La agencia rusa de noticias RIA Novosti ha informado este lunes que la Administración Nacional de Seguridad Nuclear del Departamento de Energía de EE.UU. (NNSA, por sus siglas en inglés) y la Fuerza Aérea del país norteamericano completaron dos pruebas de vuelo de calificación de su nueva bomba termonuclear, la B61-12, desde el bombardero B-2 Spirit.
Las pruebas, que supuestamente fueron las primeras de su tipo, tenían como objetivo ampliar la vida útil de la bomba B61, emplazándola en los bombarderos estadounidenses de última generación, incluido el B-2.
RIA Novosti también ha indicado que la bomba nuclear será adaptada en la bahía interna del avión de combate F-35.
“Estados Unidos continúa invirtiendo en armas de destrucción masiva. Las bases de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Turquía, Alemania e Italia recibirán las nuevas bombas en 2020”, ha asegurado Alexandr Jilin, un experto nuclear ruso, citado por la referida agencia.
EE.UU. posee un total de 150 ojivas nucleares en cinco países miembros de la Alianza Atlántica, incluyendo Turquía, según un informe sobre armas nucleares en la esfera internacional, elaborado en el octubre pasado por el Parlamento turco.
Entre estas armas, las bombas tipo B61 aún se encuentran en la base aérea de Incirlik, en la provincia de Adana (sur de Turquía).
A mediados de mes de marzo, el diario neoyorquino The Wall Street Journal informó de una reducción considerable de las operaciones militares del Ejército estadounidense en Incirlik y de posibles recortes permanentes allí, debido a las tensiones existentes entre Washington y Ankara, entre ellas, el apoyo que brinda Washington a las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) en Siria, vinculadas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), al que Ankara considera como terrorista.
Tomado: tercerainformacion