En 1978, cuando Argentina vivía la más sangrienta dictadura, el país se vestía de fiesta mundialista, sus estadios se preparaban para recibir a delegaciones de todo el continente, con este hecho se pretendió ocultar la realidad de un país que se desangraba. Hoy parece que esta realidad se traslada a Colombia, en mayo del 2008, la FIFA, otorga a Colombia la sede para la realización del mundial sub 20. Resulta paradójico que Colombia, se postulara para ser sede de este campeonato, cuando en el país no ha logrado superar la dura crisis interna, que si bien esto no la excluye de participar, sí debería darle prioridad a otros temas realmente trascendentales, como la violación de los derechos humanos, las desapariciones, el desplazamiento forzado entre otras tantas.
El presidente Álvaro Uribe Vélez, cumplió como no lo hizo en otros temas con los requisitos exigidos por la FIFA para la realización del mundial, sus buenos oficios le otorgaron ese gran honor. La preparación para que la FIFA avalara los estadios no se hizo esperar, si bien es cierto que se necesitan escenarios deportivos será que realmente se necesitaba invertir astronómicas sumas para que el país participara en este certamen, teniendo en cuenta que se necesita más inversión social en aspectos realmente importantes como la educación, la salud. Fortaleciendo estos aspectos si quizás lograríamos que el mundo nos conociera por nuestro desarrollo.
Es equivocado pensar que Colombia es país futbolístico o de tradición, es lo que los medios nos han hecho creer; aquí no existe escuelas de futbol donde se formen los futuros jugadores, las que existen no cuentan con infraestructura ni siquiera balones y mucho menos entrenadores, que se diga lo contrario es mentira. El tema del mundial parece ser un paliativo para mantener anestesiado un país que se desangra.
Cuando Colombia pidió ser sede se encontraba como hasta hoy en una crisis interna, las violaciones de los derechos humanos se evidenciaban con toda su crudeza, se iniciaban graves denuncias sobre los mal llamados “falsos positivos” que involucraba a las fuerzas armadas en el asesinato de jóvenes. Vale decir, que hasta el momento se conoce muy poco sobre estos hechos, que enlutaron familias humildes de varias ciudades del país, el escenario de confrontación armada en las zonas rurales, el enfrentamiento entre los poderes públicos, las relaciones internacionales se encontraban rotas con los vecinos. Un escenario que dejaba al país como el vecino indeseado al que sí le gusta el fútbol.
En estos días parece que lo único que ocurre en Colombia es el mundial, los medios nos mantienen informados con lujo de detalles sobre los partidos, las demás problemáticas se minimizan frente a tal magno evento. Los medios nos quieren hacer creer que somos 46 millones de colombianos que vivimos el futbol, el no hacerlo sería falta de patriotismo y por su supuesto eso no queremos dirán algunos.
A la pregunta inicial decimos que sí, Colombia necesitaba de un mundial, para hacer creer al mundo que aquí no pasa nada, que los hechos de corrupción que se están conociendo son sólo un juego de niños, la violación de los derechos humanos es un cuento de algunas ONGs, que están en contra del gobierno, que los campos no son escenario de bombardeos, que no existen infinidad de problemáticas sociales que nos dejan como uno de los países más inequitativo del continente, que no hemos sido capaces de solucionar el conflicto interno, estos temas son los que deberían ocuparnos y ocupar la agenda internacional, no sólo con fútbol.
Por: Quimera
