Santiago de Chile, 14 sep (PL) En Chile existe una independencia inconclusa y una democracia fallida, y es tiempo de retomar la lucha de los padres de la Patria para conquistar plena independencia, exhorta hoy la revista Punto Final.
En su editorial, la publicación recuerda que con el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973 se impuso un modelo económico antinacional, que subordinó la economía al capital extranjero mediante la aplicación del modelo neoliberal.
"Eso permitió el surgimiento de una nueva burguesía transnacionalizada -incluso con participación de conversos de la propia Unidad Popular- que se alió con los restos de la oligarquía tradicional", señala Punto Final en el artículo, titulado La independencia inconclusa.
De acuerdo con la revista, esos sectores constituyen hoy los "poderes fácticos" que controlan el país, ya que en lo político han constituido dos bloques para turnarse en el gobierno mediante una comedia de alternancia: la Concertación de Partidos por la Democracia y la Coalición por el Cambio.
Son "hermanos siameses e hijos de la derecha oligárquica que los amamanta. Su juego político demuestra una notable capacidad histriónica para absorber conflictos", subraya el editorial, publicado en ocasión de las Fiestas Patrias, cuando se conmemoran los 202 años de la primera Junta de Gobierno, del 18 de septiembre de 1810.
"¿Es Chile hoy un país independiente y soberano después de 17 años de dictadura militar-empresarial, de 20 años de gobiernos de la Concertación y casi tres de un empresario-presidente? Rotundamente, no", asegura Punto Final, cuyo número quincenal comienza a circular este viernes.
La revista precisa que las dos terceras partes de la principal riqueza natural de Chile, el cobre, está en manos de transnacionales protegidas por sus gobiernos y lo que se llama democracia está todavía bloqueada por las amarras de la dictadura.
Añade que no se es independiente cuando se impide convocar a una Asamblea Constituyente que someta a referéndum una nueva Constitución, y los fondos de la previsión, la salud y hasta parte importante de la educación superior están en manos de consorcios transnacionales.
"El resultado es escandaloso. Chile es uno de los países más desiguales del mundo en una tendencia que no ha variado. La pobreza no baja, aunque se manipulen las estadísticas. La corrupción campea por todas partes". Subraya el editorial.
De acuerdo con Punto Final, los índices de salud en materia de alcoholismo, consumo de drogas y trastornos sicológicos y siquiátricos son desastrosos.
"La educación resulta virtualmente incosteable para las familias modestas que tienen que endeudarse para sobrevivir. Y a pesar de ser pagada, la educación no garantiza calidad", explica la revista.
Año a año -añade- miles de egresados universitarios salen a engrosar la cesantía. La zona mapuche ha sido militarizada. La represión parece ser el único camino que están dispuestos a utilizar los gobiernos neoliberales para afrontar la protesta social.
Punto Final considera necesario tomar conciencia del estado de Chile, y valora que afortunadamente está adquiriendo fuerza la protesta social -encabezada por los estudiantes- que debería buscar cauces de expresión en un proyecto colectivo de carácter patriótico, latinoamericanista, democrático y soberano.
Ese proyecto -subraya- debería actuar sobre la razón y también sobre la sensibilidad de los chilenos. Un proyecto que permita -para usar palabras de (Bernardo) Oâ�ÖHiggins- que "la dulce patria, el hermoso Chile vuelva a ocupar el rango de nación".
Tomado: Prensa Latina