Al menos 4 310 personas murieron el año pasado en todo el mundo, víctimas de atentados suicidas, la mayoría perpetrados por el grupo extremista Estado Islámico (EI), reveló ayer un estudio citado por la agencia Notimex.
El informe anual reveló que durante el 2017 un total de 348 atentados suicidas sacudieron a 23 países del mundo, provocando 4 310 muertes y unos 6 700 heridos.
Además, destacó que el grupo EI que sigue vigente en Siria e Irak, encabeza la tabla de los perpetradores, seguido por la red Al Qaeda, así como otras organizaciones.
«El EI siguió siendo el principal perpetrador, ya sea directamente o a través de sus afiliados locales. Juntos, el grupo y sus afiliados cometieron unos 220 ataques el año pasado, el 63,0 % del total», precisó.
Estas cifras representan una reducción de 322 ataques en comparación con el 2016, un 70 % menos del total de atentados suicidas registrados en el mundo durante ese año, que sumaron 670.
El estudio solo incluyó en su informe los atentados que pudieron ser verificados, ya que en algunas zonas como el norte de Irak y el este de Siria, es muy difícil confirmarlos dado los constantes combates y el nulo acceso a las zonas.
«El año pasado hubo menos atentados suicidas en todo el mundo que en los tres años anteriores, sin embargo, las organizaciones terroristas continuaron haciendo un uso generalizado de atacantes suicidas contra objetivos militares y civiles. El 2017 fue particularmente notable por el aumento en el uso de mujeres y niñas como terroristas suicidas», añadió.
De acuerdo con el documento, el año pasado hubo 623 atacantes, de los cuales 137 fueron mujeres.
El aumento en el número de féminas se debe principalmente a que el grupo Boko Haram, una organización nigeriana afiliada con el EI, suele secuestrar a mujeres y entrenarlas para llevar a cabo las acciones extremistas, ya que pasan desapercibidas para las autoridades.
«Para las organizaciones terroristas los ataques suicidas siguen siendo una de las formas más efectivas de lograr sus objetivos, tanto por el gran número de bajas que causan, como por la dificultad de disuadir a alguien empeñado en morir», reveló.
Pese a que la mayoría de estas acciones tuvieron lugar en Medio Oriente, la cantidad de atentados cometidos en la región disminuyó en más del 50 %, mientras que África y el sur de Asia experimentaron un fuerte aumento en ese renglón.
En cuanto a los países, Irak fue la mayor víctima con 64 atentados el año pasado, seguido de Siria con 40, aunque en ambas naciones el número total de ataques disminuyó en un 50 % en comparación con el 2016.
Lo mismo ocurrió en Yemen, que sufrió 11 atentados suicidas; Egipto, 10; El Líbano y Arabia Saudita fueron blanco de dos ataques cada uno, mientras que Turquía y la Franja de Gaza vivieron cada uno un atentado en el 2017.
Por regiones, Asia sufrió el año pasado 101 atentados, el 29 % del total en el mundo, la mayoría se produjo en Afganistán, mientras que África sufrió 112 atentados suicidas, el 32 % del total.
El aumento en esta región se debió principalmente al incremento de la actividad de grupos locales afiliados al Estado Islámico, principalmente en Nigeria, que sufrió la mayoría de los ataques, 57 en total, seguido de Somalia, con 26, y Camerún con 25.
Tomado: Granma