Lograr reunirnos aquí demuestra el compromiso por la construcción de la Paz como un derecho del que hemos sido privados, condenándonos a ciclos de violencia acaecidos a lo largo de nuestra vida republicana, sin que se hayan producido las transformaciones necesarias para garantizar la justicia social y la posibilidad de participar en política sin temer a ser perseguidos, asesinados y desaparecidos, tal como ha ocurrido en la práctica del terrorismo de Estado.
En consecuencia, una guerrilla como lo fueron las FARC-EP no vaciló en su vocación por alcanzar la Paz, siendo esa la consigna al momento de sentarnos en la mesa de conversaciones de La Habana, donde no llegamos a improvisar sino a elaborar una hoja de ruta que trazara el camino tanto del fin de la guerra como del comienzo de una nueva etapa para la lucha democrática. Sabíamos que la trágica experiencia del conflicto armado no acabaría con el silenciamiento de los fusiles, y que el proceso de implementación de los acuerdos atravesaría por difíciles circunstancias, pues si bien acabar una guerra de 50 años ya es una proeza, a la luz de la historia son mayores los esfuerzos que demandan lograr una Paz estable y duradera tal como la anhelamos todos los colombianos.
El Acuerdo de Paz, celebrado entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP, tiene como eje central el reconocimiento de las víctimas y se centra en la construcción colectiva de la Paz como principio fundamental y como valor político supremo de la humanidad. En ese sentido el fenómeno de las personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado, tiene vínculo directo con el sufrimiento de los familiares que deben de ser subsanados.
Para la superación de dichos retos, el Gobierno Nacional y las FARC-EP, se comprometieron a proveer a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas UBPD, la información de la que dispongan para establecer lo acaecido con aquellas personas dadas por desaparecidas en el contexto y la razón del conflicto. De conformidad al comunicado conjunto numero 62 del 17 de octubre de 2015, suscrito por las partes en La Habana, así como lo contemplado en el Acuerdo Final, establecimos un equipo nacional compuesto por mas de 80 hombres y mujeres en los diferentes territorios, que han articulado su proceso de reincoporación a las tareas humanitarias de busqueda de personas dadas por desaparecidas, con el fin de continuar de manera más ágil la recopilación de información sobre las cuales no se tengan datos sobre su paradero.
Para estos efectos, en coordinación con el Instituto Nacional de Medicina Legal y el CICR diseñamos un procedimiento y hoja de ruta que permitió la ejecución del proceso de documentación humanitaria de 354 casos que a fecha de hoy son personas desparecidas en el marco del conflicto, de los cuales hoy hacemos entrega pública y formal como continuidad de nuestro compromiso de 276 casos a la Unidad de Busqueda de Personas dadas por Desaparecidas para que se incien los procedimientos necesarios y establecer su paradero.
Exigimos al Estado colombiano un mayor compromiso con el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, columna vertebral del proceso de implementación de los acuerdos de Paz, garantizando no solo el funcionamiento total de los componentes del Sistema, sino que tambien contribuya efectivamente con la información disponible para la búsqueda y localización de los miles de desaparecidos. Información que lamentablemente está ausente en este proceso.
De igual manera convocamos al pueblo colombiano y a la comunidad internacional a rodear y fortalecer este proceso, pues estamos convencidos que las bases de la Paz se fortalecen con las acciones reparadoras y transformadoras, la verdad se erige como garantía de NO repetición.
Tomado: Agencia prensa Rural