Organizaciones sociales, campesinas, ambientalistas, plataformas de derechos humanos, y diferentes procesos organizativos de la región del Sumapaz, se pronunciaron esta semana en repulsa al asesinato de tres vecinos de la comunidad asentada historicamente en el páramo, que es además la localidad número 20 de la ciudad de Bogotá.
Los labriegos, Pedro Damián González Cruz, Jimmy Rincón Blanco y Alexis Torres Romero, fueron asesinados en las veredas Chorreras y en la zona limítrofe con el departamento del Meta en las cercanías de río Duda, convirtiéndose en víctimas de la segunda acción violenta presentada en el Sumapaz después de la firma de los acuerdos de paz en el año 2016.
En el pronunciamiento promovido por redes sociales, las organizaciones llamaron a la urgente implementación de los acuerdos; en tanto la comunidad de la región ha sido secularmente victimizada en los periodos de la violencia y el conflicto armado reciente, y tiene una tradición de lucha por la tierra y por la paz que reivindica la civilidad y el rechazo a toda forma de violencia.
Emplazaron a las autoridades judiciales a establecer claridad sobre los hechos e identificar y poner a buen recaudo a los autores materiales e intelectuales de este crimen, que golpea y entristece a toda la comunidad de la región. "El campesinado de la localidad, hermanado con el de la región, rechazamos todo acto violento y toda acción en contra la dignidad y la vida,exigimos la más rigurosa investigación para establecer los hechos criminales que hoy enluta a la familia y la comunidad", aseguraron.
Los procesos sociales de la región recordaron que el modelo de militarización, que lleva más de 30 años en el Sumapaz, no se constituye en la fórmula para superar los problemas de violencia, que solo por medio de estructurar las rutas que, entre otras cosas están plasmadas en el acuerdo final de paz, y reconociendo los escenarios de diálogo y posicionamiento de las iniciativas de derechos humanos, es como se consolidaría un modelo de seguridad para el campesinado y los habitantes de la región.
Un mecanismo clave, insisten las comunidades representadas en sus organizaciones, para eliminar la violencia en la región es la implementación del "plan Sumapaz", que dispone de estrategias de seguridad y convivencia que priorizan la prevención de problemas, riñas y acciones delictivas, donde prime la acción comunitaria y el fortalecimiento de la inspección de policía de la localidad con los principios construidos por el campesinado de justicia, equidad, auto vigilancia y control, sostienen las comunidades.
Sumapaz es un histórico territorio de paz y organización social, allí se impulsan procesos como la zona de reserva campesina, y además es considerado uno de los páramos más grandes del mundo, despensa de agua para millones de personas que habitan la capital del país, es un territorio estratégico para la vida, un ecosistema único donde convive el campesinado con las riquezas medioambientales, garantizando así su protección. No podemos dejar solas a las comunidades del páramo, la violencia no puede volver a ensañarse con los hombres y mujeres que viven y defienden el páramo, que es la vida.
Justicia y verdad para el Sumapaz.