La Administración Trump anunció este miércoles una reforma fiscal que beneficia a los más ricos y a las grandes empresas. La rebaja de impuestos a las empresas fue una de las principales promesas de la campaña electoral de Trump, que prometió una “reforma fiscal histórica”.
De esta manera se hace desaparecer el impuesto de Sucesiones, se reducen los tramos fiscales del IRPF de siete a tres (10%, 25% y 35%) y se rebaja la carga de los más ricos del 39% al 35%.
El plan también abre la puerta a un trato benévolo para las repatriaciones de capital de las empresas y a la desaparición de casi todas las deducciones del impuesto sobre la Renta, salvo la desgravación por hipotecas y las donaciones a ONG.
La medida clave es la rebaja del tipo del impuesto de Sociedades del 35% al 15%. El recorte implica, según la Tax Foundation, que el Estado federal deje de recaudar dos billones de dólares en 10 años.
La otra cara es más ideológica. Con este hachazo fiscal, Trump se muestra como un presidente dispuesto a mimar a la iniciativa privada, pero distante de los problemas sociales.
Es probable que la implementación de la reforma fiscal tome varios meses. Aunque las dos cámaras del Congreso y la Casa Blanca están lideradas por los republicanos, los intereses en algunos campos importantes son diferentes.
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Tomado: LibreRed.net