La zona petrolera colombiana de Puerto Gaitán, departamento de Meta, retornará hoy a la normalidad, luego que se lograra un acuerdo para terminar con las protestas que mantenían trabajadores por condiciones laborales dignas.
Lentamente se reanudarán las operaciones en los campos Rubiales y Quifa, escenarios de las protestas, y donde tiene asiento la multinacional canadiense Pacific Rubiales, en el ojo del huracán por violaciones al derecho de los trabajadores.
Primero se revisarán los daños en los campos ocasionados durante las protestas, fuertemente reprimidas por la policía, y tras cuya evaluación se retomará la producción de 225 mil barriles diarios de crudo.
Sin embargo, los trabajadores estarán muy atentos a la evolución de las negociaciones, pues no es la primera vez que se llegan a preacuerdos que luego no son cumplidos.
Precisamente en dicha zona petrolera se han registrado desde junio pasado continuas protestas en rechazo a las violaciones del derecho de los trabajadores y las promesas incumplidas.
Lo logrado anoche, tras más de ocho horas de conversaciones entre el Gobierno, el sector sindical y Pacific Rubiales, contempla el cese de toda actividad violenta y vías de hecho en Puerto Gaitán.
A ello se agrega la instalación oficial de una mesa complementaria de trabajo que hará parte de las nueve ya existentes establecidas desde el pasado 3 de agosto por el Gobierno.
Ésta discutirá exclusivamente temas relacionados con salarios, prestaciones sociales, y análisis de quejas referentes a despidos injustificados que se produjeron a partir del 19 de julio de 2011.
A su vez, la vinculación efectiva de la mano de obra, garantías laborales y derecho a la libre asociación sindical, al tiempo que se firmaron dos actas de acuerdos, una entre trabajadores y Gobierno, y otra entre trabajadores e industria petrolera, sin que se ofrecieran más detalles al respecto.
Lo cierto es que habrá que esperar por la capacidad de diálogo entre las partes y, sobre todo, por el cumplimiento de los acuerdos, pues de esto último dependerá que Puerto Gaitán no vuelva a convertirse en un campo de batalla.
Prensa Latina