Por Shaun Walker *
Desde Moscú
Rusia criticó fuertemente ayer la beligerancia occidental hacia Siria e Irán, diciendo que un ataque militar al gobierno iraní podría causar una “reacción en cadena” que podría desestabilizar al mundo entero. El canciller del país, Sergei Lavrov, también dijo durante su conferencia de prensa anual televisada que Rusia usaría su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier resolución que pidiera usar la fuerza militar contra Siria.
Lavrov dijo que Rusia está “seriamente preocupada” de que la acción militar contra Irán esté bajo consideración y prometió que Moscú haría cualquier cosa para evitarla. “Las consecuencias pueden ser extremadamente graves”, dijo. “No va a ser un camino fácil. Provocará una cadena de reacciones y no sé dónde se podrá detener.” La semana pasada, un diario ruso reveló que los ejercicios anuales de entrenamiento llevados a cabo por el ejército de Rusia en el sur, se enfocarían este año en escenarios relacionados a una secuela regional de un posible conflicto militar con Irán. Rusia ha apoyado algunas sanciones contra Irán, pero ha rechazado cualquier conversación sobre nuevos castigos. Estados Unidos ya aplicó nuevas sanciones económicas y la Unión Europea (UE) está considerando hacer lo mismo mientras crecen las preocupaciones sobre las ambiciones nucleares de Teherán, pero Lavrov dijo que tales movidas eran falsas y no “tenían nada que ver con el deseo de contribuir a la no proliferación nuclear”. En cambio, Lavrov añadió que las nuevas sanciones apuntaban a “sofocar la economía iraní y a la población, en una aparente esperanza de provocar descontento”.
Sobre Siria, donde el levantamiento contra el régimen del presidente Bashar al Assad está en su décimo mes, el canciller ruso fue igualmente frontal, descartando cualquier apoyo de Moscú en la ONU para una intervención militar. Rusia se abstuvo de un voto en el Consejo de Seguridad sobre la intervención militar en Libia y luego estuvo furiosa por lo que sentía que era una campaña de bombardeos que iban más allá de la orden de “proteger a civiles” autorizada por la ONU.
Moscú ha dejado en claro en varias ocasiones que no tolerará una repetición en Siria, un mensaje que Lavrov reiteró ayer. “Si alguno tiene la intención de usar la fuerza a toda costa, no podemos impedir que suceda”, dijo. “Pero que lo hagan bajo su propia iniciativa, en su propia conciencia: no obtendrán ninguna autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.” No pidió disculpas sobre las afirmaciones de que Rusia había estado entregando armas al régimen sirio a pesar del embargo de armas de la UE al país. Un barco que se creía que estaba llevando armas de Rusia fue detenido brevemente en Chipre este mes, antes de continuar hacia su destino final en Siria. Lavrov acusó a los países occidentales de abastecer con municiones a la oposición siria, que él consideraba “inaceptable y absolutamente contraproducente”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.