El jueves 16 de abril a las 11:15 p.m. un policía que cumple funciones de control perimetral amenazó con disparar a un niño del Espacio Humanitario Puente Nayero, en el barrio La Playita, Buenaventura.
El efectivo regular con número 478814 llamó la atención grostescamente al niño Luis Miguel Angulo de 15 años de edad por encontrarse en frente del Espacio Humanitario, expresando: “Gran marica éntrate, yo no soy portero tuyo”.
El niño le dijo que no lo gritara. El policial reaccionó amenazándolo con pegarle: “Te voy a dar unos puños”, el niño respondió: “sin armas nos podemos dar, pero con sus armas no”. En el cruce de palabras el policía amenazó a Luis con dispararle. “Te puedo pegar unos tiros con mi arma donde te vea, estando de civil”. Miguel ingresó al Espacio Humanitario informándo a su madre de lo que había sucedido.
Ayer, sábado 18 de abril a las 3:00 p.m., la mamá de Luis Miguel fue con su hijo a hablar con el policía. Este respondió “yo si lo dije, y puedo pegarle un tiro en un pie o en cualquier parte del cuerpo. Y cuando vea a su hijo fuera del Espacio Humanitario mando a llamar la patrulla”. Ante las respuestas, la madre de Luis Miguel se retiró.
La amenaza de disparar al niño, incluso sin informe es una amenaza contra la vida e integridad de un niño que requiere la intervención de la Inspección General de la Policía y organismos de control para que la amenaza nunca se vaya a cumplir.
Nuevamente la policía reacciona desproporcionadamente ante un niño que incumplió las normas del Espacio Humanitario del aislamiento preventivo por la pandemia del COVID-19. Abusando de su autoridad, el uniformado se involucró en una situación que la familia y el proceso organizativo puede resolver.
El efectivo regular con número 478814 llamó la atención grostescamente al niño Luis Miguel Angulo de 15 años de edad por encontrarse en frente del Espacio Humanitario, expresando: “Gran marica éntrate, yo no soy portero tuyo”.
El niño le dijo que no lo gritara. El policial reaccionó amenazándolo con pegarle: “Te voy a dar unos puños”, el niño respondió: “sin armas nos podemos dar, pero con sus armas no”. En el cruce de palabras el policía amenazó a Luis con dispararle. “Te puedo pegar unos tiros con mi arma donde te vea, estando de civil”. Miguel ingresó al Espacio Humanitario informándo a su madre de lo que había sucedido.
Ayer, sábado 18 de abril a las 3:00 p.m., la mamá de Luis Miguel fue con su hijo a hablar con el policía. Este respondió “yo si lo dije, y puedo pegarle un tiro en un pie o en cualquier parte del cuerpo. Y cuando vea a su hijo fuera del Espacio Humanitario mando a llamar la patrulla”. Ante las respuestas, la madre de Luis Miguel se retiró.
La amenaza de disparar al niño, incluso sin informe es una amenaza contra la vida e integridad de un niño que requiere la intervención de la Inspección General de la Policía y organismos de control para que la amenaza nunca se vaya a cumplir.
Nuevamente la policía reacciona desproporcionadamente ante un niño que incumplió las normas del Espacio Humanitario del aislamiento preventivo por la pandemia del COVID-19. Abusando de su autoridad, el uniformado se involucró en una situación que la familia y el proceso organizativo puede resolver.
Tomado: Granma