Las tensiones entre el grupo rebelde M23 y las fuerzas armadas congoleñas obligaron a crear un corredor humanitario, que ha permitido a más de mil hombres, mujeres y niños desplazados trasladarse a zonas más seguras.
Los efectivos de la ONU protegen y brindan asistencia médica a las comunidades que se refugian cerca de su base en Kitchanga, a unos 15 kilómetros de Mweso, donde debieron establecerse temporalmente para apoyar la respuesta a la crisis de violencia.
De acuerdo con el portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric, la Misión de mantenimiento de la paz ayudó además a la evacuación hacia Goma de ocho soldados congoleños heridos en los combates con el M23.
Los enfrentamientos dejaron ocho muertos el miércoles en un ataque atribuido a rebeldes de las Fuerzas Democráticas Aliadas, sin embargo, las agresiones contra civiles indefensos mantiene en vilo a Kivu del Norte.
Una treintena de personas fueron víctimas desde el pasado de estas acciones según datos del portavoz de la sociedad civil de la ciudad de Beni, Delphin Mupanda.
La cifra incluye a cinco cristianos decapitados el pasado domingo durante una misa en la localidad de Baeti-Vutchika, cerca de la ciudad de Oicha, en Kivu Norte, donde también los objetos de la iglesia fueron vandalizados.
Tomado: tercerainformacion