El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) regresan hoy en esta capital a la mesa de conversaciones después de un breve receso, en medio de controversias sobre varios temas.
Las partes están inmersas en el cuarto ciclo del diálogo de paz, que comenzó en La Habana el pasado 19 de noviembre, bajo el formato de tres días de pláticas y uno de receso, con el asunto de la tierra como centro del acercamiento para poner fin a décadas de conflicto en el país suramericano.
En los últimos días, los interlocutores expresaron en público sus diferencias y lanzaron acusaciones mutuas, que generan cierta preocupación en sectores de colombianos deseosos de la terminación de enfrentamientos que han dejado miles de muertos y millones de desplazados.
Las FARC-EP acusaron este sábado al expresidente Álvaro Uribe de cometer crímenes de lesa humanidad y de tratar de afectar la búsqueda de la paz, criterios rechazados por el Gobierno.
Por su parte, el ejecutivo atribuye a la guerrilla el secuestro de policías, mientras que la insurgencia advierte que se trata de personas capturadas en combate.
Una de las polémicas permanentes en torno al proceso de paz, con el cual tanto las FARC-EP como el Gobierno aseguran seguir comprometidos, responde a la cuestión de la beligerancia, que Bogotá descarta reconocerle a la guerrilla, marginando así la aplicación del concepto de prisioneros de guerra.
Otro punto de diferencia tiene relación con el alto al fuego, porque las FARC-EP defienden un cese bilateral de hostilidades para acelerar el diálogo, posibilidad negada por la administración del presidente Juan Manuel Santos bajo el argumento de que ese sería el final del camino.
En medio de este complejo escenario prosiguen las pláticas en el habanero Palacio de Convenciones, a donde periodistas y fotógrafos cubanos y extranjeros acuden para seguir las conversaciones.
Además del tema agrario, la agenda acordada por las partes para el acercamiento incluye: la participación política, el fin del conflicto, el problema del narcotráfico, la atención a las víctimas y los mecanismos de refrendación y verificación de lo pactado en la mesa.
Tomado: Prensa Latina