Berlín, Alemania. Alemania y, en general la Unión Europea, se beneficia de la ocupación territorial del Sahara Occidental por parte de Marruecos. Aunque formalmente no reconoce la anexión de este territorio al reino marroquí, sí celebra acuerdos comerciales para comprar recursos naturales de los saharauis. Lo que ya hace por la vía de los hechos, podría después reconocerse política y legalmente.
Entre enero y febrero de este año se ratificaron dos acuerdos comerciales entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos –sobre productos agrícolas y pesca y otro sobre pesca– los cuales, por su alcance extraterritorial en la soberanía del Sahara Occidental, son no sólo violatorios del derecho comunitario europeo sino de la ley internacional.
Mientras que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) decretó en varias ocasiones –la última el 27 de febrero 2018– que Marruecos es un territorio separado del Sahara Occidental, y que no tiene soberanía sobre él, la Comisión Europea así como el Parlamento Europeo han ratificado dos acuerdos nuevos entre enero y febrero de 2019 en el que se le incluye. Además de cimentar una explotación económica sobre el territorio no autónomo, constituye un obstáculo adicional para el proceso de negociación entre el Frente Polisario –representante legítimo del pueblo del Sahara Occidental– y el Reino de Marruecos.
En diciembre 2018 el enviado personal del secretario general de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, el expresidente Horst Köhler, invitó a las partes a una mesa redonda en la ciudad helvética de Ginebra. Esta primera ronda que se llevó a cabo entre el 6 y el 8 de diciembre 2018 rompió con el estancamiento de los últimos 6 años, de cuando el entonces enviado personal Chtistopher Ross reunió por última vez a las partes en Manhasset, Nueva York, Estados Unidos en marzo 2012. Ahora entre estos 21 y 22 de marzo 2019 se desarrolla la segunda mesa redonda en Ginebra, Suiza por iniciativa del enviado Koehler.
La ocupación del territorio del Sahara Occidental que persiste desde 1975 cuando España se retiró de su colonia de ultra mar y la entregó a Marruecos y Mauritania para ocuparla militarmente. Esto llevó a una guerra de liberación del país por parte del Frente Polisario, hasta que entró el cese el fuego en 1991, que persiste hasta hoy día. Esto ha supuesto un exilio de alrededor de 180 mil personas de la población saharaui en los campamentos de refugiados en Argelia vecina.
Adicionalmente la explotación ilegal de las aguas territoriales así como de sus recursos naturales del territorio bajo ocupación, priva al Frente Polisario del usufructo de las riquezas del país. Mientras, los saharauis residentes en el territorio ocupado padecen de las secuelas de la opresión, marginalización y falta de libertad en su propia tierra.
Las relaciones comerciales entre Marruecos y la Unión Europea tienen su primer antecedente en el año 2000 con la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación. Con este primer paso las relaciones se irían consolidando. En 2008 seguiría la firma del Estatuto Avanzado y la firma del Acuerdo de Liberalización del Comercio entre la Unión Europea y Marruecos en 2012. En 2015 el Frente Polisario interpuso una demanda ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) contra el Acuerdo de Liberalización del Comercio, los cuales fueron declarados nulos por los jueces. En consecuencia la Comisión y el Consejo Europeo presentaron una apelación ante el TJUE. En diciembre de 2016 el Tribunal falló que se mantuviera el acuerdo, pero limitando su aplicación al Reino de Marruecos solamente, sin el Sáhara Occidental.
En este contexto el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Frente Polisario, Emohamed Jadad, aclara en entrevista con Contralínea, que el Tribunal de Justicia “en diciembre 2016 declaró que el acuerdo en sí no es ilegal en la medida que no incluye el Sáhara Occidental. […] El Sahara Occidental y Marruecos son territorios distintos y separados, y Marruecos no tiene ninguna soberanía sobre ese territorio y que la Unión Europea no puede incluir este territorio […] sin el consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental, a través bien entendido su representante”. Éste es el Frente Polisario. Toda negociación tendría que ser llevada a cabo con esta organización. Caso contrario, representaría una violación de los principios esenciales del derecho internacional.
Posteriormente, la organización civil británica Western Sahara Campaign levantó una queja contra el Ministerio de Recursos Naturales y de Comercio del Reino Unido por el Acuerdo de Pesca de 2014. En consecuencia, el Tribunal de Londres declaró no poder tomar cartas en el asunto, al tratarse de un asunto de relaciones internacionales, por lo que trasladó el asunto al TJUE. El pasado 27 de febrero éste declaró la inaplicabilidad del acuerdo al Sahara Occidental.
Adicionalmente, el Frente Polisario presentó otra queja ante la Corte Europea relativo al espacio aéreo, donde también se decidió que no era aplicable al territorio saharaui. “Así, en suma, la Corte Europea ha decidido que ni la tierra del Sahara Occidental, ni el mar del Sahara Occidental, ni el aire del Sahara Occidental, pueden ser incluidos en acuerdos con la Unión Europea sin el consentimiento del pueblo del Sahara Occidental”, concluye Jadad, quien también es el coordinador del Frente Polisario ante la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso).
En el diario oficial de la Unión Europea del 28 de enero 2019, se menciona precisamente el Acuerdo de Asociación del 1 de marzo de 2000. Se menciona en el párrafo 2 que “desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación, la Unión [Europea] ha seguido fortaleciendo las relaciones bilaterales con el Reino de Marruecos y le ha concedido el estatus avanzado”. El párrafo 3 agrega que esto “no prejuzga el resultado del proceso político de las Naciones Unidas en lo que respecta al estatuto final del Sahara Occidental […], un territorio que las Naciones Unidas considera actualmente como no autónomo, administrado en estos momentos en gran medida por el Reino de Marruecos”.
Por lo tanto, con base en el Acuerdo de Asociación, Marruecos “[ha] venido importando en la Unión productos provenientes del Sahara Occidental y con certificado de origen marroquí”, amparados en este acuerdo del año 2000 y en plena conformidad con la legislación vigente de la Unión Europea hasta entonces. Esto no obstante fue cesado a más tardar con la sentencia de la Corte Europea de Justicia, la cual obligó a los socios a revisar sus acuerdos.
El pasado 16 de enero el Parlamento Europeo ratificó en Estrasburgo el Acuerdo comercial de agricultura y pesca entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos. Con 442 votos a favor, 172 en contra y 68 abstenciones se aprobó este nuevo acuerdo que regularía la entrada de productos exportados al mercado común europeo. En consecuencia, los productos agrícolas y pesqueros del Sahara Occidental –un territorio no autónomo y separado de Marruecos– podrán ser exportados con los mismos aranceles al mercado común europeo que Marruecos.
Desde círculos de la Comisión Europea se informa que “el objetivo del acuerdo de libre comercio con Marruecos es aclarar el estatus de los productos procedentes del Sahara Occidental en lo que se refiere al trato preferencial para la importación en la Unión Europea, de conformidad con la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de diciembre de 2016”. En concreto, fue a raíz de la sentencia del TJUE, que los beneficios arancelarios para los productos de origen saharaui –etiquetados como de procedencia marroquí– perdieron el acceso al mercado europeo común.
Con la aprobación de la nueva versión de los protocolos Nr 1 y Nr 4, el Acuerdo de Asociación vuelve a estar en pleno vigor, por denominar específicamente la separación de los territorios de Marruecos y del Sahara Occidental. En el diario oficial de la Unión Europea del 28 de enero consta que con base en el Acuerdo de Asociación la entrada de productos saharauis al mercado común con denominación de origen fueron importados, hasta que la sentencia C-104/16 del Tribunal de Justicia fallara en su contra en 2016. Sin embargo era “importante garantizar que los flujos comerciales que se han ido desarrollando a lo largo de los años no sufran interrupciones, estableciendo al mismo tiempo las garantías adecuadas para la protección del Derecho internacional, incluidos los derechos humanos y el desarrollo sostenible de los territorios afectados”. Adicionalmente considera que la ampliación arancelaria hacia productos saharauis “tiene un impacto positivo en términos generales sobre los afectados”.
El 28 de enero el Consejo Europeo adoptó la decisión de extender las preferencias arancelarias en el Acuerdo de Asociación con Marruecos al Sáhara Occidental, “como consecuencia del consentimiento del Parlamento Europeo a las modificaciones al acuerdo del 16 de enero de 2019”. El comunicado de prensa 5756/19 del Consejo Europeo agrega que estas medidas concretas “cumplen con la sentencia de la Corte Europea de Justicia sobre el acuerdo de liberalización sobre los productos agrícolas y otros del 21 de diciembre de 2016”, y además afirma que quiere “asegurar que productos del Sahara Occidental puedan ser exportados a la Unión Europea con preferencias arancelarias y así promover el desarrollo del Sahara Occidental”.
Así, las modificaciones aprobadas sobre los Protocolos Nr 1 y Nr 4 (P8_TA-PROV(2019)0016, párrafos 10 al 12) explícitamente toman “nota de los intereses legítimos de las poblaciones presentes […] [y] de que, durante las consultas mantenidas por la Comisión y el SEAE con diversas organizaciones y organismos del Sahara Occidental, los participantes expresaron mayoritariamente su apoyo a las ventajas socioeconómicas que aportarían las preferencias arancelarias propuestas”. Concretamente argumenta que el TJUE “no especificó en su sentencia cómo debe expresarse el consentimiento de la población y considera, por tanto, que sigue existiendo cierta incertidumbre en cuanto a este criterio”.
Independientemente del proceso político, la actividad económica debe continuar desde la perspectiva de la Unión Europea, y de hecho “la población se beneficiará del desarrollo económico”; de lo contrario, “si no se aplicasen las preferencias arancelarias, podría empeorarse la situación económica y social de la población local en los territorios afectados” (P8_TA-PROV(2019)0016, párrafos 15 y 19). La presidenta de la asociación civil alemana Freiheit für die Sahara (Libertad para el Sáhara), Tanja Brodtmann, aclara en entrevista con Contralínea, cómo se cambió al actor, dado que “no se trata del pueblo saharaui. El pueblo saharaui es un término protegido bajo el derecho internacional”. No así la población local, la cual incluye igualmente a los marroquíes residentes en el territorio saharauis, además de las instituciones bajo administración marroquí y sus representantes, electos en zonas bajo ocupación.
La diputada del partido de Die Linke (Alemania) del Parlamento Europeo, Cornelia Ernst, afirma en entrevista con Contralínea que “esto es un engaño, se puede decir claramente, porque los productos simplemente no son de Marruecos. Nadie saca provecho de esto en el Sahara Occidental […] y creo que hay que revisar nuevamente, en qué medida se puede acudir al Tribunal de Justicia Europeo”. La eurodiputada alemana agrega que tres grupos parlamentarios contrarios a las modificaciones pidieron que el caso pasara a revisión por el Tribunal de Justicia para verificar su conformidad con las sentencias emitidas antes de ser aprobado. Sin embargo esto no prosperó en la asamblea y la votación pudo concluirse de acuerdo con lo planificado. Sin embargo, Ernst insiste: “El acuerdo es ilegal. De ninguna manera tiene fundamento jurídico. Por ende hay que apelarlo con todos los medios”.
Adicionalmente, el pasado 12 de febrero 2019 se ratificó el Acuerdo de Pesca entre la Unión Europea y Marruecos en el parlamento europeo con 415 votos a favor y 189 en contra, con lo que se otorgó a Rabat la potestad de emitir licencias de pesca sobre aguas territoriales saharauis. Este rubro es del interés de España y Portugal, quienes tienen un importante sector pesquero. Se trata concretamente de las licencias de pesca de las aguas territoriales de Marruecos (y por extensión, del Sáhara Occidental). El acuerdo anterior de pesca entre Marruecos y la Unión Europea llegó a su término en julio de 2018, dejando a la flota pesquera europea sin permisos vigentes para faenar en las aguas marroquíes ni en las saharauis.
El 27 de febrero 2018 una sentencia del TJUE ya había restringido su aplicación a la jurisdicción de Marruecos, claramente delimitado de las del Sahara. La eurodiputada alemana Ulrike Rodust, afiliada al partido social-demócrata SPD y miembro de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, comenta en entrevista con Contralínea que la zona donde las flotas europeas pescan “es claramente territorio del Sahara Occidental, por ende el territorio de los saharauis.” Siendo un territorio en litigio, aún no hay resolución aquí, “asimismo las Naciones Unidas reconocen el Sahara Occidental; dicho de otra forma, los saharauis, quienes están representados por el Frente Polisario”. Para la diputada socialdemócrata es el Frente Polisario quien debió haber sido involucrado en las negociaciones. “La Comisión Europea afirma haber invitado al Frente Polisario a las negociaciones. El Frente Polisario nos dice que nunca recibió tal invitación”.
Rodust reafirma que la razón por la cual votó “en contra es simplemente por la sentencia del TJUE, que dice claramente que las personas del territorio donde pesquemos tiene que estar involucrada”. En medio del conflicto aún en curso “y desde mi perspectiva, las personas, o sea los saharauis, no están siendo involucrados; por ende creo que este acuerdo infringe la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo”, concluye la diputada social-demócrata.
Francia y España son las principales interesadas en este acuerdo, sea por razones económicas o geopolíticas. Francia claramente ha protegido los intereses de Rabat, al ser además quien sostiene la autonomía del Sahara dentro de la soberanía del Reino de Marruecos como la solución política preferente. España, por su lado, como antigua metrópolis colonial y actualmente con la presencia de su flota pesquera, es el principal actor por números en las aguas territoriales saharauis. “Más del 90 por ciento de la pesca que se hace en Marruecos es en las aguas del Sahara Occidental”, precisa el eurodiputado español Florent Marcellesi en entrevista con Contralínea.
Las consecuencias en términos de denominación de origen son importantes. Por ende en el caso de productos pesqueros son etiquetados como portugueses o españoles. En otros casos, como el de productos agrícolas, éstos se etiquetan como “marroquíes”. Las empresas exportadoras cuentan con un registro comercial en Marruecos pese a estar en territorio saharaui, que además cuentan con el visto bueno de la Unión Europea para su entrada al mercado común europeo. Con base en documentos de la misma Unión Europea, son 25 las empresas que cuentan con tales permisos. De ellas, 11 tienen registro en territorio saharaui, en su mayoría en El Aaiún (escrito Laâyoune bajo denominación marroquí) y el resto tiene su sede en Marruecos, operando en aguas y territorio saharaui.
La doctora en economía agrícola e integrante de la Stiftung Wissenschaft und Politik (Fundación Ciencia y Política), Bettina Rudloff explica en entrevista con Contralínea que, en términos de comerciales, las sentencias del TJUE afectan los aranceles a la hora de exportar al mercado común europeo. En consecuencia “los aranceles para productos agrícolas o pesqueros ya no se pueden referir al Sahara Occidental, o sea, que los productos del Sahara Occidental tendrán que contar con aranceles más altos en la Unión Europea. Más altos que ahora, y más altos que antes de la sentencia. Esto quiere decir que el Sahara Occidental tiene que pagar aranceles, como todos aquellos estados que no cuenten con un acuerdo especial con la Unión Europea”.
Según Rudloff, a raíz de la sentencia, la Unión Europea y Marruecos acordaron mediante los protocolos Nr 1 y 4 garantizar que la “región del Sáhara Occidental tenga el mismo trato” que Marruecos concretamente, y como había ocurrido anteriormente en la práctica comercial declarada nula por el TJUE. “Del punto de vista económico se intentó mantener la situación, tal como era antes [de la sentencia del TJUE]. Y desde el punto de vista económico se tiene que decir que es lo correcto”. De acuerdo con Rudloff, los argumentos según los cuales se trataría de un reconocimiento fáctico de la anexión del Sahara Occidental no “es una pregunta que un acuerdo comercial pueda resolver […] para eso hay otros instrumentos. Además la Unión Europea no podía actuar de otro modo”, opina la agrónoma.
De acuerdo con la investigadora del SWP, el Frente Polisario “[…] no es una institución jurídica internacional reconocida […] y un acuerdo internacional vinculante entre la Unión Europea y la región X debe hacerse a través de actores políticos reconocidos, y eso es un pequeño dilema. ¿A quién debemos de consultar? ¿Cuál es la alternativa cuando la gente dice que Marruecos no debe hacer eso, entonces no hay acuerdo?”
El embajador saharaui ante Argelia y exprimer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática, Abdelkader Taleb Omar incluso declaró a la radio nacional argelina (Agencia SPS, 20 de febrero de 2019): “Estos acuerdos son peligrosos por el hecho de que coinciden con la nueva dinámica a la luz de perspectivas prometedoras para la realización de un progreso en el proceso de paz, donde una segunda ronda de negociaciones directas está prevista para marzo próximo”.
La organización no gubernamental noruega Western Sahara Resource Watch (WSRW), dedicada a rastrear las exportaciones que salen de los territorios ocupados, detectó en julio 2018 la importación de harina de pescado hacia el puerto de Bremen. El pasado 19 de julio 2018 la embarcación Bente con pabellón neerlandés atracó en la ciudad portuaria de Bremen proveniente de El Aaiún, Sahara Occidental. En total llevaba 3 mil toneladas de harina de pescado destinada a la empresa Köster Marine Proteins GmbH con sede en dicha ciudad. Atracó en el muelle privado de la única empresa importadora de harinas de pescado de fuera de la Unión Europea.
La WSRW enseguida contactó a Köster Marine Proteins para indagar la proveniencia de la carga, dado que indicaba que este producto era originario de “Marruecos” .Con base en la sentencia del TJUE de 2016, esta mercancía habría tenido que ser declarada con el acrónimo de EH correspondiente al Sahara Occidental, y entonces pagar aranceles.
El 17 de julio el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Frente Polisario, Emohamed Jadad había mandado una carta al ministro de relaciones exteriores alemán, Heiko Maas, pidiéndole “respetuosamente que no se permita a la carga a bordo ser descargada ni en Bremen ni en otra parte de Alemania”. Así, el Frente Polisario pedía a las autoridades alemanas aplicar la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, además de que fuera riguroso con sus reglas fitosanitarias alemanas y de la Unión Europea.
A la vez la asociación Freiheit für die Westsahara interpeló a las autoridades portuarias, para que verifiquen su documentación en cuanto al origen del producto. Paralelamente los eurodiputados alemanes Barbara Lochbihler, Helga Trüpel y la sueca Bodil Valero enviaron una carta el 18 de julio a la Comisión Europea previniendo del caso. De acuerdo con las investigaciones de la WSRW la empresa exportadora sería probablemente Laâyoune Protein, con sede en Laâyoune (El Aaiún) a través de una empresa intermediaria Koster Marine AB, con sede en Suecia.
A finales de febrero la WSRW actualizó el estado de la cuestión. Ni la empresa importadora, ni las autoridades portuarias habían respondido a su solicitud. Tampoco prosperó el pedido de información en el parlamento local (Senado) hecho por el SPD local. No obstante, con base en la información de una respuesta del Senado de Bremen del 15 de enero 2019, 22 mil 26 toneladas de harina de pescado habrían entrado desde enero de 2017 hasta agosto 2018 bajo la categoría “Productos de pelado y molienda”, que en este caso son exclusivamente harinas de pescado por su origen. Por lo que las exportaciones desde el Sáhara hacia Bremen representarían 12 por ciento del valor de los bienes exportados desde ese territorio, según cálculos de la WSRW. De acuerdo con las estadísticas del puerto alemán, 24 mil 441 toneladas de harina de pescado fueron importadas de Marruecos a Alemania. Estos productos no pagarían aranceles, por entrar dentro de los acuerdos comerciales vigentes con ese país.
En entrevista, Tanja Brodtmann estima que esto ascendería a un valor de alrededor 23 millones de euros. “Si además se agregan los derechos de aduana, de los que están exentos […], hablamos de alrededor de 5 a 6 millones de euros. De hecho, la harina de pescado tiene una alta imposición arancelaria con 25 por ciento”, explica la socióloga y presidenta de la asociación Freiheit für die Sahara.
Desde 2017, en total tres embarcaciones habrían transportado harina de pescado desde el Sahara ocupado en varios viajes: Bente, en febrero 2017 y julio 2018; Rix Flevo, en julio 2017 y diciembre 2017, y Burgtor en febrero 2018.
Entre el 5 y 6 de diciembre 2018 se desarrolló una mesa redonda en la ciudad helvética de Ginebra entre el Frente Polisario y Marruecos. El enviado personal Horst Köhler, expresidente de Alemania, obtuvo así un éxito después del último encuentro bajo el mandato de Christopher Ross, diplomático estadunidense, en marzo 2012. Al mismo acudieron tanto Marruecos como el Frente Polisario, así como delegaciones de Argelia y de Mauritania (en calidad de países observadores). “Una solución pacífica a este conflicto es posible. A raíz de nuestras discusiones, está claro que para mí, que nadie gana al mantener el statu quo”, declaró a la prensa el enviado personal para el Sahara Occidental.
Por parte de la delegación del Frente Polisario estuvieron presentes Jatri Addu, presidente del Consejo Nacional Saharaui (parlamento saharaui) y jefe de delegación; Emohamed Jadad, coordinador ante la Minurso y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Frente Polisario; Fatma Elmehi, secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis; Sidi Mohamed Omar, representante del Frente Polisario ante las Naciones Unidas, y Mohamed Ali Zerouali, consejero del Secretariado del Frente Polisario.
Por parte de la delegación marroquí estuvieron presentes el embajador ante las Naciones Unidas, Omar Hilale; el ministro de Relaciones Exteriores y cooperación internacional, Nasser Bourita; Yassine Mansouri, jefe de los servicios secretos exteriores marroquíes (DGED); Sidi Hamdi Uld Errachid, presidente de la región Laayoune-Saskia-El Hamra; Yanja El Khattat, presidente de la región Dajla-Ued Eddahab, ambas bajo administración marroquí en los territorios ocupados del Sahara Occidental, y Fatima Adli, actor asociado y miembro del Consejo Municipal de la ciudad de Smara (bajo administración de facto marroquí).
Argelia fue representada por su ministro de relaciones exteriores, Abdelkader Messahel; su consejero Abdallah Baali, y por el embajador argelino ante las Naciones Unidas, Sabri Boukadoum. Por el lado mauritano asistió el ministro de Relaciones Exteriores. Ismail Uld Cheikh Ahmed.
Este primer encuentro se saldó con una discusión, la cual se produjo “sin precondiciones”, tal y como lo pidió el enviado personal Köhler, previo a la apertura del mismo. Los temas abordados fueron la situación en general, así como de las medidas de confianza entre las partes. La paz y la estabilidad de la zona, así como de la región del Magreb entero fueron tratados, tanto por las partes, así como por los países observadores, Argelia y Mauritania.
El enviado personal Köhler agendó para marzo de 2019 un segundo encuentro, e cual se lleva a cabo este 21 y 22 en la ciudad de Ginebra. A fin de preparar esa segunda mesa redonda, Köhler agendó con ambas partes reuniones por separado. Así, el pasado 27 y 28 de febrero en París, Francia, se encontró con una delegación marroquí. Ésta fue conducida por el ministro de relaciones exteriores, Nasser Bourita, además contó con los presidentes de los Consejos regionales, Hamdi Uld Errachid, y Yanja El Khattat (Le360, 4 de marzo de 2019).
Adicionalmente, una delegación del Frente Polisario se reunió el 4 y 5 de marzo 2019 en Berlín, Alemania, con el enviado personal. Esta delegación fue conducida por el presidente del Parlamento, Jatri Adduh. Además estuvieron presentes Emohamed Jadad, coordinador ante la Minurso; Fatma Elmehi, representante de la Unión de Mujeres Saharauis; Sidi Mohamed Omar, representante del Frente Polisario ante las Naciones Unidas, y Mohamed Ali Zerouali, consejero del Secretariado del Frente Polisario (El Watan, 5 de marzo de 2019).
En entrevista con Contralínea, el coordinador ante la Minurso, Emohamed Jadad, declara que: “[…] es un éxito haber logrado la presencia de las partes en esa mesa. Pero está claro que en el Consejo de Seguridad hay que llegar a una solución política que garantice el derecho a la autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental. Ese es el proyecto como tal, el que tiene las Naciones Unidas en sus diferentes soluciones”. El presidente del parlamento saharaui Jatri Adduh, por su lado, recalcó que “si los marroquíes realmente tienen la voluntad de acabar con esto y de forma más rápida que organizando un referéndum, deberían de reconocer la república saharaui” (France 24, 6 de diciembre de 2018).
El Frente Polisario emitió un comunicado dirigido al Consejo de Seguridad, donde instó “[…]a los miembros de la Unión Europea, en particular, a que reconsideren su enfoque […] y apoyen el proceso de paz de las Naciones Unidas en el Sahara Occidental utilizando el comercio como incentivo positivo para un acuerdo de paz justo y duradero” (SPS Sahara, 29 de enero de 2019).
Marruecos, por su parte, se mantiene firme en su postura de que ese territorio forma parte de su soberanía, por lo cual se le podría dar un estatuto de autonomía dentro de Marruecos. Bourita rechazó cualquier otra vía, y afirmó que “la autodeterminación es una cosa, el referéndum es otra. La autodeterminación se lleva a cabo por medio de negociaciones. El referéndum no está a la orden del día”. Sin embargo habló de “una buena atmósfera” durante la mesa redonda, pero enfatizó que no estaría dispuesto a comprometerse en “reuniones sin fin” (Le Point Afrique, 7 de diciembre 2018).
El eurodiputado Florent Marcellesi afirma, en entrevista con Contralínea, que en la Unión Europea “estamos reforzando a través de la política comercial la política de ocupación de Marruecos”. Insiste en que hacen falta buenas relaciones, en particular por parte de España, quien colonizó el entonces Sahara Español, con Rabat. “Y para esto necesitamos sí o sí resolver el tema del Sáhara Occidental. Y para eso España necesita también reconocer su responsabilidad histórica y Marruecos también tener que dar un paso hacia el respeto del derecho internacional”.
La Minurso, agencia de la ONU encargada de organizar el referéndum desde 1991, tiene que renovar su mandato nuevamente por los siguientes 6 meses al vencerse el 30 de abril 2019, las presiones por parte del Consejo de Seguridad son significativas.
En una entrevista con Contralínea, Emohamed Jadad declara, que “los días están contados. Y el renovar el mandato de la Minurso es de [tan sólo] 6 meses. Y también hay la posibilidad de que sea reducido a menos. Y esto todo para decirnos a las partes que ‘business as usual’ no está aceptado. Hay que darse prisa y que el Consejo de Seguridad no está dispuesto a continuar como antes para otros 27 años”.
Contralínea también solicitó entrevistas con los agregados de prensa de las misiones permanentes del Reino de Marruecos ante la Unión Europea y las Naciones Unidas en Ginebra; con el eurodiputado francés Patrick Le Hyaric y con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania (Auswertiges Amt). Hasta el cierre de edición no se recibió respuesta alguna.
Axel Plasa/Corresponsal
Tomado: Tercerainformacion