Una de las grandes preocupaciones del gobierno Santos sobre la libertad de los prisioneros de guerra en posesión de las FARC, no era su estado de salud ni el regresó pronto a casa, era el no poder montar su show mediático como lo acostumbrado o como lo hizo en su momento el nefasto ex presidente Uribe, quien mostro a los liberados de la llamada “operación jaque” hasta altas horas de la noche sin importa el cansancio que estos debieron traer y sin que se rencontraran con sus familias o en el caso de los comandantes guerrilleros asesinados. Es más importante el despliegue de desinformación y de cuerpos destrozados.
Otra de sus preocupaciones radicaba en que dichas liberaciones no coincidieran con la Cumbre de las Américas, que diría el jefe Obama, así la comunidad internacional tenga conocimiento del largo conflicto colombiano, pero como aquí estamos acostumbrados al cinismo, por ello, Cartagena se prepara para esconder a todos los “indeseables” y que los jefes de Estado tengan la idea que lo más cerca al paraíso es Colombia.
En este caso su show mediático no podía hacer alusión a la buena preparación de sus fuerzas armadas y la operación que traería de regreso a los uniformados prisioneros de guerra, o prepararles el libreto que debían aprender para salir a los medios y contar las condiciones infrahumanas de su cautiverio, sin importar que fue el mismo Estado el que los condenó a 14 años de soledad lejos de sus seres queridos. Eso para alguien que se ha acostumbrado a entregar informes en el twitter, sobre cuántos guerrilleros han caído como consecuencia de las toneladas de bombas que el ejército lanza desde el aire, debe significar un hecho vergonzoso un revés militar, ¿esto significará una baja en la moral de los soldados?
La pregunta que surge y que quizás los ex-retenidos no se atreven a preguntar al gobierno es ¿por qué dejó que pasara tanto tiempo sin buscar una salida a su cautiverio?, cuáles serán los argumentos no sólo de este gobierno sino de sus antecesores. Teniendo en cuenta que el Estado no tomó la decisión de buscar acercamientos, sino las FARC que de forma unilateral decidió devolver los soldados y policías, retenidos en confrontaciones propias de la guerra.
Ahora el gobierno afirma que “no es suficiente” confiado que su nueva estrategia de guerra le siga dando los resultados esperados y contando que solo es cuestión de una buena inteligencia militar, armamento, tecnología de punta para expiar los frentes guerrilleros y así acertarles golpes contundentes , los que finalmente decidirá el rumbo de Colombia.
Uno de los inamovibles para iniciar diálogos por el gobierno era la permanencia del secuestro, ahora cuando la insurgencia lo ha dejado sin otro argumento, pretende poner más trancas a la “cerradura que tiene la llave de la paz”. Cual será ahora su exigencia una rendición sin condicionamientos. Para ello, el Congreso esta elaborando la normativa para la paz, si la paz fuera algo que se arregle en los escritorios de una élite burocratizada, la guerra será perpetua. La paz se trata de consensos, de acuerdos, de cambios sustanciales en el orden interno. Acostumbrados como siempre los congresistas, pretenden arreglar el país que ellos mismos llevaron al colapso.
A punta de bombas y bala no se elimina la pobreza y las diferencias sociales, eso es lo que los gobiernos han pretendido para los colombianos. De ahí que en menos de una semana se contabilicen 80 muertes entre guerrilleros y soldados, todos de origen humilde. Hoy si se puede decir que existen menos pobres en Colombia.