La Vía Campesina y el CETIM expresaron su preocupación sobre la captura por los lobbies del agronegocio de los preparativos de la Cumbre de la ONU sobre Sistemas Alimentarios.
El pasado martes 2 de marzo 2021, Perla Álvarez., representante de La Vía Campesina, se dirigió a la asamblea plenaria del 46o periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, a la ocasión de la presentación del informe del nuevo Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Sr. Michael Fakhri.
En su trabajo, el Sr. Fakhri ofrece una visión general de los temas y prioridades que pretende abordar durante su mandato, destacando la cuestión de la gobernanza mundial de los sistemas alimentarios, refiriéndose en particular, y con preocupación, a la Cumbre de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios que se realizará en septiembre de 2021 en Nueva York. De hecho, esta cumbre, ciertamente no exenta de polémicas en los debates internacionales, ocupa un lugar central en la agenda de la ONU para 2021, pero también en la de los movimientos y organizaciones rurales.
La representante campesina, que intervino en el Consejo de derechos humanos de la ONU a través el intermediario de CETIM, subrayó la importancia del rol de los Estados frente a la crisis alimentaria que se viene perfilando en el marco de la pandemia de COVID-19. Como evocado por en su discurso ante la asamblea plenaria, “es clave que los poderos públicos protejan las zonas rurales y promuevan sistemas agrarios más equitativos y transparentes, promoviendo también la cooperación multilateral internacional para resolver esta crisis”. Este último elemento es particularmente importante frente a la situación internacional actual, en la cual los poderes políticos y económicos dominantes apuntan a desmantelar los espacios multilaterales, a favor de la denominada gobernanza multipartes
(“multistakeholderism” en inglés”). De hecho, esta última tiene como objetivo de favorecer la entrada e influencia del sector privado en los espacios decisionales que deberían relevar de lo público y de la búsqueda del interese general de los pueblos; un hecho particularmente grave en periodo de crisis sanitaria global come la actual.
En este mismo sentido se ha abordado la cuestión de la Cumbre alimentaria, denunciando cómo “los lobbies empresariales que defienden los intereses del agronegocio están influyendo y “capturando los preparativos de esta Cumbre”. El objetivo de esta estrategia es claro: asegurarse que los debates se focalicen “únicamente en el enfoque de soluciones de mercado para los sistemas alimentarios”, ignorando soluciones propuestas por sistemas campesinos, como la agroecología. Frente a esta situación, es evidente que “los Estados miembros de la ONU tienen el deber de proteger este espacio de la ONU de la captura corporativa y garantizar que los titulares de derechos, las y los campesinos, los pueblos indígenas y otras personas que trabajan en las zonas rurales, estén al centro de la Cumbre”, afirmó Perla Álvarez.
Por último, la representante de LVC relevó la importancia de continuar promoviendo la implementación de la Declaración sobre los derechos de lxs campesinxs, como “hoja de ruta común” y baluarte en favor de sistemas alimentarios y agrícolas equitativos y justos, que defiendan la vida de los pueblos y no el interés privado.
Como dijo el Relator Especial Sr. Fakhri al final del debate en la ONU:“La Declaración es una de los caminos más relevantes para que los países cumplan con el derecho a la alimentación y transformen sus sistemas alimentarios al mismo tiempo. La Declaración proporciona una perspectiva sistémica y creo que si los países la implementan legalmente, si incorporan esta Declaración de la ONU en su legislación nacional, capacitaría a los gobiernos transformar sus sistemas alimentarios y cumplir con muchas de sus obligaciones en materia de derechos humanos”.
Tomado: Agencia Prensa Rural.