El Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) realizan hoy un alto en el diálogo de paz, receso que las partes utilizan para pasar revista a lo abordado en el proceso.
Como ha sido usual desde la instalación en esta capital de la mesa de conversaciones -el pasado 19 de noviembre- las delegaciones de la guerrilla y de la administración del presidente Juan Manuel Santos trabajaron durante tres días en el Palacio de Convenciones antes de la parada de 24 horas.
El receso se destina, según los interlocutores, a realizar consultas internas y a evaluar la marcha de unas pláticas centradas en el tema agrario, en el cual el Gobierno y las FARC-EP reconocen avances.
Las conversaciones se desarrollan en el sexto ciclo, que comenzó el pasado lunes, con continuidad en la cuestión de la tierra, considerada clave para el logro de una paz estable y duradera en Colombia, país azotado por décadas de conflicto armado.
Durante el actual período, las fuerzas insurgentes prosiguieron con la presentación de propuestas destinadas a mejorar la situación del campo en la nación suramericana.
La víspera, las FARC-EP abogaron por la garantía de una renta básica rural universal, la dotación con tierra suficiente a campesinos minifundistas y sin tierra, la protección del trabajo, la generación masiva de empleo y el mejoramiento del ingreso, entre otras iniciativas.
En anteriores jornadas, la guerrilla propuso el reconocimiento del derecho a la tierra de las comunidades indígenas, afrodescendientes, raizales y palanqueras.
Las FARC-EP expresaron además optimismo de cara a las conversaciones de paz y reiteraron su demanda de presencia en la mesa del guerrillero Simón Trinidad, encarcelado en Estados Unidos después de su extradición en 2004.
Por su parte, la representación gubernamental señaló su voluntad de impulsar los debates sobre la cuestión agraria, en aras de avanzar en el resto de la agenda pactada por las partes para las pláticas de paz.
Venimos con mucho vigor a trabajar fuertemente, dijo el jefe del equipo del Ejecutivo, Humberto de la Calle.
El Gobierno y las FARC-EP desarrollan un acercamiento a partir de una agenda de seis puntos, entre los que sobresalen además del asunto de la tierra, el problema del narcotráfico, la participación política y la atención a las víctimas de más de medio siglo de hostilidades.
Las conversaciones tienen a Cuba y Noruega como garantes, mientras que Venezuela y Chile desempeñan el rol de acompañantes.
Tomado: Prensa Latina