El próximo 1 de octubre comenzará una realidad anhelada por la mayoría de colombianos y colombianas: el Cese al Fuego Bilateral entre el Ejército de Liberación Nacional -ELN- y el Gobierno. Durante los siguientes 100 días se podrá comenzar a desarrollar, con “el silencio de los fusiles”, la Agenda que ambas partes pactaron hace año y medio en Caracas. Hasta este momento, las informaciones que inundan los medios hegemónicos solo ponen la visión del Gobierno sobre esta tregua. Para saber sobre las posibilidades, los pros y los contras de ese momento, Colombia Informa dialogó con Nicolás Rodríguez Bautista “Gabino”, Comandante del ELN y miembro del Comando Central de esa organización.
Colombia Informa: ¿Como ven los compromisos adquiridos por parte del Gobierno y del ELN para adelantar el Cese al Fuego?
Nicolás Rodríguez Bautista “Gabino”: Antes de mis respuestas, doy mi saludo respetuoso y la seguridad de seguir batallando por la Paz con justicia y equidad social para Colombia y Nuestra América.
El ELN cumplirá la palabra empeñada para que el Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal pactado con el Gobierno se cumpla de manera plena. Sobre la disposición del Gobierno para cumplirlo, esperamos que los hechos hablen. Al final del Cese se evaluará.
No se trata solo de suspender las acciones ofensivas entre las partes contendientes sino en prácticas que beneficien a la población en un país donde los más humildes (quienes luchan por cambios y reivindicaciones) son perseguidos y asediados. El número de crímenes, desapariciones, destierros y encarcelamientos por parte de las fuerzas oficiales y grupos paramilitares es escandaloso y muy doloroso. Para los 100 días de Cese, el Gobierno ha asumido compromisos en pos de que esta situación mejore sustancialmente. Vamos a ver si cumple.
CI: La visita del Papa Francisco conmovió a Colombia. ¿Ayudó ese viaje para consolidar el Acuerdo del Cese al Fuego? ¿Qué impacto pueden tener en el país los mensajes sociales del Papa para la construcción de Paz y la lucha contra las injusticias sociales?
NRB: Desde el ELN hicimos bastante esfuerzo para que el Cese Bilateral estuviera pactado antes de que llegara el Papa pero no fue posible. Al Gobierno no le fue fácil cambiar la visión de dialogar en medio del conflicto que siempre había sostenido.
Siempre hemos planteado la importancia de dialogar mediante un Cese Bilateral por las repercusiones positivas que ello tiene para la participación de la sociedad y los demás puntos de la Agenda. Como no se pudo pactar este Cese antes de que llegara el Papa, hicimos una Tregua Unilateral que comenzó el 2 y terminó el 12 de septiembre (10 días) por respeto al Papa y a los cristianos y cristianas de fe católica. La cumplimos plenamente.
La visita del Papa Francisco a Colombia fue un acontecimiento que aportó a la Paz. Sus mensajes críticos a los señores del poder para que no gobiernen de espaldas a los más necesitados, sus críticas a los miembros de la Iglesia para que no se coloquen del lado del poder sino del pueblo, y su solicitud para que la Paz sea la obra de los que más la necesitan y a su servicio, recogen un sentimiento muy extendido en Colombia de que la Paz sea auténtica.
El Papa Francisco, desde su posturas críticas a este sistema y a sus detentadores, alienta la acción organizada de los desposeídos. Ello aporta a la Paz.
CI: ¿Cuáles son las transformaciones necesarias para la Paz que considera prioritarias el ELN?
NRB: La Agenda pactada en Caracas (y hecha pública el 30 de marzo del año anterior) recoge una buena síntesis de lo que el ELN considera que debe ser la hoja de ruta para un verdadero Proceso de Paz. El problema radica en que mientras el ELN considera que lo consignado allí debe aplicarse a fondo, el Gobierno lo relativiza.
Por ejemplo, la participación de la sociedad no puede ser una acción productora de insumos para que las partes decidan, sino un proceso de democracia directa y participativa donde sus conclusiones se apliquen en los planes de Gobierno y en la vida del país.
Las víctimas de esta guerra de más de medio siglo necesitan un proceso de verdad, justicia y reparación para que se pueda refundar un proyecto humano y social de futuro para la sociedad entera. Sin duda, el Gobierno tiene otro punto de vista y el más claro ejemplo es que, con la aplicación de la llamada “Justicia Transicional” y bajo el argumento de la simetría, se desarrolló una verdadera cascada de impunidad en el caso de los agentes del Estado implicados en Crímenes de Estado y lesa humanidad. Se produjo así una verdadera afrenta a las víctimas del conflicto sin que a ellas se les hubiese tenido en cuenta.
Las transformaciones y la democracia para la Paz, si se aplican a profundidad, rompen las líneas rojas de la oligarquía colombiana de que “no se toca el modelo económico y político del Estado en el Proceso de Paz”. Un Proceso de Paz en Colombia que no cambie o modifique de manera significativa el modelo económico y político, no pasa de ser un asunto cosmético y un remedo de paz. Cuando nosotros decimos que la oligarquía colombiana no tiene voluntad de paz, es justamente porque no se dispone a aceptar cambios de fondo y esto hay que decirlo.
En materia económica, si en Colombia no se lleva a cabo una verdadera reforma agraria que resuelva el problema de los sin tierra y una reforma urbana pensando en los que no tienen vivienda y viven en tugurios, la Paz no es posible. La pobreza y exclusión así como la actitud violenta de los señores del poder para con quienes luchan y reclaman sus derechos, son el caldo de cultivo para el alzamiento armado. Así será mientras este asunto esencial no se resuelva. Por ello sigue vigente el derecho a ser rebeldes y estar levantados en armas.
CI: Teniendo como precedente los incumplimientos en la implementación con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-, ¿creen que el Gobierno cumplirá con lo pactado?
NRB: El Gobierno, a partir del 1 de octubre, tiene dos compromisos para cumplir (al igual que el ELN): uno es el Cese al Fuego Bilateral, para lo cual hay un buen paquete de protocolos que le ayudan a las partes a cumpir; el otro es darle un buen impulso a la Agenda de seis puntos hecha pública en marzo del pasado año.
CI: Con esta nueva realidad que comienza el 1 de octubre, ¿se podrá avanzar en otros puntos centrales de la Agenda acordada ?
NRB: Ese es el acuerdo y el ELN está listo, pero, ante los constantes incumplimientos del Gobierno, hay desconfianzas. La Agenda no ha despegado porque el Gobierno la ha condicionado, violando así lo acordado. Ahora reafirmó su compromiso de cumplir. Ya veremos.
Las FARC dejaron las armas y ahora no les están cumpliendo. El Gobierno firma los acuerdos cuando la gente está movilizada pero una vez la movilización termina todo queda en el papel y en el olvido. Somos del criterio de que los de arriba le cumplen a los pobres cuando la pujanza de su organización y sus luchas amenazan el poder o ellas mismas lo alcanzan. Esa es la fuerza que al pueblo y los revolucionarios nos toca construir.
CI: ¿Hasta dónde llegarían los diálogos entre ustedes y el Gobierno?
NRB: Si mediante estos diálogos se logran negociaciones que alcancen una salida política al Conflicto, bienvenida. Sin embargo, no vemos esa disposición del Gobierno porque en medio de los diálogos con el ELN y los Acuerdos con las FARC se acrecentó la matanza de dirigentes populares. Además, la oligarquía (con sus políticas neoliberales) entrega cada vez más las riquezas de la nación a los capitales foráneos. Todo ello lleva a un mayor número de colombianos y colombianas a la pobreza o la miseria.
Pero el drama no es solo eso. La corrupción devora a las instituciones del Estado. Entre los más corruptos están los encargados de evitar y combatir la corrupción. Es, como dice el adagio popular, “el diablo haciendo hostias”. En este oscuro panorama, la participación de la sociedad (sobre todo la más excluida del Proceso de Paz) es una necesidad definitiva para llevar el Proceso a buen puerto. Para que la Paz sea futuro, son necesarias la lucha y la dignidad; no la pacificación y el adormecimiento.
Si el Proceso de Paz no cualifica ni llena las expectativas que ha despertado en los humildes, la rebeldía popular y el alzamiento armado continuarán. La rebeldía es un derecho de los pueblos ante las sin salidas que desde el poder nos imponen a las mayorías. Nosotros asumimos ese compromiso y ejercemos ese derecho.
Tomado: Tercerainformacion