En el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación ubicado en la ciudad de Bogotá, se llevó a cabo el pasado 30 de junio de 2023 el conversatorio “La búsqueda repara, intercambio de experiencias en la búsqueda de personas desaparecidas en Colombia”, actividad liderada por la Corporación Humanitaria Reencuentros que cuenta con alrededor de 120 personas entre hombres y mujeres, en su mayoría firmantes del Acuerdo de Paz entre la ex guerrilla FARC-EP con el gobierno de Colombia en el año 2016.
Desde su creación, esta organización hasta junio del presente año, ha logrado documentar 945 casos de personas dadas por desaparecidas. 72 posibles lugares de ubicación a campo abierto. 49 posibles lugares de localización en cementerios. De los casos documentados el 58% corresponden a personas excombatientes que pertenecieron a la extinta guerrilla, 22,75% a civiles, 0,32% a militares, 0,11% a otros actores armados y 19,68% sin información.
Actividades que obedecieron, entre otros, a las solicitudes de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el marco de macro casos, de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y respuestas a solicitudes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) del equipo forense Equitas, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y organizaciones de víctimas.
A continuación la transcripción de los apartes más cruciales del conversatorio en el que participó Rafael Barrantes, representante Cruz Roja Internacional; Gustavo Salazar, Presidente Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y de Responsabilidad de los Hechos y Conductas; Luz Janeth Forero, directora UBPD; Ángela Cordón, víctima de desaparición forzada; Jhon León, Director Corporación Humanitaria Reencuentros y Gloria Castrillón, periodista de El Espectador y moderadora del encuentro.
Gloria Castrillón: ¿Cuáles son esas dimensiones de afectación que hay durante el conflicto y la violencia ,y cuáles son las dimensiones de reparación con estos actos de búsqueda?
Rafael Barrantes:¿la búsqueda repara? sí y también diría que la búsqueda puede reparar, depende de la forma que esta se realiza. Si la búsqueda es una acción fría, distante, si los familiares tienen que esperar a que los atiendan y no tienen información suficiente sobre sus casos, probablemente la búsqueda se convierte en una acción con daño. Pero si, por el contrario, la búsqueda atiende a las diversas necesidades que tienen las familias y si la búsqueda es hecha de manera empática, claramente puede ser un acto reparador.
Gloria Castrillón: Sabemos que la Jurisdicción Especial para La Paz, el Acuerdo de Paz, establece que la búsqueda de personas dadas por desaparecidas es un acto reparador, pero ¿cómo lo ve la jurisdicción desde su lugar?
Gustavo Salazar: Lo primero es que desdela Sección para Casos de Ausencia y Reconocimiento a través del mecanismo de medida cautelar entendió que había una posibilidad para realizar la búsqueda y realizar la búsqueda como un acto reparador y de respuesta a los derechos de las víctimas que requieren verdad. Lo que nosotros hemos entendido es que no había que esperar a finalizar un proceso para dar respuestas y reparación. Lo segundo, es que había una urgencia en la respuesta por parte de las víctimas de desaparición forzada porque además de la victimización de la desaparición forzada, los familiares cuando van a las diferentes entidades estatales no son atendidas debidamente, en algunos casos son estigmatizadas, “¡quién sabe en qué andaría!”, les dicen. Escuchar a las víctimas es algo reparador porque en las audiencias hemos escuchado frases de personas que dicen “es la primera vez que alguien me escucha después de 20, 25 y 30 años”. Una acción judicial no puede estar separada del dolor de las víctimas.
Gloria Castrillón: Han hablado nuestros dos panelistas sobre la diligencia, la prontitud, y la participación de las víctimas y demás actores que tiene que ver con la búsqueda de personas por desaparición forzada. A usted le toca la enorme tarea de hacer eso desde la UBPD, cuéntenos ¿cómo realizan la acción reparadora con la búsqueda de personas?
Luz Janeth Forero: Más allá de hacer la búsqueda con todo el diligenciamiento y cuidando el proceso, hay que hacerlo con las víctimas, sino se hace con las víctimas no tiene ese poder simbólico, político y social que desde el Estado se le da la cara a las víctimas y que por fin las estamos escuchando para sumarnos a esta lucha conjunta que por tantos años han tenido. ¿Cómo lo tenemos que hacer? Con procesos que den resultados en corto tiempo.
Gloria Castrillón: Ángela Cordón está invitada como la voz de las víctimas, lógicamente que cada familia y víctima es un mundo distinto, cuéntenos desde el punto de vista de los familiares que buscan a sus familiares ¿por qué estos esfuerzo ayudan a reparar el dolor?
Ángela Cordón: Estos esfuerzos sirven y ayudan a reparar el dolor causado, la guerra, en la medida que se conozca el paradero de ellos, saber dónde están, dejar ese sosiego que durante años hemos cargado. Mi padre desapareció cuando yo tenía 14 años. La satisfacción de conocer la verdad es el fin último para brindar ese alivio del sufrimiento de las víctimas, también ir acompañado con la entrega material de los restos de sus queres queridos, de alguna u otra manera va a dignificar el nombre de quienes por causas ajenas a su voluntad se perdieron y nunca más se supo de su paradero. Soy del departamento del Huila y antes de la firma del Acuerdo de Paz (2016) me acuerdo que íbamos a instaurar las acciones de denuncia de desaparición, fueron barreras que muchas personas se dejaron vencer en el proceso porque no era fácil y de alguna manera matizaba muchas enfermedades. Entonces con mis primos quisimos saber el paradero de ellos, aún así en la Fiscalía fuera un expediente más que se archivó, nunca pasó a etapa de evaluación. Después de la firma del Acuerdo de Paz se fue haciendo un proceso más de esclarecimiento de verdad y de justicia, sabemos en dónde está pero tenemos un limitante bastante fuerte porque en donde se encuentran los restos es una zona que aún está en conflicto armado.
Gloria Castrillón: Jhon León, desde la Corporación Reencuentros, ¿qué aspectos pueden resaltar sobre cómo la búsqueda de personas dadas por desaparecidas repara? También el sentido que ustedes acompañan a las víctimas de FARC y también de hombres y mujeres que integraron la guerrilla y siguen desaparecidos.
Jhon León: Cuando decidimos adelantar este conversatorio, hacíamos múltiples reflexiones sobre si efectivamente consideramos que la búsqueda repara o no. Y en el caso de los compañeros con los que trabajamos en el Magdalena Medio y sobre el caso de combatientes FARC que fueron muertos en medio de la Operación Berlín por parte del ejército colombiano, recuerdo que de uno de los sobrevivientes de esa operación que pertenecía a la columna móvil Arturo Ruiz, cayó en cuenta que uno de sus comandantes que ya murió, pero antes de morir, los reunió a todos los sobrevivientes y les dijo: “vamos aquí a hacer un pacto entre nosotros y si las condiciones algún día son distintas, vamos a buscar a esos compañeros porque de seguro sus familias los están buscando”. Entonces la reparación en esa vía no es ajena para los firmantes del Acuerdo de Paz. Hombres y mujeres firmantes del Acuerdo de Paz pueden sentarse con las víctimas no solo para reconocer responsabilidad en términos de obligaciones judiciales sino en un escenario genuino de humanidad. Las acciones de búsqueda por parte de los firmantes del Acuerdo de Paz empezó previa a la firma de este, mostrando esta voluntad genuina. El gran acierto de las organizaciones de víctimas y las víctimas fue solicitar la creación de una entidad extrajudicial que buscara a las personas desaparecidas porque da la posibilidad de que lleguemos todos: firmantes, no firmantes, familias, personas anónimas. Y la reflexión también es ¿la búsqueda repara? y ¿si no hay cuerpo no hay reparación? Es un trabajo de resultados y al mismo tiempo de medios, si la tarea se nos queda incompleta porque no hay condiciones para buscar.
Gloria Castrillón: Jhon nos deja algo importante en su intervención que son los retos. Entonces vamos a hablar de los retos y desde el punto de vista de las víctimas en donde cada respuesta institucional no satisfactoria puede ser frustrante.
Rafael Barrantes: Los retos son muchos. El primero es que existe una institución humanitaria y extrajudicial en términos de la apuesta que el Estado ha tomado para crearla con esos recursos pero no existe una alternativa humanitaria desde el Estado post-acuerdo de paz. Lo otro es que los siete conflictos, según el CICR, continúan. Y la búsqueda tiene dificultades objetivas para ser realizada en este contexto. Otro elemento es que ha pasado el tiempo y depende de las condiciones del territorio y la desaparición pues objetivamente no se va a poder re-encontrar una familia viva con su ser querido o no se va a poder recuperar e identificar el cuerpo. El objetivo de la búsqueda es brindar respuestas que pueden tomar distintas formas, por ejemplo: lo encontré vivo, falleció y logré su identificación, logré obtener este tipo de información, es más probable que haya ocurrido esto o lo otro. Pero es una respuesta, y puede ser un acto reparador.
Gustavo Salazar: El reto en desaparición forzada es encontrarlos, pero encontrar tantos como posibles porque hay gente que no vamos a encontrar porque sus cuerpos fueron incinerados, arrojados al mar, al río, hay muchas personas que no aparecerán. Pero hay que encontrarlos lo más pronto posible. Hay que ampliar los equipos forenses y organizar la casa. Tenemos que determinar a quiénes estamos buscando en el universo de los desaparecidos para poder identificarlos, darles nombres y abrir más posibilidades. Hemos exhumado, en el caso de medidas cautelares, ya casi 650 cuerpos y hasta ahora hemos identificado 40. Se han venido acelerando los procesos de identificación pero hay que decir que es un proceso excesivamente lento. Para eso necesitamos laboratorios que trabajen 24/7 para re-hacer cotejos y ampliar el espectro de víctimas que estén entregando sus muestras.
Luz Janeth Forero: El primer desafío es el universo de búsqueda es de 104.000 casos y sabemos que son muchos más. En segundo lugar, la geografía hermosa pero adversa tiene dificultades de acceso enormes. En tercer lugar, las dinámicas de las desapariciones, por ejemplo en el Cono Sur fueron distintas, más uniformes y estándar a las que hubo aquí, totalmente cambiantes y diversas de un territorio a otro, de una época a otra, no es lo mismo hablar de las desapariciones de las décadas de los 60s, 70s, 80s o 90s. La poca capacidad institucional y de profesionales y de talento humano cualificado para la búsqueda termina siendo un desafío enorme. El negacionismo en un país que no reconoce que hubo desaparecidos y a niveles inclusive estatales. La búsqueda es costosa, entrar a los territorios no es fácil una sola actividad, por ejemplo, ir a localizar un cuerpo o una fosa en campo abierto puede costar con todos los insumos entre 100 y 150 millones de pesos, multipliquemos eso por los miles de desaparecidos.
Gloria Castrillón: Ángela, hablemos un poco de esas barreras que hubo con el proceso de búsqueda de su familia.
Ángela Cordón: El año 2003 secuestran y desaparecen a mi papá porque se fue a buscar a mí tío. Nunca he admitido que nos digan: “¿pero para qué se fue a buscarlo? Él estaría vivo si no se hubiera ido allá”. Y ese discurso lo tuvimos que aguantar por parte de muchas instituciones antes del Acuerdo de Paz. Barreras como la insensibilidad y la empatía. Todos los años hacemos muchas actividades sin recursos. Colocamos fotos en distintos lugares para generar pedagogía y decir aquí están los desaparecidos y no son cifras, son vidas que se perdieron. No es fácil contar la historia pero se hace más fuerte en el camino. Después de la firma del Acuerdo de Paz y documentamos el caso con la JEP empezamos a ver cambios profundos, frente a que nos escucharon y pudimos presentar informes ante la UBPD. Hemos estado tan cerca pero tan lejos, porque los restos están en una zona actual de conflicto armado. Hemos solicitado un corredor humanitario y crearon los planes de regionales de búsqueda, yo les digo que por favor operativicen estos planes.
Gloria Castrillón: El tema de la seguridad para los firmantes del Acuerdo de Paz que hacen parte de la Corporación Reencuentros es uno de los principales obstáculos, ¿cómo va ese tema de la seguridad y qué otros retos tienen?
Jhon León: Lamentablemente el gobierno anterior profundizó los temas de seguridad para los firmantes del Acuerdo de Paz y en general a los defensores de derechos humanos. La mayoría del equipo ha sido amenazado, incluso de desplazamiento, los compañeros que vienen desde el Meta, la mayoría del equipo ha sido desplazado de su zona donde hacía su proceso de reincorporación. Llevamos 1 año de retraso en la zona de Arauca por la situación de orden público y los firmantes del Acuerdo de Paz son “beneficiados” por la Unidad Nacional de Protección, entidad que tiene procesos de corrupción y mafias en sus operadores. Y los firmantes del Acuerdo de Paz, se ha dicho a nivel internacional, vienen siendo objeto de una práctica sistemática de persecución. Incluso en la institucionalidad actual hay una lentitud en términos de cumplir una serie de órdenes para los firmantes del Acuerdo de Paz en materia de reincorporación y seguridad. Debe haber una interlocución con todos los actores armados para que las misiones humanitarias, familias buscadores y organizaciones como Reencuentros puedan realizar su trabajo en terreno. Hoy existen condiciones distintas con el actual gobierno, pero el tiempo apremia.
Gloria Castrillón: Nuestra última ronda será para escuchar las soluciones, ¿cuáles son las alternativas en el universo de la búsqueda de personas dadas por desaparecidas?
Rafael Barrantes: En términos de soluciones hay un hito en desarrollo que pensamos que puede ser profundamente impactante la creación del Sistema Nacional de Búsqueda, esto para definir la articulación institucional en el mando de la UBPD también en el marco de las desapariciones que siguen ocurriendo para definir un plan nacional de búsqueda y una política pública de búsqueda. No tendría sentido que se cree una segunda UBPD si viene otro Acuerdo de Paz. Por ahí van las soluciones y también por lo que hace la organización Reencuentros, que consideramos que no hay otra en el mundo que haga lo mismo.
Gloria Castrillón: Ángela, ¿cómo fue ese encuentro con la Corporación Reencuentros y con las personas que causaron la victimización?
Ángela Cordón: Para mí el principio fue un proceso de sanar heridas y no generar odio, ese odio esclaviza. Mi padre nunca fue de esos sentimientos, tuvo siempre sentimientos de amor y respeto. Entender lo que hizo la guerra. El adjetivo de “víctima” ya lo superé, no fue fácil, soy una sobreviviente de un conflicto armado. Cuando entregué el informe a la JEP, y empezamos el proceso de esclarecimiento de la verdad con la Comisión de la Verdad, no sabía cómo sería la reacción de ellos, quería buscar respuestas, nunca quise estigmatizarlos y empecé a entender la historia del conflicto armado sin justificar la guerra. Estamos en un proceso de paz y tocaba dejar de lado los odios y habría que sanar heridas. Y hemos realizado trabajos colectivos y ahí es donde digo hemos avanzado y hemos creado unos primeros pasos de paz. Como conclusión es que falta pedagogía de paz en las zonas rurales, hay que seguir avanzando con el Acuerdo de Paz es una deuda histórica.
Jhon León: Hay que cumplir con los diagnósticos que se han hecho con las organizaciones de búsqueda que vienen trabajando 20 o 30 años. Hay un tema que la institucionalidad si o si tendrá que acelerar con el fortalecimiento del banco de perfiles genéticos. Hoy hay miles de personas que están sufriendo por una simple identificación.
Publicado en Rebelión
Tomado: Agencia Prensa Rural