El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este miércoles "un juicio de responsabilidades" contra los altos magistrados que dictaron penas leves para un exministro de Defensa y ocho exjefes militares procesados por entregar en 2005 misiles a Estados Unidos, una acción que considera una "traición a la patria".
El Ministerio de Defensa iniciará el juicio contra los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el expresidente Carlos Mesa (2003-2005) no tuvo culpa en ese caso, conocido popularmente como "misiles chinos", sostuvo el mandatario nacional.
"Lo que hicieron es muy grave", expresó Morales al señalar que en lo personal no puede entender cómo los magistrados del TSJ pueden ser "cómplices de la traición a la patria" cometida en este caso.
El mandatario señaló que ese delito debía castigarse con al menos 30 años de cárcel, como pidió la Fiscalía, por tratarse de "traición a la patria". Por esto, "corresponde un juicio de responsabilidades a esas autoridades del Tribunal Supremo de Justicia", agregó Morales.
Sin embargo, el pasado 31 de agosto, el máximo órgano judicial de Bolivia estableció sentencias máximas de tres años de prisión y dos absoluciones. Entre los condenados se encuentra el antiguo ministro de Defensa de ese país, Gonzalo Méndez.
Morales insistió que el armamento fue entregado a EE.UU. para evitar que queden bajo su Administración, ya que en ese momento era previsible que gane las elecciones de diciembre de ese año para comenzar a gobernar desde enero de 2006.
"La sentencia dictada el 30 de agosto de 2017 es claramente contraria a la Constitución y las leyes nacionales por no haberse precautelado la integridad del Estado", remarcó el mandatario.
Asimismo, acusó a los jueces de prevaricato, delito que es penado con entre cinco y 10 años de prisión. El Ministerio de Defensa y otras instituciones del Estado llevarán adelante el juicio a los máximos jueces de la justicia boliviana.
El caso data de noviembre 2005 cuando militares del Ejército entregaron en cuarteles de La Paz 37 misiles a uniformados de Estados Unidos para que fueran desactivados, bajo el argumento de que eran materiales en desuso que podían ser peligrosos.
Tomado: tercerainformacion