la operación de castigo contra su propio pueblo, sino que somete a bombardeos indiscriminados ciudades y poblados en el sureste del país.
Tomado: Prensa latina