La coalición internacional liderada por Estados Unidos reconoció ayer en un comunicado que mató de manera no intencionada al menos 735 civiles con sus bombardeos aéreos contra la milicia Estado Islámico (EI) en Siria e Irak desde 2014 y agregó que sigue investigando los casos de otras 350 víctimas fatales. El comando militar estadounidense, que dirige los bombardeos y la ayuda militar en el terreno en los dos países vecinos de Medio Oriente, los bastiones del EI en el mundo, aseguró que se toma seriamente las bajas civiles y explicó que realiza investigaciones que involucra a testigos, al personal militar afectado, a las autoridades locales y revisiones en el terreno. Pese a esta profesionalidad, el comando militar estadounidense hace este tipo de anuncios años después de los ataques. Además, el Pentágono no suele explicar si éstas muertes de civiles estuvieron dentro de los cálculos previos a cada bombardeo aéreo o si hubo algún error o evento inesperado en el momento del ataque. Los detalles de las operaciones siguen siendo secretos, al igual que los nombres de las víctimas.
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