De viaje a Argentina, inicio de una gira por Sudamérica para tratar el «tema Venezuela», el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Craig Faller, dio a conocer el contenido de una carta que «hizo llegar a los militares venezolanos», arengándolos a la «restauración de la esperanza».
El alto militar gringo ofreció como moneda de cambio «estrechar los vínculos entre ambos ejércitos» y advirtió el «rol esencial que deben jugar los militares en el futuro de Venezuela».
Nada más parecido a una subasta de compra y venta, carnada utilizada con el objetivo de fracturar las fuerzas armadas de la República Bolivariana, método fracasado, pero en el que insisten una y otra vez.
La citada misiva del Jefe del Comando Sur tiene la irrespetuosa y bochornosa pretensión adicional de hacerse coincidir con el aniversario 198 de la batalla de Carabobo, una de las principales acciones por la independencia venezolana, encabezada por Simón Bolívar el 24 de junio de 1821.
Desconocedor absoluto de la historia, y como jefe de un Comando, cuya misión fundamental es la de agredir a las naciones del Sur, este militar estadounidense insiste en dividir a las fuerzas armadas bolivarianas, y para ello hasta compara los propósitos agresivos yanquis con aquello de «formamos parte de una profesión especializada, defensores firmes de nuestras naciones y protectores de nuestra gente».
Cinismo absoluto del Jefe del Comando Sur, o es que ha olvidado los cientos de muertos y heridos causados por sus tropas en las últimas décadas, con sus intervenciones armadas en Panamá y República Dominicana y otras 41 acciones en países de la región, tal y como se recoge en un estudio de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
¿Será que, en su actual gira por países de Sudamérica, el almirante Craig Faller pretende dar respuesta al pedido del autoproclamado presidente Juan Guaidó, quien el pasado 11 de mayo pidió el respaldo del Comando Sur para encontrar una salida a lo que llamó la «crisis» de Venezuela?
Hay que irrespetar a la comunidad internacional al decir, como lo expresa en su carta a los militares venezolanos, que «…somos defensores firmes de nuestras naciones y protectores de nuestra gente».
¿A qué naciones del Sur se refiere el militar yanqui? ¿A Irak, Siria, Libia, Afganistán o a la Panamá bombardeada, y demás países de esta región, víctimas de un gobierno y fuerzas armadas que ahora se proclaman «defensores de nuestra gente»?
La carta concluye expresando el deseo de que «pronto» llegue un día en que las Fuerzas Armadas de ambos países puedan volver a trabajar «juntas» para hacer frente a los retos comunes que afectan al continente.
Se trata de un «optimismo» muy alejado de la verdad venezolana y de la unidad inquebrantable de fuerzas armadas y pueblo, comprometidos en hacer de la victoria de Carabobo el basamento que dio pie a la independencia y que luego ha servido de bandera en las nuevas batallas y victorias de la República Bolivariana de Venezuela.
Tomado: Granma