Colombia es un país que
ha vivido durante décadas, diferentes tipos de violencias que, han dejado un
sinnúmero de muertos, desplazados y desaparecidos, entre ellos, los líderes
sociales, defensores de derechos humanos y miembros de la izquierda.
Todos estos muertos se
caracterizan por haber defendido alguna causa social, medio ambiente o por
haber investigado y denunciado corruptos, políticos, empresarios entre otros,
todos ellos fueron amenazados, “sino se callan los callamos”. Es decir, en
Colombia no se puede decir nada, que moleste al patrón o los intereses de
alguien o la corrupción de alguna entidad, hasta las multinacionales asentadas
en el país, han mandado a callar a sindicalistas.
Estos hechos, hasta ahora
no han escandalizado a ninguna autoridad competente, frente al asesinato sistemático
de cientos de campesinos pobres, reclamantes de tierras, periodistas, líderes
sociales entre otros. Todos ellos, fueron mandados a callar, porque los muertos
no hablan ni reclaman ni testifican en juicios.
Lo que resulta indignante,
es que Uribe el nefasto presidente, que algunos llaman el presidente eterno,
esto porque dirige al país en cuerpo ajeno, en una correría política, en Cabrera,
Cundinamarca, amenazara a los asistentes con mandarlos callar, sabemos que
después de estas amenazas, existen muchos que están dispuestos a cumplirle al
patrón y ejecutar sus órdenes, no se debe olvidar, que cuando Uribe acusaba a
alguien de ser aliado de las FARC, este casi de forma simultanea empezaba a
recibir amenazas, persecución judicial y hasta atentados.
Este es el poder de la
palabra que tiene Uribe, sin que en algún momento haya sido acusado de incitar
a las amenazas o la persecución, que han soportado cientos de sus detractores
políticos, por lo que no se puede pensar, que lo que dijo en Cabrera, puede ser
un chiste, sino una amenaza, momentos en los que esta participando en política
y esta lanzando un candidato, la amenaza, puede ser, para los que no apoyen a
su candidato.
La frase de Uribe, solo
se puede entender en el contexto de campañas políticas, donde los candidatos
recurren a toda suerte de mañas, con el fin de ganar las elecciones, sabemos
que muchas regiones están en riesgo electoral y que muchas otras los votantes
van obligados, por los grupos paramilitares, es así, como muchos de estos
corruptos acceden al poder y a manejar los destinos de alcaldías, gobernaciones
y todo lo que se desprende de este poder.
Por otro lado, y siguiendo
la misma retórica, hace unos días Iván Márquez y un grupo de guerrilleros
anunciaron al mundo, que seguirían en armas, esto por el incumplimiento del
Estado a los acuerdos de paz, el desmantelamiento que sufrió, no solo con el
NO, sino la modulación que hizo el congreso y la Corte. Al gobierno y al Estado
solo les preocupaba su desarme. Es decir, la guerrilla no fue derrotada en el
campo de batalla, sino en la mesa de negociación.
Pues bien, resulta que
analistas de todas las tendencias políticas, empezaron a afirmar, que la
declaración que hizo Márquez y los demás, le servía de colofón a Uribe para posicionar
a sus candidatos y con esto los ganadores ya estaban cantados. Olvidando que
fue Márquez, quien estuvo negociando el Acuerdo de paz, no fue quien hizo
campaña por el NO, peor aún, las FARC, ya habían hecho dejación de armas,
cuando regreso Uribe a la casa de nari a gobernar en cuerpo ajeno.
Lo que parece, es que
quienes afirman que, con la declaración de Márquez, Uribe tiene argumento, para
justificar su política de mano dura y de represión y así posicionar su partido
y candidatos. Lo que pretenden los analistas, es que nadie diga nada que
moleste al patrón, este va a justificar su accionar, amenazas, es el mismo lema
se callan, mejor seamos todos obedientes y tratemos de hacer lo que el patrón nos
diga, para que no se moleste.
La obediencia pasa con
justificar que Uribe haga campaña con el mismo discurso, algunos incluso, han
afirmado que son las FARC, las que le hacen campaña a Uribe, quien se apropia
de este discurso belicista para seguir gobernando, pero se olvidan que las FARC,
entregaron las armas y Uribe siguió en el poder.
Parece que el temor a
Uribe, que muchos analistas y periodistas le tienen, busca es que todos los
demás colombianos, no le discutamos al patrón, para no molestar, porque si se
molesta, podría seguir gobernando por siglos, lo que debería hacer, los que
creen que Iván Márquez, es el jefe de campaña de Uribe, es invitar a no votar
por Uribe, con argumentos hay miles y no seguir en el juego, diciendo que son
las FARC, las que han puesto todos los gobiernos, lo paradójico, es que ninguno
logró derrotarlas en el campo de batalla.
No queremos más un país
silenciado por las amenazas o por la orden de Uribe, lo que se espera, es una
sociedad que participe, que salga a la calle y luche por sus causas cualquiera
que sea, nunca más callados sino deliberativos.