Según el director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Eugenio Martínez, varias de las compañías proveedoras de estos equipamientos médicos informaron a la empresa Medicuba que no podrán continuar las ventas al ser adquiridas por firmas estadounidenses.
En denuncia publicada en su cuenta de Twitter, el funcionario señaló que la suspensión está vinculada a las sanciones emanadas de las leyes y disposiciones establecidas por el Gobierno de Estados Unidos contra cualquier empresa de ese país que comercie con Cuba.
Medicuba, la entidad exportadora e importadora del Ministerio de Salud Pública, dio a conocer que fue notificada por los fabricantes IMT Medial AG y Acutronic, que pasaron a ser propiedad de la empresa estadounidense Vyaire Medical Inc., con sede en Illinois.
Esa compañía le comunicó a la entidad de la isla que “la directriz corporativa que tenemos hoy día es suspender toda relación comercial con Medicuba”, nuevo castigo que se suma a la larga lista del criminal bloqueo de Washington contra la isla.
Vyaire Medical le informó a Cuba que “la única forma de que podamos reanudar el trabajo conjunto es por medio de una licencia OFAC que expide el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y que todavía no la tenemos”.
La medida tiene lugar mientras Naciones Unidas y muchos de sus países miembros se pronuncian en contra de las sanciones unilaterales y convocan a la cooperación internacional en el enfrentamiento a la pandemia que ha plagado de enfermedad y muerte al mundo.
Una vez más, el gobierno del presidente Donald Trump se ensaña en su política genocida contra Cuba, tratando de provocar más víctimas y el caos en la isla, afectada como la mayoría de los países del planeta por la Covid-19.
La más reciente mentira estuvo a cargo del subsecretario de Estado interino para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, quien la pasada semana divulgó en su cuenta de Twitter que Estados Unidos “exportó millones de dólares de productos médicos” a Cuba en 2019.
De inmediato, la nueva campaña de desinformación fue desmentida por el vicepresidente de Medicuba, Lázaro Silva, quien en declaraciones a la agencia estadounidense Associated Press negó la farsa de los funcionarios estadounidenses.
“Invito a que muestren las evidencias de que a Medicuba le han estado vendiendo medicamentos, y Medicuba es el único que importa medicamentos”, señaló.
Silva reconoció que “el bloqueo tiene un gran impacto en la vida cotidiana de la población” y añadió que “hay un grupo de recursos que nosotros adquirimos y que comprar en Estados Unidos nos favorecería porque es un mercado mucho más cercano”.
El vicepresidente de Medicuba explicó que en años anteriores el país hizo contacto con alrededor de 60 compañías estadounidenses de insumos médicos, pero en lo que va de año solo Bayer y Eli Lilly contestaron.
Dijo que la primera respondió tener vencida la licencia que otorga la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), del Gobierno de Estados Unidos, mientras la otra avisó del cese de su relación comercial hasta nuevo aviso.
Una vez más resulta evidente que el único objetivo de la Casa Blanca no ha cambiado en 60 años: destruir la Revolución cubana, y para lograrlo cualquier método resulta válido. Nada le importa la salud del pueblo cubano.
Tampoco que brigadas de profesionales de la salud de la isla apoyen la lucha contra la pandemia en 59 países. “Debería darles vergüenza”, escribió en Twitter la embajadora cubana en Canadá, Josefina Vidal, hasta hace poco negociadora de la isla en diálogos con Washington.
“En lugar de atacar a Cuba y sus médicos comprometidos deberían preocuparse de los miles de estadounidenses enfermos que sufren y mueren... debido al descuido escandaloso de su gobierno y la incapacidad de su sistema de salud fallido para cuidarlos”, comentó.
Tomado: tercerainformacion