Duque es un político, apenas
conocido dentro de su partido, sin experiencia en política, ni en cargos
públicos o de elección popular, es un político que logro ascender en su carrera
política, porque le cayo bien al nefasto ex presidente Uribe, ahora congresista,
por segunda oportunidad. Es el que en el lenguaje popular el que dijo Uribe,
sin que implique que sea quien va a gobernar.
Por el contrario Duque
fue ungido, por Uribe no por su popularidad, elocuencia o manejo del discurso o
por su afán de hacer un buen gobierno, sino por todo lo contrario, Duque es el
político que mejor puede interpretar las decisiones que Uribe, gobierno en la
sombra podía obedecer, Uribe no quería que Duque se le fuera a salir de las
manos, como hizo entender que lo hizo Santos, pero que en realidad fue más una
estrategia política, pues, estos gobiernos han gobernando juntos durante todo
el siglo XXI.
Al elegir a Duque como su
sucesor o gobierno títere, Uribe garantiza, por un lado, que Duque torpedee los
Acuerdos de paz, no solo con los compromisos adquiridos con la comunidad
internacional, sino que abandone los proyectos productivos, que deben llevar a
una reincorporación exitosa y alejar el fantasma de las disidencias. Pese a
esto, hasta ahora es muy poco lo que se ha logrado en garantizar una
estabilidad económica y social de los antiguos guerrilleros, por el contrario,
se siguen presentando asesinatos, amenazas, creando desconfianza al grueso de
los ex guerrilleros.
Por otro lado, los
avances en la implementación, como la reforma agraria, la participación de las
víctimas en el congreso, han quedado prácticamente olvidadas, por lo que, el
proceso de paz, hasta ahora lo único que ha logrado es la desmovilización y
entrega de armas por parte de las FARC, sin que se haya modificado la situación
interna del país.
La JEP, creada para
juzgar a todos los que estuvieron involucrados en el conflicto, no ha avanzado,
por las modificaciones que desde el congreso y luego la Corte le hicieron, por
lo que se determinó que los terceros no estaban obligados a comparecer, a
pesar, que muchos de estos terceros se han enriquecido, desplazado, despojado
tierra y han ordenado asesinatos, es decir, fueron parte activa del conflicto,
actuaron en la sombra y lo siguen haciendo, por lo que, la paz no es
conveniente, puede disminuir sus ganancias, y los deja al descubierto sobre su
accionar, sabemos que no solo han sido políticos, sino empresarios,
multinacionales, hasta la iglesia y los medios se han beneficiado del
conflicto.
Después, de un
accidentado paso por el congreso y la Corte, la JEP debía tener la firma del
presidente, lo que le permitía empezar a funcionar, pese a esto y la demora que
tuvo en el Congreso, el presidente objeto, la base fundamental del JEP, lo que pone en riesgo la paz, por la
inseguridad jurídica que representa para los ex guerrilleros que se acogieron al
proceso y puede representar una desbandada de guerrilleros al monte, lo que
pretende Duque con las objeciones y la socialización que se supone va hacer a
los guerrilleros, es tratar de quitarle apoyo a los jefes y prometerles que les
va a cumplir, es decir, que estos acepten una desmovilización en solitario, con
ello, no cumplir con el acuerdo y dar por terminado el proceso de paz, que
hasta ahora no ha empezado, simplemente se ha dado la entrega de armas y la
participación de 8 congresistas, con una muy poca participación en la toma de
decisiones.
Pero todo parece indicar
que este no es el momento de consolidar la paz y de establecer un diálogo con
el ELN, sabemos que, en Colombia, todos los gobiernos desde hace más de 70
años, han gobernando atizando el conflicto armado, sus propuestas de gobierno,
siempre justifican la falta de presupuesto para políticas sociales, todo porque
el presupuesto nacional se invierte en la guerra, armamento de punta, pese a
esto, seguimos teniendo un conflicto interno.
Todo parece que Duque seguirá
bajando en las encuestas, la subida la hizo, solo por instigar un golpe de
estado en Venezuela, su participación activa durante 3 días en la frontera,
reunido con los golpistas y el delegado de EEUU, mientras esto viene ocurriendo
en Venezuela, al interior del país y a pesar, que todos sabemos que quien
gobierna es Uribe, existe un desgobierno, las marchas y paro de estudiantes al
que el gobierno no presto atención, permitiendo que muchas universidades se
vieran obligadas a cancelar semestre, con los costos que tiene no solo para los
estudiantes sino para el país, que no progresa, ahora la minga indígena que
reclama el cumplimiento de los acuerdos con el gobierno y como siempre el
gobierno con su pobre discurso que hasta que no levanten el paro no dialoga,
olvidando que siempre se le presenta al gobierno unas alertas se le invita a
cumplir lo pactado, antes de llegar al paro.
Lo que se debe entender
que Duque no es el gobierno de la paz, por el contrario ha puesto en marcha la
tercera parte de la política de seguridad democrática, ha anunciado 1000
informantes y todo lo que ello implica para la seguridad de quienes no piensan
igual, la inversión a las fuerzas armadas y el regreso de las fumigaciones con
glifosato, esto indica que como país los gobiernos no avanzan sino que
retroceden, estas discusiones ya habían sido saldadas y empezamos nuevamente,
solo para obedecer lo que los gringos quieren que se cumpla.
Finalmente, el país sigue
reciclando el conflicto, el no cumplimiento de lo pactado y la inseguridad jurídica
para los guerrilleros pueden llevar a una nueva era de conflicto violento, lo
que se esperaría es que la comunidad internacional y los países garantes,
exijan y sanciones a Colombia por no cumplir y no le presten apoyo ni le envíen
recursos para la guerra.