El canciller iraní Mohamad Yavad Zarif aseguró que el resultado de un ataque militar estadounidense o saudita contra Irán podría desatar "una guerra total". Tanto Washington como Riad responsabilizan a Teherán por los ataques del sábado pasado contra la petrolera saudita Aramco, situación que reflotó la posibilidad de un nuevo conflicto bélico. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, subrayó por su parte que buscará una "solución pacífica" al conflicto, aunque insiste en culpar exclusivamente a Irán sin que existan aún pruebas fehacientes.
Zarif advirtió en una entrevista con la cadena CNN en Teherán que si Estados Unidos y Arabia Saudita inician la respuesta militar que evalúan desplegar contra Irán, todo derivará en un conflicto que podría causar "muchas bajas". "No queremos participar en una confrontación militar, pero no parpadearemos a la hora de defender nuestro territorio", aseguró.
El jefe de la diplomacia iraní reiteró que su país no está implicado en esos ataques, que fueron reivindicados por los rebeldes hutíes yemeníes, aliados a Irán. "Sé que nosotros no lo hicimos. Sé que los hutíes declararon que lo hicieron", agregó. Sin embargo, Arabia Saudita insistió el miércoles en que los ataques fueron efectuados con 18 drones y 7 misiles iraníes, y que fueron lanzados desde el norte y no desde el Yemen, al sur del reino, aunque no precisó si el origen era Irán.
Lejos de calmar las aguas, el comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, Hossein Salami, subrayó durante una ceremonia oficial que "los enemigos se han quedado sin opción en el campo de batalla ya que Irán ha cerrado todos los caminos para la infiltración hostil". "Nuestros soldados, basijis (voluntarios islámicos) y guardias están preparados con los ojos abiertos en las fronteras y no estamos preocupados por los enemigos, grandes o pequeños", agregó Salami en relación al conflicto.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, de visita en Arabia Saudita, mantuvo su postura y declaró que el ataque del sábado contra las instalaciones de Aramco fue un "acto de guerra" de Irán y "no vino de los hutíes".
"¿'Acto de guerra' o AGITACIÓN hacia la GUERRA?", le respondió inmediatamente el canciller iraní Zarif en Twitter, y aconsejó a Estados Unidos y a sus aliados que no entren en guerra con Irán. "Por su propio bien, deben rezar para que no obtengan lo que buscan", escribió Zarif, antes de agregar que tanto Arabia Saudita como Emiratos todavía están inmersos en "una guerra en el Yemen mucho más pequeña" que no han sido capaces de ganar en cuatro años. La intervención en el Yemen de la coalición militar árabe liderada por Arabia Saudita comenzó en marzo de 2015 y, desde entonces, los insurgentes desataron fuertes represalias contra el territorio saudita.
Pompeo destacó por último que Estados Unidos está buscando "una solución pacífica" y subrayó que su país lo ha demostrado: "Estamos aquí para construir una coalición que busca lograr la paz y soluciones pacíficas a esto". "Espero que la República Islámica de Irán lo vea de la misma forma", agregó Pompeo. "Creo que está abundantemente claro y que hay un consenso enorme en la región respecto a que sabemos precisamente quién llevó a cabo los ataques. Fue Irán", subrayó el secretario de Estado.
El crudo iraní, junto a numerosos otros sectores como el bancario, están bajo restricción estadounidense desde el año pasado, cuando el presidente Donald Trump decidió retirar a su país del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y otras cinco potencias mundiales. La preocupación en la comunidad internacional es elevada ante un eventual conflicto que desestabilizaría a Medio Oriente y que afectaría, además, el suministro de petróleo, como ya demostró el ataque a Aramco. Los ataques ya redujeron a la mitad la producción petrolera saudita y dispararon el precio internacional del crudo. Trump afirmó el miércoles que incrementará las sanciones financieras contra Teherán por el ataque, sin dar mayores precisiones.
Tomado: pagina/12