El domingo el campesinado colombiano culminó sus deliberaciones en el marco de la convención nacional campesina, que sesionó en Bogotá desde el viernes 2 de diciembre. La convención, una iniciativa propuesta por el presidente Gustavo Petro y acogida por las diferentes expresiones del movimiento campesino, reunió mas de 2000 delegados y delegadas de todo el país en representación de procesos nacionales, regionales y locales del mundo campesino que representan distintos acumulados y procesos de lucha del campo colombiano.
Esta iniciativa se da en el marco de las últimas decisiones y anuncios del gobierno en clave de comprometerse con desarrollar políticas encaminadas a concretar la aspiración histórica del movimiento campesino, la reforma rural integral. La entrega de tierras incautadas en manos de la SAE, el acuerdo de compra de tierras suscrito con Fedegán y la decisión de fortalecer la institucionalidad agraria, son señales claras del nuevo gobierno que coinciden con la convocatoria de este espacio.
Las organizaciones mas representativas del movimiento campesino atendieron con expectativa y compromiso el carácter de la convención, entendido como un espacio deliberativo y democrático para aproximar las diferentes miradas del mundo campesino frente a las aspiraciones de transformación que exige el campo colombiano, donde el tema de la tenencia de la tierra, la configuración del territorio y los derechos de la población campesina, han estado al centro del conflicto social y armado que ha padecido el país.
Los procesos campesinos articulados a Marcha patriótica y el Congreso de los pueblos, el coordinador nacional agrario, el PUPSOC, Fensuagro, Somos tierra, Baluarte campesino, ANUC, Anzorc, Ascamcat, la ACVC, y un sinnúmero de organizaciones de todo el país, llegaron a Bogotá y asumieron el reto de impulsar un espacio donde prime el espíritu unitario y la decisión de construir desde la dimensión de la lucha campesina los aportes para darle forma a el plan de desarrollo y caracterizar la reforma agraria integral.
El día viernes las y los campesinos presentaron sus saludos y coincidieron con reconocer en el nuevo gobierno un proyecto que recoge elementos centrales de su plataforma de lucha, por ello no sorprendió la ovación al presidente de la republica cuando arribo a la concha acústica de la universidad nacional, donde sesionaba el evento, a presentar su saludo y plantear en su intervención su visión frente a la reforma agraria, la paz total y el territorio, el problema de las drogas ilícitas y el reconocimiento de los derechos campesinos.
Durante los días siguientes se reunieron las y los delegados en mesas de trabajo que abordaron 4 ejes de discusión, Política agraria estructural, Derechos campesinos y reconocimiento del campesinado, Políticas públicas y Plan Nacional de Desarrollo, Acceso, redistribución, clarificación, titulación y ordenamiento social del territorio (Reforma Rural Integral). Cada uno de ellos con sub ejes de discusión que dieron como resultado un extenso documento que contenía propuestas, acuerdos, consensos y disensos de las organizaciones para presentar al gobierno nacional como insumos para la construcción de política publicas que transformen profundamente las relaciones de propiedad sobre la tierra y resuelvan los conflictos agrarios.
No en vano el embajador de la unión europea y el representante del secretario de las naciones unidas en Colombia coincidieron en reconocer este espacio como una verdadera expresión de democracia, que contribuirá a romper la brecha entre lo rural y urbano y a contribuir con la conquista de la paz total.
Hay que destacar que las posiciones de las organizaciones campesinas no son antagónicas, al contrario, y profundas coincidencias en sus contenidos y perspectivas estratégicas, donde indudablemente el eje de confluencia es la lucha por la reforma agraria como corazón de la paz total. Zonas de reserva campesina, territorios campesinos agroalimentarios, parques con campesinos, son propuestas de ordenamiento territorial campesino que no se alejan entre ellas, si no que al final se complementan, dijeron lideres campesinos, los acuerdos de paz de la Habana y especialmente el punto 1 sobre reforma integral, el cumplimiento y ampliación de los acuerdos de sustitución planteados en el PNIS (Programa nacional integral de sustitución de cultivos), la lucha por la soberanía alimentaria y derechos campesinos, son también un insumo que contribuyen en la idea de articular otras miradas, para lograr el propósito de la aplazada reforma agraria en Colombia, coincidieron.
El Domingo en una larga jornada de cierre, las relatorías de las mesas presentaron sus resultados, solo hubo una rechifla generalizada a la propuesta de que los Censos rurales se hicieron desde el ámbito local y regional como una responsabilidad de alcaldías y gobernaciones, lo que denota la desconfianza con los viejos poderes anclados en el ámbito regional, el censo multipropósito debe ser una tarea del orden central decían los campesinos.
Las demás propuestas en su mayoría fueron acogidas con emotivos aplausos, donde fue especialmente reconocido el contenido de la mesa de mujer y género, que planteó la necesidad de la transversalidad de las reformas con especial enfoque en la mujer Campesina y su reivindicación histórica.
Un acuerdo central es la definición de una instancia permanente del movimiento campesino, amplia y autónoma, para establecer un dialogo e interlocución permanente con el nuevo gobierno. Esto representa un gran avance que permite avizorar la unidad del movimiento campesino para asumir las grandes tareas del nuevo tiempo que comienza, el de los cambios profundos y las transformaciones.
El alto gobierno en cabeza de la ministra de Agricultura, los ministros del interior, transporte, justicia, sus viceministros y asesores, estuvieron atentos a las solicitudes y planteamientos del movimiento campesino, “vamos a trabajar en la viabilidad política, jurídica, financiera y técnica para hacer realidad sus propuestas, dijo Alfonso Prada Ministro del interior, y recordó que solo la movilización social permanente es la garantía para garantizar los cambios.
Es importante destacar los compromisos del gobierno frente a las solicitudes campesinas, se ratificó el compromiso con la implementación de la Reforma rural integral como un reconocimiento de la deuda histórica con el Campesinado, la incorporación en la constitución el reconocimiento del campesinado como sujeto político, reactivación de consejos municipales de desarrollo rural, se recordó que está a punto de aprobarse la jurisdicción agraria, ampliación de los PDET. Se socializó que la reforma tributaria definió 8 billones de pesos para las vías de la Paz (terciarias) que se contratarán con las JAC y organizaciones sociales. Se crearon en la reforma a ley 418 para establecer el marco de la paz total el servicio social, 12 alternativas para los jóvenes especialmente de zonas rurales, se impulsará además una agresiva campaña contra la estigmatización de líderes. Estos son avances evidentes frente a la absoluta desidia de gobiernos anteriores frente a la realidad del campo colombiano.
Este encuentro campesino es sin duda la expresión del nuevo tiempo que vive Colombia, siempre estos espacios eran victimas de la intimidación permanente de las fuerzas militares, el hostigamiento de la inteligencia del Estado que históricamente estigmatizó y criminalizó al campesinado colombiano. "No hubo retenes en los territorios, ni empadronamientos, ni presencia de la policía en sus tales cordones de seguridad, eso lo garantizó la guardia campesina, y no hubo ningún problema, la militarización y el señalamiento del que éramos objeto, que siempre denunciamos y rechazamos son cosas del pasado" dijo un dirigente de la Asociación campesina del valle del rio cimitarra cuando retornaba a su región. Y esa era la sensación colectiva, un nuevo gobierno que esta empeñado en cesar la persecución al movimiento social y ver en le campesinado no un enemigo, sino un sujeto de derechos y un interlocutor fundamental para avanzar en sus propósitos de cambio.
Con canticos, consignas, agitando sus banderas y pancartas, las y los campesinos cerraron el evento con un acto cultural, y con la evidente emoción dibujada en sus rostros que denota la esperanza de las mujeres y hombres laboriosos que han transformado la tierra, que han sido expulsados de ella, que han resistido, luchando y creando experiencias de vida y dignidad en los territorios. Ellas y ellos saben que llegó su momento, que la decepción del pacto de Chicoral y los sucesivos engaños y persecución violenta de gobiernos que defendieron la gran concentración de propiedad sobre la tierra, serán solo una lejana pesadilla, Por que hoy se concreta su sueño centeanario, de tierra, vida y libertad.
Tomado: Agencia prensa Rural