El exgobernante peruano Alberto Fujimori pasó su primera noche instalado en una lujosa mansión, tras permanecer internado en una clínica durante 12 días, periodo en el que recibió el polémico indulto del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), otorgado el 24 de diciembre del 2017.
Fujimori dejó el recinto hospitalario en silla de ruedas y fue acompañado por su hijo menor Kenji Fujimori. El hombre de 79 años saludó a los periodistas y partió en una camioneta con vidrios polarizados rumbo a su vivienda, donde residirá en libertad, haciendo efectivo el beneficio del Gobierno.
Tanto Kenji como Keiko Fujimori, publicaron fotos y videos junto a su padre, haciendo alusión a la alegría del momento y desatando la animadversión de varios usuarios de la red social, quienes criticaron el supuesto delicado estado de salud del genocida.
Según informó Alejandro Aguinaga, médico de cabecera de Fujimori, citado por Telesur, este residirá en una vivienda del distrito de La Molina, una de las zonas más exclusivas y acomodadas de la capital peruana, donde incluso el acceso al público es restringido.
Mientras estuvo preso en una cárcel exclusiva construida para él en un cuartel policial, su encierro, como toda privación de la libertad, fue excepcionalmente cómodo.
El exgobernante, condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y corrupción, tenía, además de un amplio dormitorio con cama ortopédica, un gran televisor, una cocina totalmente equipada y una sala de visitas.
Disponía de otra habitación en la que disfrutaba su afición a la pintura, muebles diversos, un amplio patio para caminatas y hasta un jardín en el que cultivaba flores, indicó PL.
Las condiciones que disfrutaba Fujimori corroboran para los críticos del indulto, que resulta difícil que su salud estuviera afectada al extremo de estar en riesgo de muerte por el encierro, como sostuvo un informe médico que respaldó el polémico indulto de PPK.
Se espera que lo ocurrido recrudezca las masivas protestas que declaman «Indulto es insulto» y que han sido llevadas a cabo por el pueblo peruano desde que se conoció el «perdonazo» que acabó con 12 años de prisión.
Tomado: Granma