El senador Álvaro Uribe se encuentra siempre cerca al estrado judicial, esta vez por cuenta de su hermano Santiago Uribe Vélez quien será investigado por vínculos con el paramilitarismo. Mientras el ex presidente recorre el país torpedeando el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc–EP, dos personas de su círculo más cercano siguen en líos por acusaciones: el primero es su ya mencionado hermano y el segundo el exministro de agricultura Andrés Felipe Arias.
Para ninguno de estos dos personajes parece existir una pronta solución. Santiago Uribe, por decisión de la Fiscalía General de la Nación, será llevado ante la justicia para investigar la conformación y participación del grupo paramilitar “Los 12 apóstoles” cuyo accionar se concentró en el norte de Antioquia en la década de 1990. Por su parte Andrés Felipe Arias se encuentra detenido en Miami, EEUU, gracias a una petición de extradición emitida por la Corte Suprema de Justicia al gobierno de ese país por la condena a 17 años de prisión que pesa contra el exministro por el caso de Agro Ingreso Seguro.
Aunque mucho se hablado de los nexos de los Álvaro Uribe con el paramilitarismo, esta vez la Fiscalía tendrá que demostrar ante la justicia que el hermano menor del exmandatario tuvo injerencia en la conformación, financiamiento y actuar del grupo Los 12 apóstoles. El caso se ha ido esclareciendo gracias al testimonio del mayor (r) Juan Carlos Meneses, quien en 2010 hizo declaraciones que desencadenaron la reapertura de las investigaciones. Sin embrago la Fiscalía mencionó posibles presiones por parte del acusado hacia los testigos del caso con el fin de que éstos cambiaran sus declaraciones.
Cabe recordar que durante los últimos años, estos no han sido los únicos líos en los que personas y funcionarios cercanos al expresidente han sido involucrados: Mauricio Santoyo, preso en Estados Unidos por apoyar a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC); Bernardo Moreno, condenado por concierto para delinquir y violación ilícita de comunicaciones (caso de “las chuzadas”); Mario Uribe, primo de los Uribe Vélez, condenado por nexos con el paramilitarismo; Jorge Noguera y María del Pilar Hurtado, directores del DAS, judicializados por nexos con el paramilitarismo y las chuzadas ilegales; y el funcionario José Miguel Narváez investigado por los mismos delitos. La lista parece interminable y lo que todos tienen en común es su militancia en el uribismo; además de la corrupción, la cercanía a grupos paramilitares y la extralimitación en el uso de su poder.
En las últimas semanas el jefe del Centro Democrático ha querido modificar el Acuerdo de paz firmado con las Farc-EP a su antojo, desconociendo así que su triunfo no fue exorbitante y que por eso debería llegar a concertar y no a exigir. Uno de los puntos más criticados ha sido el de Justicia Transicional que, a la luz de los hechos, puede traer complicaciones al expresidente y a toda su corte, porque podría salir a flote la verdad de ese oscuro capítulo del paramilitarismo y sus nexos con el Estado. A pesar de ello el senador Uribe pregona su moralidad y buenas costumbres abrogándose el triunfo del No en el plebiscito, aunque cada vez salen más a relucir sus trampas y artimañas.
Tomado: Agencia Prensa Rural