La represión de musulmanes rohingyas en Myanmar continúa provocando reacciones. Canadá denuncia la situación como una limpieza étnica, mientras que las premio Nobel de la Paz reclaman a la líder birmana de facto detener los abusos contra esta minoría o que presente su dimisión.
Continúan las reacciones de denuncia por el trato inhumano al que está sometida la minoría musulmana rohingya en Myanmar (Birmania). La ministra canadiense de Exteriores, Chrystia Freeland, denunció la situación al considerarla una limpieza étnica.
En este mismo sentido, tres premios Nobel de la Paz exigieron a la líder birmana de facto, Aung San Suu Kyi, frenar las atrocidades militares contra los civiles rohingyas. Tras visitar los campamentos de refugiados en Bangladés, a donde han llegado miles de rohingyas huyendo de la violencia, Tawakkul Karman, yemení premiada con el Nobel de la Paz en 2011; Shirin Ebadi, abogada iraní premiada en el año 2003, y Mairead Maguire, activista norirlandesa que recibió el galardón en 1976, han apuntado directamente a la presidenta de facto de Myanmar, le han exigido que exponga la verdad sobre lo que está sucediendo con lo rohingyas y han llegado a exigir que la mandataria, sea juzgada por una Corte Internacional.
También denunciaron el silencio del mundo ante estos crímenes, lo que tacharon de una vergüenza para toda la comunidad internacional.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde finales del pasado agosto, cuando inició la ola de violencia contra los musulmanes rohingyas, unos 700 mil se han visto obligados a abandonar sus casas y escapar hacia el país vecino, Bangladés.
Tomado: Tercerainformacion