La modestia es una virtud que sus interlocutores le reconocen. Rodrigo Londoño, es un hombre agudo en sus apreciaciones políticas. Con el acento marcado de su tierra natal, el Quindío, el presidente del partido FARC recibió a VOZ para conversar sobre el momento político, los cien días del presidente Duque y la realidad del proceso de paz.
Antes de iniciar la entrevista y mientras ojeaba la VOZ más reciente, agradeció la oportunidad de dirigirse a los lectores del semanario comunista y de paso reconocerle su papel en la prensa colombiana, celebrar el próximo Festival y “felicitar a la nueva directora del periódico y desearle muchos éxitos en la conducción”.
Estamos a dos años de la firma del acuerdo en el teatro Colón. Para Rodrigo Londoño ¿cuál puede ser un balance de este segundo aniversario de la firma?
Dos años es una fracción muy pequeña de tiempo en la historia de los pueblos, pero también pueden pasar muchas cosas en la historia política de Colombia. Se le abrió la posibilidad al país de transitar los senderos de la paz después de un conflicto de casi cincuenta años que produjo heridas muy profundas en la sociedad colombiana, y que en Colombia se abra esa posibilidad es muy importante, pero también está la amenaza de que se frustre si los colombianos bajamos la guardia y no defendemos esta conquista que no es de las FARC sino de ellos y en especial, de los sectores populares. Las dinámicas que estamos viviendo demuestra que la paz abrió las compuertas del torrente de la lucha popular por alcanzar los grandes cambios que Colombia necesita.
¿Dos años también de un sin número de atentados por hacer fracasar la paz?
Sí, sabíamos que no iba a ser fácil. Desde la construcción del acuerdo ha existido una presión fuerte de un sector minoritario, pero muy poderoso desde el punto de vista económico y político, que se ha opuesto a la posibilidad de un acuerdo de paz como el de La Habana. Ahora, desafortunadamente en esta etapa, luego de cumplirse los dos años, ese sector opositor a la paz, tiene posiciones de poder desde las cuales pueden incidir. Pero tenemos la razón de nuestro lado y una bandera de paz a la que sectores y personas la han hecho suya. Hay más y más sectores que se están sumando al apoyo a la implementación del acuerdo de paz.
Dificultades
¿Esos apoyos lo animan?
Yo en lo personal digo: acertamos en el camino. No he dudado nunca en que la decisión tomada fue la más acertada, y no lo digo por mi persona propia sino por el colectivo de las FARC. Los seis años fue un proceso de consulta con la gente permanente en cada uno de los puntos de lo acordado, incluso, el Pleno de la Dirección de las FARC en La Habana, en el año 2015, con todo el Estado Mayor y un nutrido número de cuadros, marcó la decisión final en la idea de convocar la décima conferencia para ratificar los acuerdos. La Conferencia era la máxima expresión de la guerrillerada y fue unánime en aquella oportunidad la decisión de aceptar el acuerdo. En ese espacio hicieron presencia las dudas, las inquietudes; siempre. Pero nadie dijo: yo no estoy de acuerdo con eso, y eso hace que yerre menos.
Balance de las visitas a los Espacios Temporales de Capacitación y Reincorporación, ETCR
El balance es tan contradictorio como la implementación. Cada espacio tiene su particularidad pero veo en todos que afrontan las dificultades de una manera optimista, también hay escepticismo, pero en general hay un espíritu de optimismo. Yo me lleno de seguridad en cada una de las visitas y me reafirmo en que el camino de la paz era el acertado. En Bogotá se estresa con tanto problema aquí y otro problema que surge allá, entonces visito algún espacio y me llenan de optimismo. Hay dificultades, claro. En unas partes más que en otras. Yo le he dicho a Duque que la situación es muy complicada, por ejemplo en el Putumayo, en el Cauca, en Arauca.
¿Qué le dijo al recién elegido, presidente Duque?
Mire presidente, no nos deje solos en la pelea contra el narcotráfico, porque uno de los factores que menos quiere la implementación es el narcotráfico que tiene intereses ligados con sectores económicos y políticos de algunas regiones del país. En el Putumayo hay una realidad, los narcos le ofrecen dos millones de pesos para que se vayan con ellos. Allá le dicen los narcos que puede tener privilegios y sí la cualidad del excombatientes es por su experiencia militar o porque fue mando o conoce la zona le ofrecen hasta 7 millones de pesos. Y si un excombatiente tiene dificultades pues usted qué cree.
Hay dificultad en los proyectos pues no hay apoyo del Gobierno como quedó consignado en los acuerdos de paz. Pero insisten los excombatientes en sacar adelante las iniciativas productivas, que les entreguen una reincorporación económica a la nueva vida
Ese es el espíritu de las FARC. El sacar adelante nuestro proyecto militar, el haber aguantado la arremetida más grande que hubiera podido existir contra movimiento revolucionario alguno en el continente, salir avante, golpeados por supuesto, pero fortalecidos al punto de estar aquí en otro momento político, ratifica el espíritu de las FARC. A mí me anima el esfuerzo colectivo. Esos esfuerzos con la poca plata de la bancarización para cada excombatiente y en otros espacios con la ayuda internacional se van manteniendo las iniciativas. En tiempos de la guerra había un norte y con todas las dificultades la gente salía adelante.
Compromiso fariano con la paz
¿El papel de la dirigencia ante las dificultades y las preocupaciones que se vienen?
La preocupación es el otro año en que no hay bancarización y ya no va a llegar la comida a los espacios territoriales. Mire, si el gobierno no tuviera incumplimientos y si hubiera proyectos de envergadura que resuelvan colectivamente las necesidades básicas, pues no habría problema, pero vemos que solo hay proyecticos para subsistir. Esa situación es peligrosa y a la gente le puede atraer a la vida fácil, porque la gente que hoy pasa necesidades no hubiera querido la paz pues desde antes de la firma del acuerdo se hubiera podido ir, así como hizo el grupito de Gentil Duarte. Por eso la importancia de tener líderes claros para enfrentar las situaciones difíciles en los espacios.
Las modificaciones de la JEP que se vienen cuajando en el Congreso como la inclusión de jueces con perfil militar para juzgar a los militares rompe con la esencia de la justicia transicional que es la verdad. ¿Qué opina el jefe de FARC frente a esas modificaciones?
Muy preocupado porque están modificando las reglas de juego y creemos que se deben atajar a tiempo. Lo que planteamos es que cada una de esas intentonas de maltratar el acuerdo son banderas políticas para el pueblo colombiano, del movimiento popular y campesino. La clave es que se mantenga la participación política y la seguridad jurídica. Queremos creer que mientras esos dos puntos se mantengan los demás los conquistamos con la lucha y la pelea, pero en caso de que esos dos puntos se quiebren será grave, como grave es que políticos que consideramos estadistas colombianos se presten para respaldar un acuerdo como el que firmaron allí en la Comisión Primera de Senado.
A propósito de eso, los sectores de la derecha han dicho que las modificaciones unilaterales no hacen trizas la paz sino mejora el acuerdo. ¿Cómo le parece esa máxima?
Listo. El acuerdo es una obra humana y como toda obra es imperfecta, pues perfeccionémoslo, pero las dos partes. Una parte no puede cambiar de manera unilateral la columna vertebral de ese acuerdo, no.
Saldo en rojo
Vamos al punto de tierras. El desarrollo rural integral tiene un saldo en rojo
Hay intereses muy poderosos para mantener la tenencia de la tierra y una clase política que quiere evitar hacer efectivo un instrumento como el catastro multipropósito, necesario para el desarrollo económico del país. Uno le explica a los europeos eso y no entienden como no se avanza. Ahora la implementación del punto de tierras es una bandera para movimiento popular.
Las movilizaciones estudiantiles y la molestia social que se expresa en la calle por la reforma tributaria de Duque. ¿Cómo ve ese agite social?
Nos estimula a seguir luchando y nos obliga a llamar al pueblo colombiano para que a la paz no la hagan trizas. Los acuerdos han abierto un nuevo ambiente político a pesar de que falten cosas por hacer, por ejemplo, la salida dialogada con el ELN. Mire el gobierno Duque es un digno representante de su clase y está haciendo lo que se comprometió a hacer: está gobernando para ellos y no para las grandes mayorías sociales.
Cien días de Gobierno
Los cien días de Duque
En general la mejor muestra de Duque es la movilización social y la inconformidad social. Eso demuestra que no lo hace bien en función de las mayorías, pero al tiempo otros lo aplauden, quiénes, los de su clase social. En materia de paz, no quiero hacer un balance final pero recuerdo que el presidente Duque estuvo en Pondores, al lado de dos camaradas de nuestra dirección, y allí hizo promesas, pero está mal informado sobre el proceso, yo creo que no le han hecho una lectura juiciosa y objetiva de los acuerdos y se dejan llevar por el intereses político de marchitar la paz.
Cuáles desinformaciones
Por ejemplo, eso de salir a decir que sí estos señores comenten delitos después de la firma de los acuerdos se les aplica la ley, pues eso es lo mismo que decir que si esta lloviendo y uno sale pues se moja. No le queda bien a un presidente salir a decir esas cosas cuando la gente está esperando otro mensaje. Debería Duque dejarlo acompañar de los buenos oficios de la comunidad europea en la reincorporación.
Congreso
Balance de la bancada de la FARC
Positivo. Uno especula mucho de lo que es el trabajo parlamentario tan complejo que demanda un esfuerzo grande si se quiere actuar en consonancia a nuestra pelea. La bancada va acumulando experiencia, va ganando espacio y eso es positivo. En otros tiempos hablamos de uno y dos representantes de un sector social importante, que junto a otras bancadas están haciendo un gran papel.
Ya no son uno o dos, es una bancada alternativa. Esa bancada es un buen mensaje
Es una experiencia de construcción de unidad, nada fácil con la historia de unidad de la izquierda colombiana. La bancada demuestra la madurez misma de esa izquierda, con todo y contradicciones como el apoyo a la reforma de la JEP nos deja sorprendidos, pero con contadas excepciones ese espacio parlamentario es muy importante. Nosotros somos diez parlamentarios, desafortunadamente somos solo ocho, pero le abonamos a las transformaciones sociales, pero no estamos solos, necesitamos un apoyo importante en las calles de Colombia.
Un mensaje para los colombianos inconformes en las calles
En las luchas sociales de hoy el mensaje es de aliento, tolerancia, no dejarse provocar pero lo más importante es no dejar hacer trizas los acuerdos de La Habana y con eso no llamo a defender la FARC sino la paz porque es un proyecto de país y la debemos defender.
La FARC y la unidad para el 2019
Estamos construyendo la línea, pero decimos que vamos a apoyar candidatos que defiendan la paz.
La unidad de los comunistas
Se va construyendo en el qué hacer del día a día, no se impone ni se decreta, se hace con el trabajo.
Una opinión de Bolsonaro
Fascismo.
Trump
Igual de fascismo.
Andrés López Obrador
Una esperanza.
Andrés Pastrana
Cito a Ernesto Samper: “Y ese quién es”.
Juan Manuel Santos
Con indecisiones se la jugó por la paz.
Luis Carlos Sarmiento Angulo
Un ricachón.
Darío Arizmendi
Conmigo se ha portado bien.
Alfonso Cano
El arquitecto de la paz.
Jacobo Arenas
Un gran maestro.
Manuel Marulanda
Un visionario.
Carlos Lozano.
Esfuerzo, sacrificio y dedicación por una idea.
VOZ
El alimento espiritual.
Tomado: Agencia Prensa Rural