Por estos días, los
medios de desinformación dieron cuenta del gigantesco operativo que se tomó el
sector del “Bronx”, lugar a pocas cuadras de la Casa de gobierno, alcaldía de
Bogotá, Congreso y enclavado en un batallón militar, donde según cuentan este
sector se lo había tomado la delincuencia para cometer delitos, venta de
sustancias psicoactivas, secuestro, tortura y asesinatos, explotación y
esclavitud sexual en menores de edad.
Pero cómo se explica
que tales hechos ocurrieran durante décadas, sin que el gobierno o las
autoridades distritales tomaran medidas de ese fenómeno, que aunque no era
nuevo ni desconocido si iba creciendo y se conocía que allí funcionaba lo que
se puede llamar el mundo subterráneo de la capital, donde operaban la leyes
impuestas por las bandas que manejaban ese sector y el Estado aunque cerca
estaba lejos de hacer presencia.
Llama la atención que
en tiempos de la “política de seguridad democrática” caracterizada por su
brutal e infame persecución a todo lo que olía a izquierda o pobreza (caso
falsos positivos) no logró si quiera acercarse a este lugar a pesar de tener
militarizado toda la zona aledaña a la “casa de nari” y de la evidencia de
hechos delictivos. Con modalidades de terror conocidas por ser propias de
paramilitares como la esclavitud sexual de menores, las casas de pique, la
tortura y asesinato de los que muy probablemente no se tenga noticia cierta.
Sin duda, este imperio
del mal opera con la complicidad de algunos miembros de organismos del Estado,
como policía, fiscalía, y una cadena de eslabones que se nutren y benefician del
lucrativo negocio, pues aunque, en este lugar lo que se evidencia es la pobreza
de quienes habitan el sector, los habitantes de calle. Aquí opera una gran
empresa del delito que deja grandes ganancias, las que sirven entre otras para
pagar algún favor a uno que otro corrupto y establecer negocios. Esto puede
explicar, el por qué a pesar del gigantesco operativo militar, no se lograron
capturas, peor aún desarticular estas bandas, que siguen haciendo presencia por
los alrededores de este lugar.
La intervención de la
fuerza pública, no soluciona el problema social, producto de la inequidad y del
modelo económico, que excluye y margina a quien no tiene como pagar su costo en
el mercado, deja en evidencia que el Estado solo ha legislado y protegido los
derechos de una parte de la sociedad, abandonando por completo a los sin techo
y sin comida. Desprotegiendo a la niñez e incumpliendo lo que dicta la Carta
Magna. La pregunta que surge es cómo se les restablecerá los derechos a estos
menores y se reincorporaran a la sociedad.
Lo que hasta el momento
ha quedado en evidencia, es que se pretende demoler el lugar para darle paso a
un nuevo sector comercial, entregárselo a cualquier inversionista extranjero, como
lo que está ocurriendo con la toma del sector de san Victorino por los
comerciantes chinos, de eso se trata el libre comercio, desalojar a los pobres
que hacen poco atractiva la zona para el comercio, sin olvidar que es Bogotá el
lugar donde el costo de la tierra es más elevado y este sector opera en el
centro de la ciudad.
Para desarrollar estos
proyectos urbanísticos se necesitaba de un gerente que funcione como alcalde,
con capacidad de maniobra frente al libre mercado, es por ello que considera
que la venta de la empresa de telecomunicaciones es un buen negocio, no para la
ciudad sino para las multinacionales, sin duda urbanizar la ciudad es un buen
atractivo para los inversionistas extranjeros, mientras esto sucede seguirán apareciendo
nuevos lugares como el cartucho el Bronx, que puede ser utilizado como modalidad
de urbanizar.
La presencia de
habitantes de calle, genera inseguridad, delincuencia y a su vez desplazamiento
interno de los habitantes de estos sectores, factores que desvalorizan el
sector por lo que se baja el costo de la tierra así se permite nuevos proyectos urbanísticos. La pregunta final que autoridad responde por la ausencia del Estado en este lugar.