En los últimos días Venezuela
ha sido el punto de encuentro de expresidentes de la región y uno de España,
según han manifestado los mismo, están preocupados por las condiciones de los
presos políticos opositores del gobierno Maduro. Los expresidentes creyendo que
conservan algún fuero, sin seguir los protocolos que todo visitante debe realizar
para ingresar a la visita carcelaria, esperan que por el simple hecho de ser ex
presidentes tienen acceso directo.
La arrogancia de estos
personajes encabezados por Felipe González seguido por Pastrana, Piñera, Calderon y otros
más, constituye lo que se puede llamar el eje del mal, pues estos pro-hombres no
son precisamente los defensores de derechos humanos, ni siquiera tienen
autoridad moral sobre el tema. Pastrana ex presidente colombiano incapaz de
lograr la paz para el país, prefirió firmar el acuerdo de cooperación con EEUU
con ello dejó claro que lo suyo es la guerra y no la paz.
A parte de esto su mandato transcurrió
sin pena ni gloria, más pena, pues ha sido uno de los presidentes con la imagen
de popularidad más baja, obsesionado por el tapete rojo y los recibimientos de
mandatario que recibió durante sus 4 años de turismo por el mundo. Por lo demás
el país siguió la misma dinámica de violaciones a los derechos humanos,
desplazamiento, masacres, hacinamiento carcelario del que nunca se preocupó, es
más nunca visitó alguna cárcel para ver las condiciones de los presos sobre
todo los políticos, los que ahora le preocupan tanto pero de otro país.
Igual pasa con el ex
presidente Piñera, en su gobierno se hizo presente el descontento social que exigía
una reforma educativa en todos los niveles, los cuales no fueron atendidos ni
tenidos en cuenta, lo que si se dimensionó fue la respuesta represiva de la
fuerza pública acostumbrada por 17 años de dictadura, hacer lo que le diera la
gana con los manifestantes.
Frente a este hecho, el hoy
expresidente preocupado como se le ha visto de visita en Venezuela por la
situación carcelaria de los presos políticos, no se manifestó incluso amenazo
con reprimir a los huelguitas y tomar medidas para controlar los desórdenes,
tampoco los otros expresidentes que hoy lo acompañan dijeron nada sobre la
crisis educativa en Chile, similar a la colombiana de la que nadie se pronunció,
ni llamaron hasta el Papa para interceder ni a la OEA para exigirle sanciones a
Venezuela por cumplir su Constitución y sus normas.
Lo mismo viene ocurriendo con México frente a la violación de los derechos humanos las detenciones arbitrarias como la ocurrida con el profesor Miguel Angél Beltrán deportado a Colombia desconociendo sus derechos, este mismo ex presidente ahora viene a presionar a Maduro sobre las condiciones de los presos políticos.
Similar caso el de Felipe
González, quien nunca se ha pronunciado a favor de las víctimas que dejó el franquismo
y sobre las violaciones a los derechos humanos en España, pretende venir a
darle catedra a Maduro e instalarse como férreo defensor de la oposición y
defensor de los presos según se ha dicho injustamente encarcelados en
condiciones infrahumanas en celdas que violan la dignidad humana, para los
políticos no para los otros reos.
Sin olvidar el papel de
EEUU, pues este país, que ha violado todas las normas, acuerdos, tratados
internacionales, que sus intervenciones por el mundo solo ha dejado
destrucción, muerte y saqueo; pretende de manera descarada y arbitraria sancionar
a Venezuela por no obedecer, olvidando las violaciones a los derechos humanos
que no solo han ocurrido al interior de su país, sino a los presos que tiene en
cárceles como la de Guantánamo.
Sin duda, los expresidente
quienes carecen de alguno reconocimiento en sus países pretende armar un bloque
en contra de Venezuela con el fin de limitar el gobierno legítimo de Maduro y generar
inestabilidad con el discurso de defensa de derechos humanos los mismo que se
violaron durante sus gobiernos, con ello pretende posicionar el mismo discurso
de derecha desgastado que ha ido perdiendo apoyo.
En este mismo lugar se
encuentra el presidente Santos quien de manera poco diplomática con Venezuela y
olvidando que este país ha sido de gran apoyo para los diálogos, hace uso de forma
personal de un avión perteneciente al Estado colombiano, del cual no puede
disponer libremente ni trasladar amigos de un lugar a otro, los bienes son del
Estado y no del presidente. Aquí surgen varias preguntas quién pago el combustible
utilizado durante el trayecto? Será que fuimos los colombianos ¿cuál es el interés
de Santos de que González esté al tanto del proceso de paz? Tema de interés nacional.
Sin duda el comportamiento
de Santos deja mucha dudas sobre lo que debe hacer un jefe de Estado y lo pone
como un rufián de esquina que espera a Maduro para abalanzarse sobre él.
Hasta ahora no conocemos los
buenos oficios de Felipe González frente a la resolución de conflictos por el
mundo o será que el expresidente tiene otro tipo de interés comercial en
Colombia que no ha podido materializar a causa del conflicto, de ahí también se
deriva el interés por Venezuela.